Vida y Muerte desde una perspectiva elemental y conciencial

"Un verdadero Maestro nunca intenta cambiar a nadie directamente.

Es como una fragancia sutil que te envuelve.

Si estás abierto, algo de ella entrará en ti.

Si no estás abierto, esperará a la puerta.

Ni siquiera llamará porque al hacerlo puede perturbar tu sueño.

Es tu sueño y tienes todo el derecho a dormir cuanto quieras.

No es asunto de nadie el Despertarte".

Osho

Enseñanza "Conectando con el Maestro Interno"

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La importancia del trabajo emocional en la espiritualidad

La Importancia del Trabajo Emocional en la Espiritualidad
Por Claudia Cuesta


Durante varios años, en el transitar por todo este mundo nuevo que ha representado para mi la espiritualidad, he tenido muchos altibajos, momentos de mucha plenitud, de mucha emoción y también momentos de mucha frustración, desesperación y tristeza.

Yo me acerqué a todo este nuevo conocimiento en un momento de mi vida en el que todo estaba funcionando mal, en donde los niveles de insatisfacción habían alcanzado el límite, después de varios años de mucho dolor emocional.

Tenía que haber algo más... no podía ser que la vida se tratara de esto... un día platicando con mi padre le comenté que sentía que la vida tenía reglas, que era un juego, que había formas distintas de vivir, pero que sentía que yo no conocía esas reglas, que no entendía el juego y que tenía que encontrar la forma de aprenderlo adecuadamente. Ese día mi padre me regaló un libro y la búsqueda comenzó...

Dio inicio la recopilación de información, mucha información, leí cualquier cantidad de libros de todo tipo, y empecé a entender una parte del juego, cuando menos las reglas, según yo lo veía entonces.

Mi primer contacto con todo esto fue a través de la recopilación de una infinita cantidad de información, me di cuenta de que había mucha tela de donde cortar y también comprendí que había un gran abismo, en ese entonces, entre la información disponible en español y la que había en inglés.

De allí surgió mi interés por comenzar a traducir esta información y compartirla con los demás, cosa que sigo haciendo hasta la fecha.

Lo que sucedió entonces fue que mi parte intelectual, racional, mi parte más desarrollada, tenía ahora un sinfín de datos y sentí en ese momento que la espiritualidad era eso, conocer, saber, entender.

Por supuesto esta es una parte y muy importante, porque me ayudó a expandir mi conciencia, me ayudó a cambiar algunas concepciones y percepciones de la realidad, pero no era más que eso, información, datos, alimento para el cerebro izquierdo, solo eso.

Fue entonces que creí que yo era diferente y especial, que yo tenía mucha información que los demás no tenían, que yo si estaba "despertando" y que los demás estaban dormidos, que yo si entendía de qué se trataba el juego y los demás no, desarrollé maravillosamente mi soberbia y mi prepotencia, ahora tenía una razón para sentirme "más que", pobres de los demás "dormidos" yo estaba despierta.

Por supuesto mi vida no había cambiado en lo absoluto, seguía sintiéndome completamente insegura, devaluada, miserable, insatisfecha, frustrada y demás. Pero yo tenía "la información".

Quise convencer a mi familia y amigos de que todo esto era "el camino", que lo que yo estaba aprendiendo era "la verdad" que ellos no tenían idea ni sabían nada, traté de compartirles toda esta información a todos los que podía, y no solo eso, en mi "superioridad" comencé a convertirme en una persona aburrida, sin otro tema de conversación que la metafísica, los ángeles y la federación galáctica, consideraba que los aburridos eran los otros con sus temas de conversación tan "frívolos y superficiales".

El resultado, nadie me creyó, a nadie le interesó, a nadie le importó y todos se alejaron de mi. Yo no comprendía esto, yo, que conocía toda esta información y nuevas verdades, rechazada por los "dormidos" que no quieren escuchar.

Entonces un día mi hermano se atrevió a decirme todo lo que los demás hubieran querido decir pero no se atrevieron. "Hermana, el día que yo te vea feliz, realizada, plena, satisfecha, exitosa, en paz, en armonía, gozosa, alegre, etc., ese día escucharé todo lo que tengas que decirme, pero mientras sigas siendo esta persona amargada, insatisfecha, triste, frustrada y ahora encima soberbia y prepotente, minimizando a los que no les interesan tus rollos, por favor no me vengas con historias..."

