Vida y Muerte desde una perspectiva elemental y conciencial

"Un verdadero Maestro nunca intenta cambiar a nadie directamente.

Es como una fragancia sutil que te envuelve.

Si estás abierto, algo de ella entrará en ti.

Si no estás abierto, esperará a la puerta.

Ni siquiera llamará porque al hacerlo puede perturbar tu sueño.

Es tu sueño y tienes todo el derecho a dormir cuanto quieras.

No es asunto de nadie el Despertarte".

Osho

Enseñanza "Conectando con el Maestro Interno"

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ME AMO Y ME ACEPTO TAL COMO SOY


¿Me amo y me acepto tal como soy?

Sólo hay una necesidad: esa necesidad es amar. Cuando alguien descubre eso, ¡es transformado!
- Anthony de Mello -

Creo que todos, en nuestro camino de crecimiento, nos hemos topado por lo menos una vez con la frase “me amo y me acepto tal como soy” y seguramente hemos escuchado que todo comienza con el amor por uno mismo. Este amarse a uno mismo puede incluir por supuesto, hacerte un regalo, darte unas vacaciones, quedarte hasta más tarde en la cama, tomarte un día libre y disminuir la cantidad o intensidad de las exigencias para con tu persona.

Sin embargo, hay un nivel más profundo de amarse a sí mismo y tiene que ver con reconocer, aceptar y amar todas esas partes que no te gustan de ti o que consideras inapropiadas o que no se ajustan a lo que la sociedad o los demás esperan de ti. Tiene mucho que ver con la imagen que quieres proyectar porque te han dicho que es la apropiada versus lo que en realidad consideras que eres y los juicios que te haces al respecto. Tiene que ver con tus diálogos interiores, con la manera en la que te tratas y enjuicias y, por supuesto, es una dinámica que ocurre dentro de ti y que la mayoría de las veces ni siquiera detectas.

El verdadero amor por tí mismo, el que obrará milagros en tu vida, que te sanará y te mostrará quien en realidad eres, es un amor incondicional. Es decir, no es que te amas porque lograste algo o te comportaste de una manera en particular o porque tienes ciertos atributos de personalidad que consideras importantes y que otros alaban. Te amas porque te amas, con todo lo que aparentemente eres, haces y logras y con todo lo que aparentemente no eres, ni haces, ni logras. Es un amor por ti, por estar vivo, por simplemente ser.

Todos alguna vez nos quejamos de que nuestros padres nos educaron de cierta manera y sentimos que nos daban su cariño y aprobación si lográbamos algo o si nos comportábamos de cierta manera. La pregunta sería ¿lo estamos haciendo nosotros de una manera diferente, nos amamos incondicionalmente?

Lo paradójico es que cuando realmente te comienzas a aceptar y amar sin condiciones, tal como eres, vas a sentir más paz, alegría y muchas de las situaciones por las que te juzgabas y que no te permitían amarte totalmente, comienzan a transformarse fácilmente y sin esfuerzo.

Revisa tus diálogos interiores y la actitud contigo mismo. Por ejemplo:

- Constantemente sientes que si no hubieras hecho o dejado de hacer “algo” en el pasado estarías mejor y te reprochas por eso
- Estás en “guerra” con algún hábito como fumar, dormir o comer demasiado, postergar, ser impuntual, etc. y sientes que esos hábitos son un “tu” defecto
- Estás en conflicto con tu apariencia física, muy alto, bajo, gordo, flaco, bello, no bello
- Te reprochas porque no eres paciente, amoroso, buen niño, pacífico, sincero, tolerante y cualquier otro atributo que consideras apropiado y te gustaría tener
- Estás en conflicto con normas sociales que indican que ya deberías haberte casado o que ya tendrías que tener cierta libertad financiera o cualquier otra convención o norma que no has logrado

La lista podría ser inmensa, pero en general se resume en algo: no aceptas lo que simplemente eres, lo que es, lo que está aquí y ahora en tu vida. Te estás peleando con lo que es. Quieres que algo sea diferente para que entonces el amor fluya y de esa manera le pones condiciones a tu amor.

Puedes pensar, pero si acepto y amo mi compulsión por la comida y amo mi cuerpo tal como es ahora, ¡nunca lograré bajar de peso! Sin embargo, es desde la aceptación y la paz con lo que es, que la verdadera transformación se produce. Cuando el amor fluye sin condiciones y estás en paz con lo que simplemente eres, desde ese espacio de amor, surgirá lo que sea necesario para el siguiente instante de tu presente.

