EL ARTE DE LA
RESPIRACIÓN
RITMICA
Por el Amado
Mahá Chohán
Primera Lección
Cuando llegamos a la
realización de que
respirar significa vivir,
y de que si respiramos
de la forma correcta
podemos corregir
cualquier situación
dentro de nuestro
cuerpo físico, el chela
sabio aplicará la
instrucción dada aquí.
Este cuerpo físico es el
Templo del Dios Vivo, y
al aprender a respirar
de forma pareja y a
dirigir el aliento,
podemos elevar la
acción vibratoria del
cuerpo. Al hacer esto,
avivamos cada célula,
aclarando la efluvio
que hemos permitido
que se forme. La
mayor parte de la
humanidad se ha
puesto tan pesada con
esa efluvio
autocreada, que se
siente perezosa y
cansada la mayor
parte del tiempo. El
Amado Mahá Chohán
tiene muchos deseos
que su cuerpo
estudiantil se
concientice sobre la
importancia de la
respiración correcta.
Por ende, de tiempo
en tiempo incluiremos
un ejercicio
importante, el cual
sabemos mejora los
cuerpos físicos,
etérico, mental y
emocional de todo
aquel que se tome el
tiempo para
practicarlos.
No se desanimen si al
principio no pueden
controlar estas
respiraciones,
Insistan, ya que la
practica hace la
perfección, y el
resultado de la
perseverancia cuando
caiga en cuenta de
que se siente su
cuerpo físico mas
liviano, que su
pensamiento está mas
libre y menos
obstaculizado.
Experimentarán una
visión mas alegre y
estarán mas calmados
emocionalmente, mas
serenos al enfrentarse
a situaciones que se
presentan
diariamente en la vida
de todos.
Es una buena idea
separar un momento
especial del dia para
estos ejercicios. Deben
hacerse por lo menos
dos veces al día.
Lo que es importante
hacer antes de
comenzar ningún
ejercicio de
respiración es vaciar
los pulmones de aire.
Pongan la boca en
forma de "U" y
exhalen con fuerza.
Párense erectos con
los pies juntos, brazos
relajados a los lados
del cuerpo. Al
comenzar a respirar,
pongan los brazos en
tensión y lentamente
inhalen contando
hasta cinco y elevando
los brazos suavemente
sobre la cabeza. A
medida que inhalan,
empujan el diafragma
hacia fuera.
Mantengan la
respiración, contando
hasta cinco y visualicen
una Gran Luz Blanca
que se vierte hacia
abajo desde su
Presencia de Dios.
Luego suavemente
exhalen contando
hasta cinco a medida
que van bajando los
brazos a los lados.
Descansen, contando
hasta cinco. Repitan
esta respiración siete
veces. Relájense,
diciendo entonces el
siguiente decreto con
sentimiento.
TE DOY LAS GRACIAS,
PADRE,. POR MI VIDA,
POR MI CUERPO
FÍSICO, EL
INSTRUMENTO MAS
MARAVILLOSO EN EL
UNIVERSO. AHORA YO
COMANDO QUE CADA
CELULA, ATOMO,
GLANDULA, MUSCULO,
ORGANO Y FUNCION
DE MI CUERPO ACEPTE
LA FLAMEANTE LUZ
DESDE MI PRESENCIA
DE DIOS QUE SANA,
ELEVA E INTEGRA ESTE
TEMPLO DEL DIOS
VIVO, Y TE DOY LAS
GRACIAS POR MI
CUERPO PURO Y BIEN
BALANCEADO.
Segunda Lección
Casi todo el mundo
desea sentirse joven,
desea ser capaz de
moverse de forma
hermosa y rítmica,
desea caminar con
gracia, brillar por la
felicidad y gozo
interno…. Todo esto
puede lograrse si se
practican las
Respiraciones que les
estamos enseñando.
Es el deseo del amado
Mahá Chohán que
seamos ejemplos
brillantes. No
podemos pretender
ayudar a otros si
nosotros mismos no
somos "la Luz que
brilla en la oscuridad".
En este ejercicio
estamos decretando
juventud. Visualícense
haciendo algo que no
hayan hecho en años
(correr cerro arriba,
hechar una carrera
hasta la playa, saltar
con alegre abandono,
etc.) Sientan la libro
flotabilidad de la
juventud.
Párense con los brazos
a los lados. Tomen
una respiración lenta
y profunda, mientras
cuentas hasta cuatro.