Fue una lección dolorosa, pero lo agradezco infinitamente, porque entonces comprendí... y revisé mi vida, y me vi tal como era y descubrí que toda esta información no servía de nada, si no tenía el poder de cambiar mi vida.

Estuve allí atorada un tiempo, no podía entender cómo podía servirme en mi vida cotidiana haber leído todo el libro de Urantia, no entendía por qué los mensajes del Arcángel Miguel, o Gabriel o cualquier otro, no me estaban ayudando a ser más dichosa, no sabía como hacer para sentirme satisfecha.

Entonces comenzó el periodo de los cursos... no vale la pena siquiera enumerar todos los que tomé, pero fueron varios.

Allí di otro pequeño salto, comencé a bajar un poco de la información hacia algo más práctico, aprender a meditar me ayudó enormemente a ponerme en contacto conmigo misma, la meditación Mer-Ka-Ba aceleró mi proceso de crecimiento.

Pero todos estos cursos estaban enfocados en tres cosas principalmente: el corazón, la garganta, el tercer ojo y la coronilla. Tienes que aprender a amar incondicionalmente, tienes que meditar y mandar amor a todo el mundo, tienes que expresar tu verdad y comunicarte con los reinos superiores, tienes que aprender a ver la energía y el aura, tienes que aprender a ser más telepática, tienes que aprender a comunicarte con tu Ser Superior.

Este fue uno de los periodos más difíciles, no podía amar a todo el mundo, por más esfuerzos que hiciera, no podía entender siquiera el verdadero significado de "incondicional", en los cursos me sentía una inepta porque todo el mundo tenía "visiones" de seres de luz, ángeles, naves y no se que más, y yo no podía ver absolutamente nada, no escuchaba a nadie de ningún reino, ni siquiera este, y mi Ser Superior era un concepto vago, lejano, inalcanzable, al que me esforzaba por ver, sentir o escuchar y que siempre parecía estar demasiado lejos de mi alcance.

Pensé que era cuestión de tiempo, que con la práctica podría alcanzar estos niveles "superiores" de conciencia, que solo tenía que tener paciencia.

Por supuesto esto no sucedió, ni con el tiempo, ni con la paciencia y terminé en un estado de frustración y enojo muy grande, estaba enojada con los reinos superiores, con mi ángel, con mi Ser Superior, con los cursos, con los que sí veían y oían, con la información y con la espiritualidad.

¿Y ahora qué? ¿qué se supone que sigue? ¿hacia donde me tengo que mover? Nada funciona, nada sirve, mi vida sigue igual, sigo insatisfecha, y lo peor de todo... ya no me puedo regresar a donde estaba.

En la mayoría de las escuelas, centros, cursos, etc., se ha dado una importancia muy grande al desarrollo de los chakras superiores y en muy contadas ocasiones he visto que le den alguna importancia a los tres inferiores.

En muchos libros, cursos, artículos y talleres, he escuchado que hay que dominar al ego, que hay que controlar a la mente y a las emociones, o que la mente lo es todo y que solo tenemos que aprender a pensar bien, o a usar bien las palabras, que no debemos tener "sentimientos negativos", que no debemos juzgar, que tenemos que amar a todos.

En el taller la Flor de la Vida, que yo imparto, en una parte de los videos que se muestran, Drunvalo dice que en las antiguas escuelas de misterio Egipcias, la enseñanza comenzaba con el trabajo del cerebro derecho, o dicho de otra forma, el aspecto femenino del ser (el cuerpo emocional, los sentimientos, la intuición, la capacidad receptiva, la pasión, la magia, etc.) Una vez que los estudiantes o iniciados habían dominado esa parte de la enseñanza, entonces eran introducidos al aspecto masculino, la información, los datos, lo racional, lo lógico, lo intelectual.

Al parecer, debido a la tendencia tan fuerte que hemos desarrollado en nuestra civilización, todos estamos comenzando por el otro aspecto, el masculino, y está bien, porque es nuestro aspecto más desarrollado y porque el otro está totalmente atrofiado, distorsionado y relegado. Si las enseñanzas de todas las escuelas hubieran comenzado por el aspecto femenino, muy probablemente no habríamos avanzado.