No hay nada malo en ti, no eres defectuoso, comienza a aceptarte y amarte tal como eres, justo aquí, justo ahora y me cuentas lo que sucede en el siguiente instante presente.

Verónica Hernández Simeonoff
© Todos los derechos reservados, Abril del 2011
Joslid Salazar
Este articulo en lo particular me encantó de la autora verónica Hernández.
El inicio del camino espiritual comienza al aceptarnos, al amarnos completa y profundamente, me hizo recordar la técnica hawaina hoponopono la cual podemos utilizarlo desde nuestra perspectiva y aliviando cargas, problemas con personas a nuestro alrededor y para ayudar al planeta entero.
"La autoestima es un valuarte que debemos enseñar, educar, prácticar desde niños. sin olvidar que este hermoso planeta es nuestra escuela para aprender viviendo y en el que maravillosamente aprender enseñando es mejor". Joslid Salazar.
Cuantas personas a mi alrededor tienen tantos pero tantos problemas iniciando desde esto falta de autoestima, y como empezar a amarse a si mismo si tienes una voz o múltiples voces que te gritan que no sirves, no sabes, no es apropiado, correcto, eres insensato, loco, etc, etc, etc. ¿Como callar tantas voces?. Inicia aceptandote tal cual eres, tal vez no te guste lo que estas viviendo y es cierto. Pero empieza agradeciendo donde estás, con quien estas, como llegaste allí, de no haber sido así pudiera ser peor, y de ser muy mal el panorama, tal vez tienes algo que aprender como: compasión, motivación, sinceridad, amor incondicional, paciencia, bondad, dar, orar. en fin aprender a levantarse y caminar. Si te sirve empieza de cero, o desde el punto en el que estás.
Parece trillado pero Meditar es importante. Enfócate en lo que realmente quieres oir, hacer, saber, tener. Tomate tu tiempo todos los días 15min o el tiempo que prefieras, pero todos los días.  Escucha la música que te gusta, baila, canta siente la conexión con el amor más puro. 
Coloca imágenes de revistas pégalas en tu espejo, armario, computadora, de lo que quieres hacer, tener, etc. Lee mensajes positivos, ve películas que te llenen de sentimientos de alegría, conectate con el paisaje, ve los arboles, las flores, las piedras, los pájaros.
Cuando te venga un pensamiento, y escuches la vocesita riendose de lo que estas haciendo "vamos bien" el hecho de que se burle quiere decir que esta haciendo resistencia al cambio. dile ¡alto! silencio. La idea es no quejarse de lo que tienes, de lo que te sucede a diario,
Ve el lado positivo, que estoy aprendiendo, y si hiciste algo mal entonces pide perdón si es necesario, no importa si no te perdonan ahora, lo importante es que te liberes de tu carga,
No juzgarte, ni juzgar a otros, absolutamente nada y con dedicación y empeño seguro lo lograras, está bien que estes informado de lo que acontece a tu alrededor, trata de no juzgar ni señalar, si te conectas con esa emoción negativa que te produce dolor, miedo, soledad, usalo como termometro de que falta más atención en las cosas positivas, de lo que quieres, oir, hacer, saber, tener.
Riete a diario, sonrie asi no tengas ningun motivo, hazlo.
Pronto llegara el momento en el que sentiras Paz, Amor propio, tranquilidad verdadera y genuina.
Tu amiga incondicional Joslid Salazar

Vampiros Energéticos


Observa y analiza si tienes una de estas Personalidades de “Vampiros energéticos o Psíquicos”





Las 8 personalidades básicas de los “Vampiros Energéticos Psíquicos”

1 - El Pobre de Mí o Victima: Los pobre de mí nunca piensan que tienen suficiente poder para enfrentar al mundo, están todo el día quejándose de sus problemas y desgracias, “El mundo entero está en su contra y siempre hay alguien a quien culpar de su desgracia y tristeza”, siempre pesimistas, atraen l...a atención con expresiones faciales preocupadas, suspiros, temblores, llantos, miradas perdidas, respuestas lentas y relatos reiterados de dramas y crisis punzantes, de este modo atraen simpatía llevando la energía hacia ellos. Les gusta ser los últimos de la fila y someterse a los demás.
Los pobres de mi seducen inicialmente por su vulnerabilidad y su necesidad de ayuda. Sin embargo, no les interesan realmente las soluciones porque entonces perderían su fuente de energía.
Su comportamiento va desde convencer, defenderse, dar excusas, explicar reiteradamente, hablar demasiado, a tratar de resolver problemas que no son de su incumbencia. Dejan que se los consideren como objetos, y después se ofenden porque no los valoran y cada sugerencia que reciben de sus amistades, bien intencionadas, es descartada con múltiples argumentos, para preguntar luego “qué debo hacer?”.

