Sacarse la Máscara social significa dejar de hacer los personajes que creamos para adaptarnos a situaciones o personas, que además, vamos atrayendo inconscientemente, para repetir el patrón de comportamiento habitual (el arquetipo).
No importa quiénes seamos, qué decisiones tomemos o cómo nos comportemos. Hagamos lo que hagamos con nuestra vida, siempre tendremos admiradores, detractores y gente a quiénes les resultemos indiferentes.
La Sombra se refiere a todos los aspectos ocultos o inconscientes de uno mismo, tanto positivos como negativos, que el ego ha reprimido o nunca ha reconocido. Es todo lo que el mundo (familia, colegios, religiones, cultura, sociedad), nos dijo que está mal: prejuicios, tabúes, creencias, mandatos. Por eso queremos sólo mostrar una emoción social y reprimimos emociones ocultas.
Pareciera entonces que la sombra alberga y está conformada solamente por aspectos negativos, pero la sombra no sólo es eso. Hay personas que prefieren vivir el peor aspecto de su personalidad, y entonces tienen una sombra "positiva" que no viven.
En la sombra también está el Oro, todos los aspectos de amor y empatía, e incluso la memoria de nuestra divinidad, pero si eso fue rechazado o ignorado, tampoco las reconocemos como propias.
Es muy sanador integrar las sombras, es decir verlas y aceptarlas como partes nuestras que hemos arrumado en un cuarto oscuro o "sótano" (el inconsciente), por no ser aceptadas pero que igual se filtran en los momentos menos esperados, y en general generan incomodidad y vergüenza cuando aparecen.
Cuando vamos aprendiendo a reconocer nuestras sombras y a vivirlas un poco más, nos volvemos más accesibles, naturales, y humanos.
"Hasta que hagas consciente el inconsciente, éste dirigirá tu vida y lo llamarás destino". Carl Jung.
Tomado de: Silvana Silveri
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