El karma yoga es un término sánscrito que se refiere a un tipo de doctrina basada en las enseñanzas del Bhagavad guitá. karmayoga, en el sistema AITS. कर्मयोग, en escritura devánagari del sánscrito.
El término karma deriva de la raíz sánscrita kri (que quiere decir ‘hacer’).
También se lo conoce como buddhi yoga.
El karma yoga preconiza que el ser humano debe cumplir con su dharma (‘deber [religioso]’) mientras se mantiene desapegado a los resultados buenos o malos de la actividad. Si se entregan los resultados a Dios, el karma (acción) no producirá reacción, por lo que la persona obtiene moksha (‘liberación [del ciclo de nacimientos y muertes]’).
El karma yoga es parte intrínseca de varios derivados del yoga, tales como el natia ioga.
PRINCIPIOS DE KARMA YOGA
“Karma Yoga es la devoción desinteresada de todas las actividades tanto internas como externas, como sacrificio al Señor, de todas las obras ofrecidas al eterno, como Maestro de todas las energías y austeridades del alma”
Bhagavad Gita
Los componentes claves que determinan que toda acción puede calificarse como siendo Karma Yoga
ACTITUD CORRECTA
No es lo que tú haces lo que cuenta, es la actitud durante la acción que determina si una tarea es una tarea de karma yoga, un trabajo liberal o un trabajo obligatorio. Trabajo es manualidad Swami Sivananda nos enseña “da tus manos al trabajo, y mantén tu mente fijada en los pies de loto del Señor.”
MOTIVACIÓN CORRECTA
Lo mismo como actitud. No es lo que tú haces que cuenta sino tú real motivo detrás de ello. Tu motivo debe ser puro. Swami Sivananda dice: “El Hombre generalmente planea conseguir frutos de su trabajo antes de comenzar cualquier clase de trabajo. La mente está tan estructurada que no puede pensar en ninguna clase de trabajo sin remuneración o recompensa. Un hombre soberbio no puede hacer ningún servicio. El sopesará el trabajo y el dinero en una balanza. El Servicio Desinteresado es desconocido para él”
CUMPLE CON TU DEBER
A menudo el “deber” es referido a la “corrección”. Tu incurrirás en demérito si tu evitas tu deber. Tu deber es hacia Dios, o al Ser, o al Maestro Interior quien te enseña a través de circunstancias específicas de tu vida cuando ellas se presentan.
HAZ LO MEJOR QUE PUEDAS
Lo que sea que tienes que hacer, hazlo lo mejor que puedas. Si conoces una mejor manera de servir, debes aplicarla. No te detengas por temor al esfuerzo o la crítica. No trabajes de manera descuidada solo porque nadie te está observando o porque tu sientes que la tarea no sea como para ti. Da lo mejor de ti. Trata de cumplir acciones que puedan traer el máximo de bondad y el mínimo de maldad. Practica Karma Yoga cada vez más.
RENUNCIA A LOS RESULTADOS
Dios es el hacedor. Tú no eres el hacedor, tú eres solo el instrumento. Tú no conoces las intenciones de Dios o los planes de Dios. Dios es el actor. El Ser nunca actúa, se modifica. Sólo son las Gunas, las tres cualidades, las que están jugando. El camino para realizar esta verdad es trabajar constantemente para el propio bien del trabajo y apartarse de los resultados, buenos o malos. Es el deseo de acción lo que obliga al individuo. Es el desapego de la acción que diluirá las semillas kármicas. Desapego de los resultados también significa desapego de la clase de trabajo en sí mismo. No hay tarea que sea inferior o superior a otra tarea diferente. No te apegues a tu trabajo. Mantente listo para renunciar a tu trabajo si es necesario.
SIRVE A DIOS O AL SER EN TODO
SIGUE LA DISCIPLINA DE LA TAREA
Cada trabajo es un maestro de algún tipo. Tú puedes aprender diferentes destrezas ejecutando diferentes trabajos. Cada trabajo tiene diferentes requerimientos en términos de tiempo, grado de concentración, habilidades, experiencia, entrega emocional, energía física o voluntad. Trata de cumplir cualquier tarea que estés haciendo, bien.
Es una acción que se realiza sin pensar en ganancias. En muchas interpretaciones modernas, se puede ver como un deber cuya acción se hace sin tener en cuenta los resultados que afectan a esa acción.
Se dice que los resultados pueden ser de tres tipos - aspirar hacia algo, lo contrario a la aspiración, o una mezcla de los dos anteriores. Si uno puede realizar sus deberes (tal y como se describen en las Vedas) sin anticiparse a los resultados de sus acciones, lleva el rumbo apropiado.
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