2 - El Intimidador: Los intimidadores logran que todos les presten atención a fuerza de gritos, fuerza física, amenazas y exabruptos, mantienen a todos a raya por temor a desatar comentarios molestos, rabia y, en casos extremos, furia. La energía va hacia ellos debido a que los demás se sientan atemorizados y ansiosos. Los intimidadores siempre ocupan el escenario.
Básicamente egocéntricos, su comportamiento puede ir desde dar órdenes a los que están a su alrededor, hablar constantemente, ser autoritarios, inflexibles y sarcásticos, a ser violentos.

3 - El Interrogador: Los interrogadores socavan el ánimo y la voluntad cuestionando mentalmente cualquier actividad y motivación. Son críticos hostiles, buscan formas de hacer sentir mal a los demás. Cuanta más atención presten a sus errores y sus defectos, más pendiente estará usted de ellos y más reaccionara a todo lo que hagan. Al hacer esfuerzos para probar su valía y responderlas y más energía les está enviando. Es probable que todo lo que diga sea usado en su contra en alguna oportunidad. Son hipervigilantes, su valía y responderles, más energía les está enviando. Es probable que todo lo que diga sea usado en su contra en alguna oportunidad. Son hipervigilantes, su comportamiento puede ir de ser cínicos, escépticos, sarcásticos, fastidiosos, perfeccionistas, santurrones, a ser viciosamente manipuladores. Inicialmente atraen a los demás con su ingenio, su lógica infalible, sus hechos y su intelecto.

4 - Culpador Profesional: Se encuentran siempre en actitud de ataque, sobre reacciona y acomete verdaderas cruzadas en busca de culpables por las situaciones que ellos mismos generan. Suelen ser verbalmente agresivos y abusivos, y en vez de quejarse como “el llorón”, atacan hasta a sus seres queridos. No es el mundo en contra de ellos, sino que usted está en su contra.

5 - Reyes del Drama: Comienzan cada frase con un “no sabes lo que me sucedió ahora. Su vida fluctúa siempre en los extremos positivos o negativos, navegando de crisis en crisis y alimentándose del caos con el que manejan sus vidas. Cada una de sus experiencias pareciera ser un cóctel de intensas emociones.

6 - El Distante: Las personas distantes están atrapadas en su mundo interior de luchas, miedos, y dudas sin resolver. Creen inconscientemente que si se muestran misteriosos y desapegados, otros vendrán a rescatarlos. A menudo solitarios, mantienen distancia por temor a que otros impongan su voluntad o cuestionen sus decisiones. Piensan que tienen que hacer todo solos, no piden ayuda. Generalmente, consideran que su principal problema es la falta de algo (dinero, amigos, contactos sociales, educación). Las personas distantes están atrapadas en su mundo interior de luchas, miedos, y dudas sin resolver. Creen inconscientemente que si se muestran misteriosos y desapegados, otros vendrán a rescatarlos. A menudo solitarios, mantienen distancia por temor a que otros impongan su voluntad o cuestionen sus decisiones. Piensan que tienen que hacer todo solos, no piden ayuda. Generalmente, consideran que su principal problema es la falta de algo (dinero, amigos, contactos sociales, educación).
Su comportamiento va de no mostrar interés, no estar nunca disponibles, no cooperar, a ser condescendientes, a rechazar, oponerse y ser escurridizos, hábiles en el manejo de la indiferencia como defensa.
Inicialmente, atraen gracias a su personalidad misteriosa e inaccesible.

7 - Conversador Constante: ¿Tiene amigos que tardan dos horas en contarle que cambiaron la rueda del auto, o amigas que interrumpen un evento familiar para narrarle la intensa conversación que tuvieron con la manicurista o le recitan la agenda de actividades que tienen para ese día? Para Orloff, estas personas están conectadas sólo con lo que les pasa a ellas, son incapaces de escuchar a los demás y usan a sus seres queridos como espectadores de sus eternos monólogos.