Pero sin importar por donde comencemos, tenemos que atender estos dos factores, porque de otra forma nos quedamos estancados en uno solo sin la capacidad para evolucionar por completo.

Sin embargo he sentido que apenas estamos comenzando a darnos cuenta de este desequilibrio y que todavía nos falta mucho trabajo por hacer en esta área.

En mi experiencia, después de pasar por estas dos etapas, primero la parte intelectual de la recopilación de información y después el desarrollo de los chakras superiores, no fue sino hasta que comencé a trabajar en el cuerpo emocional que verdaderamente mi vida comenzó a cambiar, a cambiar de verdad, a moverse en serio, a dar frutos y resultados.

Tuve la bendición de conocer a Robert Baker e invitarlo a dar un seminario a México, lo asistí en otros seminarios que impartió en Chile y Venezuela y aunque solo pude participar en el primero de varios que él imparte, ese solo seminario me dio las herramientas prácticas para poder comprender realmente qué es lo que me mantenía atorada, no solo en el camino espiritual, sino en todos los aspectos de mi vida.

Me di cuenta de la cantidad de programaciones, creencias, patrones y actitudes que me limitaban, me di cuenta de que era imposible que pudiera amar incondicionalmente si no conocía ese amor, si jamás lo había vivido ni sentido, todo el amor que conocía en mi vida fue condicionado, mis padres me aman mucho, pero aprendieron que el amor era condicionado y así me lo enseñaron, también aprendí en mi educación religiosa que Dios es un ser que también condiciona el amor, si pecas no solo deja de amarte, sino que te condena para siempre, lo mismo pasó con amigos, parejas y cualquier tipo de relación, y lo más grave de todo, yo ni siquiera podía amarme, ya no digamos incondicionalmente, sino de la forma más básica necesaria, entonces ¿cómo se supone que podía amar a todo el planeta incondicionalmente? ¿cómo se supone que podía entender que mi Ser Superior me amaba de esta forma? ¿Cómo me podía sentar a unirme a una meditación mundial a mandar amor? Eso era simplemente imposible.

Y si me voy al chakra de la garganta, es lo mismo, ¿cómo podía expresar mi verdad? Ni siquiera estaba segura de tener una, y ni hablemos de la comunicación con reinos superiores, ¿cómo podía siquiera pensar que los reinos superiores se podían comunicar conmigo, si me sentía tan indigna y poco merecedora? ¿cómo podía tratar de alcanzar algo tan superior, si estaba cargando un costal de culpa y vergüenza? ¿cómo podía expresar mi verdad si no me había perdonado nada en la vida y me seguía sintiendo sucia, pecadora e imperfecta? ¿de qué podía hablar si tenía miedo de que alguien descubriera el monstruo que había dentro de mi?

Ya ni hablemos de los demás chakras superiores, clarividencia, clariaudiencia, telepatía, ver energía, eso era para personas "superiores", no para personas indignas como yo, no para personas que no confían en sí mismas, no para personas que se repiten mil veces "yo no puedo ver, yo no puedo sentir, yo no puedo escuchar", no soy lo suficientemente buena.

Y es aquí en donde nos estancamos la mayoría de nosotros, ese es el nivel general que he percibido, esa es la mentira en la que vivimos todos los días y eso es lo que genera tanta INCONGRUENCIA en este medio espiritual.

Maestros que dan cursos para sanar cualquier cosa, pero veo como tratan a sus hijos, como los siguen traumando todos los días, maestros que dan cursos de abundancia, pero no tienen ni para pagar un taxi, maestros que enseñan a canalizar, o que canalizan, pero tienen una relación de pareja de manipulación, abuso, agresión, maestros que dirigen grandes organizaciones espirituales, pero critican y juzgan a todo el que se les para el frente, personas que transmiten una cantidad impresionante de información, pero que no practican ni la décima parte de lo que informan, maestros que dan talleres de crecimiento, pero que roban y abusan de la gente.

¿Por qué pasa todo esto? Porque no hemos entendido que antes de irnos a los chakras superiores y antes de irnos hacia la mente, tenemos que pasar por los chakras inferiores y pasar por el cuerpo emocional.

Pero esa parte del crecimiento es la más difícil, porque implica esfuerzo, trabajo, constancia, disciplina, y porque se toca mucho, muchísimo dolor.

