Vida y Muerte desde una perspectiva elemental y conciencial

"Un verdadero Maestro nunca intenta cambiar a nadie directamente.

Es como una fragancia sutil que te envuelve.

Si estás abierto, algo de ella entrará en ti.

Si no estás abierto, esperará a la puerta.

Ni siquiera llamará porque al hacerlo puede perturbar tu sueño.

Es tu sueño y tienes todo el derecho a dormir cuanto quieras.

No es asunto de nadie el Despertarte".

Osho

Enseñanza "Conectando con el Maestro Interno"

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Los cinco principios del Reiki

Los Cinco Principios Reiki
Por Verónica Hernández Simeonoff
Sólo por hoy no te preocupes.
Sólo por hoy no te irrites.
Sólo por hoy sé amable con todos los que te rodean
y respeta a todo ser vivo.
Sólo por hoy realiza tu trabajo honradamente.
Sólo por hoy agradece todos los dones de tu vida.

Usui enunció cinco principios que en realidad son unas pautas de comportamiento universales que nos ayudan en nuestro camino por la vida, orientándonos y acercándonos a la evolución espiritual.

Cualquier practicante de Reiki debe aprenderlos y repetirlos mentalmente hasta conseguir tenerlos presentes en todo momento para que le sirvan de guía y referencia y también para poder trasmitírselos a sus pacientes.

Deben ser integrados como valores en nuestros esquemas mentales.

Primer principio: Sólo por hoy no te preocupes

Las tres primeras palabras que Usui antepone a cada principio, “sólo por hoy”, simbolizan la idea de “aquí y ahora”, indicándonos que no debemos tener remordimientos por el pasado, de forma que si alguna acción nuestra del pasado nos produce inquietud o sentimientos de culpabilidad, debemos comprender que en aquel momento concreto actuamos según nuestros condicionamientos de entonces y que eso fue el resultado de nuestro grado evolutivo anterior, por lo que actuamos lo mejor posible en ese momento, y debemos agradecer la lección que aprendimos lo que nos permite que esa acción no vuelva a repetirse en nuestras vidas.

De igual manera, tampoco debemos preocuparnos por el futuro, porque nosotros mismos creamos nuestro futuro, y las situaciones por las que pasamos son exactamente las que necesitamos en cada momento, ya que cada una encierra la lección que debemos aprender en nuestro proceso de evolución. Por ello debemos agradecer cada situación, sea agradable o no, y seguir nuestro camino con aceptación, paz y amor.

La preocupación está generada por el miedo a una situación concreta o a un futuro incierto, por ello, para no preocuparnos, debemos asumir la idea de que el miedo es una sensación que nos acompañará en nuestro camino de crecimiento y de evolución, ya que para avanzar debemos correr riesgos, y este miedo sólo puede ser considerado como un amigo si lo afrontamos desde una actitud de poder que se logra con un trabajo interior de autoestima, amor y confianza en nosotros mismos, en los demás y en Dios.

La preocupación influye negativamente en el segundo chakra y produce bloqueos en él que pueden causar enfermedades, por consiguiente, cuando te sientas preocupado, analiza la razón de tu preocupación observándola desde una perspectiva distante y decide si tiene el poder suficiente para sentirte así. Analiza si le estás dando demasiada importancia a la situación, ríete de ello y piensa que tu vida continuamente te está dando la oportunidad de manifestar tu alegría y tu amor, sumérgete en estas situaciones y disfruta de ellas con alegría y gozo. Pero si por el contrario, existe una poderosa razón para estar preocupado, manifiesta exteriormente tu preocupación para desbloquear lo máximo posible la energía negativa y después sal a la calle y contempla la vida que discurre y fluye sin detenerse pensando que “aquí y ahora” tu formas parte de ella. Se consciente de que continuamente en tu vida se van a seguir produciendo tanto las situaciones que te alegran como las que te preocupan e intimidan, y la finalidad de ambas es enseñarte las lecciones que te corresponden. Una vez asimiladas estas enseñanzas, continua viviendo con alegría y amor.

La preocupación y el miedo provocan en nuestro organismo un conjunto de modificaciones fisiológicas como taquicardia, aumento de la presión sanguínea, respiración superficial jadeante y una sensación de vacío en el estómago, producida por una descarga de adrenalina en el torrente sanguíneo destinada a preparar nuestro cuerpo para la huída o la acción. Si esta situación se repite con frecuencia y no gastamos este exceso de adrenalina en una huída o en una lucha con su correspondiente descarga emocional, nuestro cuerpo se envenena y contamina y las glándulas suprarrenales se habitúan a segregar un exceso de adrenalina al menor contratiempo, lo que disminuye nuestra capacidad inmunológica, haciéndonos más vulnerables a la enfermedad. Por ello hay que educar a la mente para adoptar una actitud de neutralidad ante las situaciones de la vida capaces de afectarnos y debemos cultivar la alegría, el optimismo y la confianza en nosotros mismos.