8 - El adicto a la yugular: Son las típicas personas que, cuando les están contando un problema, interrumpen a su interlocutor diciendo que la situación de ellos es peor. Ante cualquier manifestación, lo que ellos sienten o han experimentado es mejor o más grande. Y si se trata de parejas o amigos cercanos, suelen ser descubiertos cuando intentan echar por tierra las aspiraciones o planes de sus seres queridos: por ejemplo, si alguien desea comprar una casa, les recuerdan que tardarán años en pagar un préstamo; si quieren viajar, acotan que las últimas vacaciones no funcionaron o, simplemente, dejan entrever que la persona no es capaz de ejecutar sus deseos porque carece de actitudes.”

Cuando estés con alguno de éstos tipos, protege tu energía y no caigas en su vampirismo, y si te ves tú en alguna de éstas actitudes:” despierta, obsérvate y cambia de actitud”.

Para los que hacen estas prácticas conscientes o inconscientemente, les aconsejaría humildemente que se conecten con todas las cosas que nos rodean y así descargan esa energía que a la larga hace mucho daño como por ejemplo: Con las montañas, mares, ríos, amaneceres, atardeceres, bosques, parques, conectarse con el Sol y la Luna. Gracias por permitirme estar aquí con ustedes. Esto ultimo me permití añadirlo ya que se conocen las causas pero no sabemos como mejorarlas

Terapia de Respuesta Espiritual con los Ángeles: LOS ARCÁNGELES Y LOS CHAKRAS

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Dieta de los colores

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Kwan Yin Madre de la Misericordia y de la compasión

Namaste Significado

El significado espiritual y filosófico del sánscrito concede a Namaste un cariz que escapa de su definición puramente semántica. El budismo incorpora este vocablo a su tradición espiritual.

Según cuentan los expertos, la partícula ‘namas’ puede adquirir el significado de “nada de mí”, acreditando que el ego propio de quien enuncia el término queda reducido a la nada, siendo esto una muestra de la actitud de humildad absoluta respecto al interlocutor. Cuando el saludo Namaste se realiza desde la autenticidad del alma, cuentan, se crea un vínculo genuino entre las dos personas, más allá de intereses, expectativas y roles sociales.

¿En que consiste la felicidad?


Ramtha pensamiento consciente


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Madurez Emocional

Madurez Emocional

Por Claudia Cuesta
Uno de los temas que más me apasionan, es el tema de las emociones, quienes hayan participado en mis talleres, saben que siempre hago énfasis en la necesidad de desarrollar el cuerpo emocional, con el fin de lograr un mayor desarrollo espiritual. Ambos aspectos están íntimamente conectados.

Se habla mucho de que es necesario madurar emocionalmente ¿pero qué es exactamente esa madurez? ¿en qué consiste? ¿cómo podemos saber si somos maduros emocionalmente o somos inmaduros?

La clave siempre nos la dará nuestras relaciones personales, es en éstas en donde ponemos a prueba cotidianamente nuestra madurez o inmadurez, es nuestra forma de relacionarnos, de responder, de reaccionar y también son los espejos que nos muestran las personas con quienes nos relacionamos.

Cuando hablo de relaciones, no solo me refiero a relaciones de pareja, sino a toda la gama de relaciones que vivimos cotidianamente, con nuestros jefes, compañeros de trabajo, vecinos, amistades, y por supuesto las relaciones más cercanas, padres, hijos, pareja, etc.

Nuestra civilización le ha dado una enorme importancia al desarrollo intelectual, y la mayoría de nosotros hemos alcanzado altos niveles de crecimiento en esta área, pero la educación actual no está brindando las herramientas para crecer emocionalmente al mismo nivel. En varias fuentes se cita que la madurez emocional promedio del ser humano, se estanca en una edad entre los 4 y los 6 años de edad. Otro pequeño porcentaje alcanza la adolescencia emocional, pero es mínimo el porcentaje de adultos emocionales.

Este artículo tiene la intención de mostrar ciertas pautas que nos ayuden a descubrir en qué nivel de madurez estamos, en función a la forma como nos relacionamos.

Las partes emocionalmente maduras de un ser humano, buscan relacionarse con las partes emocionalmente maduras de otra persona, pero las partes de nuestro ser que no han alcanzado ese nivel, constantemente están buscando relaciones similares a las relaciones paterna o materna, con el fin de llenar ciertos vacíos.