Estamos constantemente buscando varitas mágicas, métodos rápidos y sencillos para acabar con esta parte, tomamos un solo curso de liberación emocional y nos sentimos graduados, creemos que ya no necesitamos tocar más esas cosas horribles de nuestra niñez que tanto nos lastimaron, buscamos amuletos, mandalas, mantras, e incluso aparatos y máquinas que nos liberen de la energía negativa, constantemente estamos adquiriendo "protecciones", todo en un afán por evitar resolver el problema de raíz, todo con la intención de escaparnos a esa parte engorrosa del proceso.

También es notorio la cantidad de nosotros que en algún momento entramos en caminos espirituales con un profundo deseo de "regresar a casa" de irnos de este planeta, o de cuando menos no tener que volver a regresar. Muchos otros todavía están esperando que venga alguien a salvarnos, los extraterrestres, los seres de luz, o cualquier cosa, porque no nos gusta nuestra vida, no nos gustan nuestras creaciones, no queremos tomar responsabilidad.

Pero no existen fórmulas ni varitas mágicas, no existen métodos alternativos, la curación emocional y el trabajo interno son indispensables si realmente queremos crecer y avanzar.

En nuestra sociedad hemos desarrollado nuestra parte intelectual, pero emocionalmente el 90% de las personas seguimos siendo niños, seguimos reaccionando como niños y seguimos evitando las responsabilidades.

Seguimos enfrentándonos con nuestras incongruencias, tratando de enseñar cosas muy valiosas, pero luchando día a día con nuestras vidas cotidianas, con nuestros hijos adolescentes, con nuestras relaciones de pareja, con nuestra escasez económica, con nuestra insatisfacción, frustración, depresión y demás.

Queremos cambiar al mundo, crear el Cielo en la Tierra, terminar con las guerras, pero estamos muy lejos de poder hacerlo si no nos damos cuenta de que antes de todo esto, tenemos que crecer emocionalmente, tenemos que sanar a ese niño, tenemos que reeducarlo, tenemos que ser un adulto.

Afortunadamente esta inquietud está creciendo cada día más, afortunadamente ya pasamos de la psicoterapia convencional a la transpersonal, existen ya muchos terapeutas que utilizan dentro de sus terapias herramientas más amplias, que integran el concepto del cuerpo físico, el mental, el emocional y espiritual.

En muchas ocasiones he recibido correos de personas pidiendo ayuda, personas que han leído los artículos de la página, personas que están dentro de un camino espiritual, personas que como yo, se han acercado a este aspecto para encontrar alivio, consuelo y respuestas, y la única respuesta que yo he podido darles, es que se involucren profundamente en un proceso de trabajo y curación emocional, que busquen a un terapeuta transpersonal, no a un psicólogo convencional, no a un psiquiatra, y lo siento por los que tengan esta profesión y lean este artículo, pero esas anticuadas tendencias de la sicología no dan resultado, lo sé por experiencia propia, simplemente dejan fuera demasiados aspectos del ser para que puedan funcionar, no se puede sanar a las emociones desde la mente, eso es totalmente imposible.

En las últimas actualizaciones de Reskarendaya hemos incluido varios artículos sobre la codependencia, y seguimos buscando otras fuentes que toquen más este tipo de temas, aunque sigo pensando que la información es valiosa, mi interés también es compartir las herramientas que a mi me han ayudado a crecer, seguimos buscando materiales como las cintas de Lazaris que han sido de muchísima ayuda para sanar emocionalmente, y todo lo que encontremos que podamos ofrecer y compartir, lo incluiremos.

Tanto Vero como yo estamos sumamente conscientes de la necesidad del trabajo emocional en el desarrollo espiritual, ambas deseamos poner en práctica todas estas herramientas, para después poder compartirlas con más personas.

Mi más grande ilusión en estos momentos es poder dedicarme de lleno a la curación emocional y creo que voy en ese camino, primero curándome a mi, asistiendo a mi terapia, usando las herramientas, probando los métodos y lo más importante, convirtiendo mi vida en lo que quiero que sea, dando pasos gigantes, viviendo los resultados, disfrutando los logros, siendo cada día más y más congruente.

En amor y servicio,

Claudia Cuesta

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