Nunca te fastidies de ti mismo por nada, sean cuales sean las circunstancias exteriores. Debes ser consciente de tu realidad: tu eres un ser espiritual con esencia divina capaz de superar por ti mismo cualquier obstáculo y afrontar cualquier situación.

Debes confiar en tu Yo Superior que todo lo sabe, y esa actitud, una vez interiorizada, te llevará a una vida sin preocupaciones.

Cultiva el optimismo, adorna tu rostro con una sonrisa perenne, que se reflejará en los que te rodeen.

Segundo Principio: Sólo por hoy no te irrites

La irritación es un estado de desarmonía que proviene de diferentes fuentes pero principalmente de sentimientos de cólera y de ira, que a su vez son generados porque queremos controlar y dominar todas las situaciones en las que nos vemos inmersos. Cuando las cosas no son como queremos y se nos escapan de nuestro control, experimentamos sentimientos de enfado, rabia, odio, cólera, etc. que nos producen un estado de desconexión con nuestro Yo Superior, de la consciencia universal y del amor divino.

Cuando te sientas furioso o irritado por algo, recuerda este principio. Analiza el motivo de tu irritación y contempla lo intrascendente que es y la poca importancia que tiene, pensando que esta furia te está impidiendo expresar tu amor de forma incondicional, separándote del sentimiento de unión y de formar parte de la consciencia universal.

Ten siempre presente la teoría del espejo universal, recuerda que lo que piensas y sientes de los demás es un reflejo de ti mismo y asume el control y la responsabilidad de tu propia vida, analizando las causas de tu furia que están dentro de ti (y no fuera) y que sólo tu trabajo interior pueden superarlas.

Nuestras reacciones coléricas hacia los demás nos ayudan para descubrir los puntos débiles de nuestra personalidad y una vez identificados, estaremos en condiciones de asimilar las enseñanzas que encierran.

Cuando los pensamientos son de odio,
rabia o crítica, las sustancias químicas
que produce nuestro cuerpo deprimen el sistema inmunitario.
Cuando los pensamientos son de amor, paz y comprensión,
produce otras sustancias químicas que fortalecen y
estimulan el sistema inmunitario.
Todas las personas de este planeta necesitamos
sanar nuestro espíritu primero
para poder curar nuestro cuerpo y mantenerlo sano.
¡El amor y el perdón nos sanan a todos!
Louise Hay

Tercer Principio: Sólo por hoy sé amable con todos los que te rodean y respeta a todo ser viviente

Todo lo que existe en el universo procede de la misma fuente. Todos tenemos un origen común que fue la voluntad original del Creador de darnos la vida y de que todo lo que existe en nuestro entorno nos acompañe durante nuestra estancia en la Tierra. Por ello, todos estamos impregnados de la esencia divina y con la individualidad que Dios nos ha dado, formamos parte de la unidad cósmica y universal.

Cada entidad de la Creación con la que tenemos contacto, ya sea persona, animal, vegetal o mineral, es merecedora de todo nuestro respeto, amabilidad, compasión y amor. Esta actitud de amoroso aprecio a todo lo creado nos hace recordar que todos procedemos de un mismo origen situándonos en una posición que nos favorece emocionalmente y que colma nuestras expectativas vitales y nuestra duda existencial al experimentarnos a nosotros mismos como parte de la creación. Nos hace sentirnos nutridos por una sensación de pertenencia a la Conciencia de la Unidad Cósmica y Universal.

Cuando proyectamos hacia nuestro entorno sentimientos compuestos de vibraciones de amor y energía positiva, comenzamos a recibirlos nosotros también.

El primer paso para realizar este principio es quererte y respetarte a ti mismo, porque si constantemente te criticas, te autodesprecias y tienes una pobre opinión de tu persona, esto es lo que reflejarás en los demás y así tus cuerpos físicos y sutiles irán acumulando energías negativas y toxinas para ajustarse a la opinión que tienes de ti mismo y los demás. Cuando no te aprecias y te amas sin condición, tu crítico interno te está diciendo constantemente que no eres lo suficientemente bueno y esto te hace infeliz y disminuye tu alegría en los actos cotidianos y en las relaciones con los demás.

El grado máximo de interiorización y realización de este principio es avanzar un paso más y pasar del amor hacia nosotros mismo y los que nos aman, al nivel crístico de amor a los que nos odian y a nuestros enemigos. Esto lo conseguiremos al comprender y recordar que dentro de la envoltura física todos estamos constituidos por la misma naturaleza divina. Al enfrentarte a situaciones difíciles recuerda siempre que cada persona física tiene en su interior un ser de luz y acércate a él con amor y respeto.