Vayamos a algunos ejemplos:

- Un niño siente que lo que pasa afuera, lo que otros dicen, lo que otros hacen, es lo que le provoca sus sentimientos y por lo tanto, hace responsables a los demás de lo que él siente.
- Un adulto sabe, que nada ni nadie es responsable de sus sentimientos, que afuera no hay nada, y que todo lo que siente es simplemente el resultado de sus creencias y experiencias, por lo tanto no le pide a otros que se hagan responsables de sus sentimientos.

Cualquier evento que sucede a nuestro alrededor, es identificado por nuestra mente subconsciente, con algún evento que ya hemos experimentado en el pasado, la mente automáticamente se refiere a la experiencia y proyecta en una situación actual, la experiencia pasada.

De este modo, cuando nos enfrentamos a un hecho presente, representado por una persona, que es similar a eventos que ya experimentamos en el pasado, se detona un recuerdo y con este vienen todos los sentimientos asociados.

Un ejemplo sería el de Juan que llama a su amigo Pedro para decirle que tiene ganas de verlo ese día, porque necesita contarle un problema. Pedro en ese momento está atendiendo cualquier asunto y le dice que no puede, que le llamará para hablar con él en otra ocasión.

Juan se siente rechazado y abandonado y cuando Pedro le llama, le reclama por sus sentimientos de rechazo y abandono.

La razón por la que Juan identifica la actitud de Pedro como de rechazo y abandono, es porque Juan se siente una persona rechazada y abandonada debido a sus experiencias pasadas, y proyecta esas creencias sobre sí mismo y su realidad, en un hecho presente que no tiene nada que ver con eso.

Si Juan fuera un adulto emocional, comprendería que si él se siente rechazado y abandonado, no es responsabilidad de Pedro, y por lo tanto buscaría la forma de resolverlo internamente. No acusaría a Pedro por sus sentimientos.

Vayamos al caso en que Pedro jamás responde a las llamadas de Juan, constantemente lo deja plantado y no acude nunca cuando lo necesita. En este caso Juan tiene dos opciones, aceptar a Pedro tal y como es, con conciencia de que no puede apoyarse en él, y buscar otra persona que le de apoyo, o terminar la relación con Pedro, porque no cumple con sus estándares de amistad, esa sería una actitud madura, la actitud inmadura es reclamarle a Pedro constantemente por su actitud y pretender que cambie.

Cuando alguien constantemente usa frases como "tu siempre me haces sentir esto" "es tu culpa que yo me sienta así" "si no hicieras esto yo no me sentiría así" etc., está cayendo en este primer punto.

Lo que la mayoría hacemos en estos casos, es intentar cambiar a las personas cuyas actitudes nos hacen vivir sentimientos que no queremos experimentar. Un adulto emocional no intenta cambiar a nadie, o lo acepta tal y como es, o se mueve a relaciones que cubran mejor sus expectativas. No gasta tiempo y energía tratando de cambiar a otros, porque sabe que no se puede, que solo puede cambiarse a sí mismo.

- Un niño siente que alguien más afuera de sí mismo, es el responsable de satisfacer sus necesidades en todos los niveles.
- Un adulto sabe que nadie más que él es responsable de la satisfacción de sus necesidades.

Cuando somos niños, la satisfacción de nuestras necesidades está a cargo de los adultos, porque no tenemos la capacidad de hacerlo por nosotros mismos. Desgraciadamente no existe una guía adecuada que nos ayude a irnos responsabilizando de nuestras propias necesidades, conforme vamos creciendo.

De esta forma nos quedamos con la creencia de que necesitamos que otros "allá afuera" se hagan cargo de satisfacer nuestras necesidades cuando somos adultos.

Estas necesidades abarcan una amplia gama, necesidades de afecto, sustento, aprobación, reconocimiento, apoyo, valoración, intimidad, diversión, etc.

Es verdad que algunas de nuestras necesidades no pueden ser 100% satisfechas sin la ayuda de otros, pero aún así es nuestra responsabilidad, y no la de otros, satisfacerlas. No es responsabilidad de otros que nos sintamos aprobados, si no nos aprobamos nosotros mismos, en ese caso estaremos buscando constantemente que otros lo hagan, y si no lo hacen, descargaremos nuestra frustración acusándolos por su falta de aprobación, o su falta de reconocimiento o su falta de valoración, cuando estas cosas tienen que estar primeramente satisfechas desde adentro.

- Un niño no tiene la claridad para pedir lo que necesita, siempre pretende que los demás adivinen lo que le hace falta.
- Un adulto expresa claramente lo que necesita, y no pretende que los demás lo adivinen.

