Espero pacientemente, sabiendo que puedo hacer todo lo que debo hacer.
En Alicia en el país de las maravillas, el conejo dice: “mientras más me apuro, más me atraso”. A veces, esto puede parecer mi mantra. La vida se mueve tan rápidamente que pienso que nunca me pondré al día. Pensar así puede tentarme a apresurarme en mis tareas. Mas el hacerlo puede llevarme a cometer errores y perjudicar relaciones personales. De aquí que tomo todo con calma.
Dejo de pensar que no tengo suficiente tiempo y pongo en práctica el don divino de la paciencia. Según Charles Fillmore, “la paciencia tiene su base en la fe y es perfeccionada sólo en quienes tienen una fe inquebrantable en Dios”. Él nos recomendó mantener una actitud de calma y persistencia. ¡Hago lo que me corresponde con aplomo y gozo!
Las personas que con corazón bueno y dispuesto escuchan … dan una buena cosecha.—Lucas 8:15
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