Cuando nos amamos realmente a nosotros mismos,
todo funciona en la vida,
porque entonces no podemos hacernos daño
ni tampoco hacer daño a nadie más.
Amate por dentro y por fuera,
y los demás también te amarán.
Tu eres tu mejor amigo o amiga.
Tu relación contigo es eterna.
Dedica un rato cada día a comunicarte con tu corazón.
Louise Hay

Cuarto Principio: Sólo por hoy realiza tu trabajo honradamente.

El trabajo que realizas es una parte de ti mismo, de tu energía vital, que cedes al mundo y a la colectividad en que vives en forma de actividad física o intelectual.

Primero debes amar lo que haces.

Si no te gusta lo que haces, debes cambiar de actividad y si no puedes o no quieres cambiar de actividad deberás cambiar de actitud respecto a lo que haces, de forma que tus actividades se conviertan en tareas dignas de tu aprecio y de tu amor.

No existen unas tareas mejores que otras, lo único que existen son actividades, tareas o trabajos en sí mismos, y los que les da más o menos valor para ti es lo que tú piensas sobre ellas. Por ello, si modificas tus creencias hacia tu trabajo, puedes pasar de una situación decepcionante a un nuevo estado de satisfacción, alegría y amor hacia lo que haces.

Una de las consecuencias de amar nuestro trabajo es que después lo realizamos honradamente, lo que supone hacerlo en base a los principios básicos de amor a ti mismo y a los demás, aportando luz y claridad a todas nuestras actividades.

Si somos honrados con nosotros mismos y con los demás y actuamos asumiendo la responsabilidad por nuestros actos, desarrollamos una existencia armoniosa y aumenta nuestra autoconfianza y la seguridad en nosotros mismos. Entonces transmitimos coherencia y sinceridad a nuestras relaciones con los demás y viviremos alineados con el propósito de nuestro Yo Superior.

Honestidad y honradez son palabras que usamos muchísimo,
no siempre con pleno conocimiento de lo que verdaderamente significan.
Ser honrado no tiene nada que ver con la moralidad
o con ser bueno o virtuoso.
La honradez es un acto de amor hacia nosotros mismos.
El principal valor de la honestidad está en que cualquier
cosa que demos en la vida la recibiremos de vuelta.
Si menospreciamos o juzgamos, nosotros seremos juzgados.
Si siempre estamos enfadados,
entonces encontraremos enfado dondequiera que vayamos.
El amor que nos tenemos a nosotros mismos
nos mantiene en armonía con el amor que la vida nos tiene reservado.
***

Conecta con la creatividad del Universo,
Bendice tu trabajo.
Afirma que lo que haces te satisface y te llena de placer.
Si quieres cambiar de trabajo, afirma que dejas tu puesto con amor
para la siguiente persona que lo ocupe.
Y se consciente que hay alguien que anda buscando
precisamente lo que tu tienes para ofrecer.
Louise Hay

Quinto Principio: Sólo por hoy agradece todos los dones de tu vida.

La gratitud es un mecanismo psicológico utilizado en todas las religiones porque es una herramienta espiritual para seguir recibiendo los dones que nos concede el Universo ya que graba en nuestra mente la sensación de pertenencia a la fuente de donde provienen todos nuestros dones.

La gratitud se relaciona con la abundancia, el éxito y la prosperidad. Debes agradecer lo que tienes para poder seguir recibiendo.

La gratitud comienza por nosotros mismos. Agradécete a ti mismo por lo que eres y tienes y esta misma gratitud te producirá seguridad en tus capacidades para poder superar las continuas dudas, miedos y temores.

El mecanismo del espejo universal refleja todo lo que le enviamos, de forma que para conseguir la prosperidad debes dar gracias constantemente como si ya se te hubieran concedido tus deseos y objetivos. Cada vez que te concentras en lo que deseas ver realizado le estás aportando energía manifestadora y puedes incrementar y reforzar este proceso de manifestación dando las gracias como si ya lo hubieras recibido.

Agradece todo lo bueno que hay en tu vida.
Agradece los bienes que vas a recibir.
Agradece las maravillosas experiencias
que favorecen tu crecimiento.
Da las gracias por ser capaz de expresar gratitud.
Agradecer al Universo las bendiciones que recibimos
nos ayuda a atraer más cosas positivas a nuestra vida.
Del mismo modo, quejarnos sólo nos atrae más cosas negativas.
Una actitud de agradecimiento
nos abren los portales que conducen a una vida más rica,
plena y abundante.
Louise Hay

Por Verónica Hernández. Reiki Master. Adaptado del libro: “Libro completo de Reiki” , de José María Jiménez Solana, la Agenda 1999 y 2000 de Louise Hay y el libro “ El Poder está dentro de ti” de Luise Hay.

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