Aquí es importante hacer notar, que la mayoría de las personas no somos siquiera conscientes de lo que necesitamos, en muchas ocasiones simplemente nos sentimos frustrados, o ansiosos, o inconformes o insatisfechos, pero no sabemos con claridad qué es lo que estamos necesitando. Esa desconexión tan grande con nosotros mismos, nos hace pretender que otros tienen que adivinar aquello que necesitamos para sentirnos diferente.

Si no somos capaces de identificar lo que necesitamos ¿cómo podemos ser capaces de adivinar lo que otros necesitan?

La mayoría de las personas que no tienen claras sus necesidades, o que no saben como pedir ayuda para satisfacerlas, usan un lenguaje incomprensible para que el otro responda, principalmente actitudes, actitudes de indignación, de indiferencia, de rechazo, de frialdad, etc., o simplemente reclamos vagos que no expresan claramente su petición. También suelen pedir otra cosa distinta a la que necesitan, en lugar de decir "necesito afecto y un abrazo" te dicen "no me has llamado en una semana".

Aún expresada la necesidad con claridad, se debe considerar el punto anterior, no es lo mismo pedir ayuda para satisfacer una necesidad, que demandar la satisfacción de una CARENCIA.

- Un niño demanda la satisfacción de sus necesidades en el momento que las siente. A un niño no le importa si la otra persona está dispuesta a ayudarlo, si quiere, o si puede, el niño simplemente demanda.
- Un adulto solicita que se le ayude a resolver una necesidad, pero respeta los tiempos, la disposición y las necesidades del otro.

Cuando somos niños no tenemos la capacidad para ver a nuestros padres o a los adultos, como seres individuales, con necesidades propias, preferencias, intereses o estados de ánimo. Un niño cuando tiene hambre, no se detiene a pensar si la madre está cansada, o está ocupada, o no tiene ganas de atenderlo, demanda de inmediato la satisfacción de su necesidad de alimento.

Desgraciadamente no aprendemos a cambiar de las demandas a las peticiones, y en nuestra vida adulta, esperamos que los demás atiendan a nuestras demandas en la misma forma que esperábamos que nuestros padres lo hicieran cuando niños.

Un adulto emocional ya aprendió que las demás personas son seres individuales, con necesidades propias, estados de ánimo, ocupaciones, preferencias, limitaciones, y espacios propios, por lo tanto cambia la actitud de demanda, por la de petición y no busca la gratificación instantánea, puede esperar a que la otra persona esté disponible para ayudarlo, sin reclamos.

- Los niños hacen dramas.
- Los adultos son enemigos de los dramas.

El drama es una forma de expresión que usamos en esas etapas tempranas, para conseguir sobre todo atención. Sin embargo, un niño que recibe toda la atención que necesita, no es tan afecto a los dramas como otro que no es atendido.

Cuando en nuestras relaciones familiares aprendemos que el drama es un ingrediente necesario para conseguir atención y la satisfacción de nuestras necesidades, entonces como adultos empleamos el mismo método.

Un adulto emocional plantea las cosas, directa, clara, objetiva y abiertamente, sin rodeos, sin muchas explicaciones, sin justificaciones y sobre todo sin drama.

- Un niño le tiene miedo al rechazo y al abandono, porque su supervivencia física depende de ello y porque es incapaz de satisfacer sus necesidades y necesita que sus padres lo hagan.
- Un adulto puede manejar el rechazo y no le teme al abandono, porque sabe que es autosuficiente.

Uno de los miedos más grandes que seguimos enfrentando como adultos, es el miedo al rechazo y al abandono.

En la niñez, ser rechazados o abandonados por nuestros proveedores era literalmente un peligro de muerte, ponía en riesgo nuestra supervivencia física. A niveles inconscientes sabíamos que nuestra vida dependía de ser aceptados y de no ser abandonados por nuestros padres.

Este miedo tan primitivo, relacionado con la supervivencia, afecta nuestras vidas adultas en grados asombrosos. Somos capaces de todo con tal de no sentirnos rechazados y evitar el abandono.

Un adulto emocional no teme al rechazo, porque sabe que no puede ser aprobado ni aceptado por todo el mundo, cuando se ve rechazado, acepta que esa otra persona no comparte alguna parte de su ser sin sentirse lastimado, tampoco le teme al abandono, porque sabe que su supervivencia no está en manos de otro, que es auto-suficiente, que puede satisfacer sus necesidades. Sabe que nadie es indispensable y que puede encontrar relaciones satisfactorias en otras personas.

- Un niño se toma todo como algo personal. Siente que el mundo gira a su alrededor y que todos están pendientes de él, que las acciones y palabras de los demás, siempre tienen que ver con él.
- Un adulto no se toma nada como algo personal. Sabe que el mundo no gira a su alrededor, sabe que nada tiene que ver con él.

Un niño no tiene la capacidad de diferenciarse por completo de su entorno, en etapas tempranas, parte de nuestro proceso de desarrollo, consiste en vernos como el centro de nuestro universo, y por lo tanto, sentimos que absolutamente todo lo que sucede tiene que ver con nosotros.

Si los padres se enojan entre sí, el niño piensa que tiene que ver con él, si los adultos están felices, el niño piensa que tiene que ver con él, si están cansados, tiene que ver con él, si están ausentes, tiene que ver con él.

Si la madre tuvo un día pesado en la oficina, viene cansada y regaña al niño por algo, el niño no tiene la capacidad de discernimiento para pensar "mi mamá está cansada y fastidiada, su enojo no es conmigo, es con su situación, por lo tanto yo no he hecho nada malo, solo es su proyección" lo que hace el niño es pensar "yo he de ser muy malo para que mi mamá esté tan enojada conmigo".

Debido a que la educación no fomenta una comunicación profunda y clara con los niños, la mayoría crecemos tratando de adivinar las razones por las cuales nuestros padres tienen ciertas actitudes con nosotros, y como no podemos llegar a conclusiones objetivas, asumimos que existe algún error o defecto en nosotros que provoca esas reacciones o actitudes que nos duelen.

Como no aprendemos a usar nuestro discernimiento por esa falta de comunicación y explicación de parte de los adultos, cuando crecemos seguimos pensando que somos el ombligo de nuestro universo y que todo lo que otros hacen o dicen, tiene que ver con algo que nosotros somos.

Si encima tenemos creencias como que somos personas dignas de rechazo, abandono, desaprobación, que somos malos, o idiotas, o insuficientes, etc., cualquier actitud o hecho que exprese otra persona, nos conectará con nuestras propias creencias y responderemos agrediendo, o defendiéndonos.

Un ejemplo claro de esto lo puso Robert Baker en su taller "Revisión de Vida y Recuperación del Alma" cuando explicó las creencias medulares:

Está una pareja en un avión, la esposa toma la revista de vuelo y le dice a su esposo "mira mi amor, que bello es Hawai" el esposo le responde: "Claro, para ti nada es suficiente, sabes que no te puedo llevar a Hawai, por eso me reclamas, si para ti no es suficiente lo que te puedo dar, entonces búscate a otro que si te lo de, ya estoy cansado de que siempre me hagas sentir inferior a ti."

Este es un claro ejemplo de una actitud emocional infantil, en donde la persona piensa que el comentario de la esposa, tiene que ver con algo que él es, y como él se considera insuficiente e inferior, asume que su comentario forzosamente tiene que ver con esas creencias, por lo que responde con agresión y defensa, cuando el hecho objetivo fue "mira mi amor, que bonito es Hawai".

Un adulto emocional, no se toma nada como algo personal, ni siquiera una ofensa directa. Sabe que el ofensor tiene sus propias creencias, experiencias y carencias y que cualquier ataque no es más que una proyección, sabe que las respuestas de todos a su alrededor, están determinadas por el filtro mental y emocional de cada uno. Nuevamente, si algo que otro hace le detona sentimientos incómodos, es adentro en donde lo resuelve, no hay reclamos, ni intentos de cambiar al otro, ni ganas de rescatarlo o salvarlo por lo mal que está. El camino que toma es aceptarlo, poner límites claros, o moverse hacia otra relación.

Un inmaduro emocional siente que todo el mundo lo agrede, que todo el mundo lo quiere dañar, que todo lo que otros hacen tiene la intención de lastimarlo, que los demás están totalmente pendientes de su comportamiento, que todos lo juzgan, que el mundo entero está preocupado por lo que hace o deja de hacer, que cualquier actitud en otros, está directamente relacionada con algo que él es, tienen cierto grado de paranoia y constantemente se queja de todo lo que otros hacen, asumiendo que siempre hay una intención oculta relacionada con él.

- El niño le entrega su poder a los demás, el poder de hacerlo feliz, infeliz, alegre, triste, lastimarlo, sanarlo, etc.
- El adulto no le entrega su poder a otros, nadie tiene esa capacidad.

Cuando somos niños y no hemos desarrollado todavía nuestra lógica, discernimiento y razonamiento, creemos que todo lo que está afuera, es lo que nos hace sentir de determinada forma.

Nuevamente la deficiencia en la educación nos impide aprender a irnos adueñando de nuestro propio poder, para poder tomar decisiones en base a nuestros gustos y preferencias, nuestras necesidades, etc.

Por lo tanto, crecemos con la idea de que son los otros "allá afuera" los que nos hacen sentir felices o infelices, tristes o contentos, etc.

En nuestras relaciones de cualquier tipo, le entregamos al otro el poder de influir en nuestro estado de ánimo todo el tiempo, si esta persona hace A, yo siento B, si hace C, yo siento D. No hemos aprendido que solo nosotros podemos elegir lo que sentimos.

Por lo tanto nuestra atención y enfoque siempre está puesta en los otros, para que determinen como nos vamos a sentir. Y cuando el otro hace algo que nosotros ya definimos que nos provoca un sentimiento desagradable, lo culpamos e intentamos cambiarlo.

¡Le entregamos nuestro poder a cosas tan absurdas como el clima! Cuando decidimos que un día nublado nos va a hacer sentir tristes y un día soleado nos hará sentir alegres.

Un adulto emocional sabe que sus estados de ánimo no depende de los demás, y no le da a otros el poder de hacerlo sentir bien o mal, feliz o infeliz, satisfecho o insatisfecho, él elige cómo quiere sentirse en cada momento del ahora, sabe que es su decisión y no depende del afuera. Al asumir su responsabilidad por sus estados de ánimo, deja de culpar a los otros y a las circunstancias.

Por otro lado, un adulto emocional no le permite al otro que le entregue su poder, si una persona quiere darle el poder de hacerla sentir bien o mal, etc., simplemente no lo recibirá, le devolverá su poder a la otra persona para que asuma su responsabilidad.

- Un niño es dependiente.
- Un adulto es independiente y autosuficiente.

Es un hecho que cuando somos niños tenemos que ser dependientes por definición, no solo física, sino también emocional y mentalmente.

Nuevamente la mala educación en la que estamos inmersos, no nos ayuda a aprender a irnos independizando de nuestros padres, y por lo tanto en nuestra vida adulta, buscamos relaciones de dependencia.

Dependemos de otros para tomar decisiones, dependemos de otros para que nos rescaten, dependemos de otros para que resuelvan nuestros problemas, para que den soluciones, para que pongan acción, dependemos de otros para sentirnos completos o incompletos, para sentirnos amados o abandonados, dependemos económicamente de otros.

Una característica básica que diferencia, o debería diferenciar a un adulto de un niño es justamente la independencia y la auto-suficiencia, son atributos básicos de la madurez, de ser un adulto.

Cada quien tenemos tipos distintos de dependencia, algunos alcanzan la independencia económica, pero no la emocional, otros al revés, pero cualquier tipo de dependencia, indica un grado de inmadurez.

Estos puntos no son todos los que podrían definir la madurez emocional, pero si son algunos de los más básicos. También están muy generalizados.

Estos puntos los vemos reflejados en la forma como experimentamos nuestra realidad, en nuestras actitudes ante la vida, en todo lo que nos rodea.

Si vemos nuestros gobiernos, seguimos buscando padres omnipotentes que no nos toman en cuenta y nos dicen "¡porque lo digo yo!", seguimos pensando que es el gobierno quien tiene que resolver las cosas, pensamos que nuestro jefe es una extensión de nuestro padre y que es su responsabilidad satisfacer nuestras necesidades, pensamos que nuestra pareja debe ser la madre o el padre incondicional que debe adivinar nuestras necesidades para satisfacerlas en el momento, seguimos culpando a nuestros amigos porque no nos comprenden y no nos aprueban. Seguimos culpando a Dios por el mundo que hemos creado nosotros, y también seguimos pidiéndole como niños que venga a salvarnos y a resolver nuestros problemas.

Tanto a nivel individual, como colectivo, estamos rodeados de actitudes infantiles.

Estoy segura que dentro de este proceso evolutivo en el que estamos inmersos, vamos avanzando para convertirnos en adultos en todas las áreas de nuestras vidas, espero que estas pautas sean de ayuda en este proceso, como siguen siendo útiles para mi.

En amor y servicio,

Claudia Cuesta

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