Levanten sus brazos
hacia delante,
pasándolos sobre la
cabeza y hacia atrás
hasta donde alcancen,
moviendo la cabeza
hacia atrás también
de manera que su
cara quede mirando el
cielo. Aguantando la
respiración , dóblense
hacia delante desde la
cintura, tocando el
piso y regresando
hasta arriba
estirándose hacia
atrás (como antes).
Exhalen nuevamente,
llevando los brazos a
la posición inicial.
Hagan esto tres veces.
Luego decreten con un
sentimiento profundo
ESTOY LLENO DE LA
LUZ QUE REVITALIZA
CADA PARTE DE MI
CUERPO. ESTOY LLENO
DE ESE BRILLANTE
SENTIMIENTO DE
JUVENTUD. ESTOY
VIVO CON EL PODER
MOTIVADOR DE LA
ACCIÓN . YO SOY
JOVEN, JOVEN, JOVEN.
YO SOY LA JUVENTUD
ETERNA.
Tercera lección
Le debemos mucho a
nuestro Sol Físico y a
Esos Grandes Seres,
Helios y Vesta, el Dios
y la Diosa que viven
allí dentro. El Sol
vierte Luz y la
Sustancia dadora de
vida a todos,
Nosotros, por
supuesto, estamos
conscientes del Sol,
pero también pero
también debemos
saber que podemos,
mediante nuestra
atención, atraer al
interior de nuestro
cuerpo (mediante el
amor y la gratitud) la
Radiación beneficiosa
que es Su placer
conceder a todos
aquellos que viven,
que se mueven y que
tienen su ser en este
Planeta Tierra..
En la respiración
siguiente, les pedimos
que se pongan de cara
al Sol, si es posible. Si
no, visualicen el Sol
con el ojo de sus
mentes. Al mismo
tiempo que inhalan
eleven sus brazos de
sus lados hacia arriba
hasta que formen una
Cruz .con las palmas
de la mano hacia
arriba . Esta posición
simboliza la completa
rendición a nuestro
Dios Padre-Madre
Celestial.
Párense rectos con los
pies juntos,
visualizando los
Dorados Rayos de la
Luz del Sol emanando
hacia ustedes al
tiempo que, contando
hasta cuatro toman
una respiración lenta
y profunda y elevan
sus brazos hasta
formar5 la Cruz.
Inhalen esos Rayos
dentro de su corazón;
es decir dirijan la
respiración al área del
corazón. .Aguanten la
respiración por una
cuenta de cuatro.
Exhalen a la cuenta
de cuatro bajando los
brazos, y a medida
que exhalan sientan
el aliento como Luz
Dorada que está
saliendo por todos y
cada uno de los poros
de su cuerpo.
Descansen por una
cuenta de cuatro y
repitan el ejercicio
siete veces. Entonces
decreten lo siguiente:
YO SOY LUZ, YO SOY
LUZ, YO SOY LUZ.
ESTOY ATRAYENDO
DENTRO DE MI SER
LA BENDICIÓN Y EL
AMOR DESDE HELIOS
Y VESTA. ESTOY
ABSORBIENDO ESTA
LUZ DENTRO DE CADA
CELULA DE MI
CUERPO. ESTOY
RADIANTE CON LA
LUZ.
ESTOY LLENO DE LA
LUZ. ESTOY
AGRADECIDO
AGRADECIDO
AGRADECIDO.
AGRADECIDO A LA LUZ
Y AMO LA LUZ.
Conclusión
Al concluir esta serie
de Ejercicios de
Respiración, les
pedimos que
amablemente
recuerden que el
ritmo es importante
en todas las
manifestaciones
perdurables. Al
respirar rítmicamente,
como lo recomienda el
Amado Mahá Chohán
habrá una notable
aceleración de su
Progreso Espiritual.
Si ustedes usan
continuamente las
tres Respiraciones
dadas y la practican
diariamente ,
atraerán, a través de
la perseverancia, la
Luz desde el Corazón
de Dios a través de
cada célula y átomo,
produciendo por
añadidura un estado
de excelente salud,
vigor juvenil,
pensamiento claro y
sabiduría desde el
Espíritu Santo.
Para lograr esto, les
sugerimos que
accedan a la solicitud
del Mahá Chohán a
través de los Ejercicios
de Respiración como
se lo hemos dado, y
los cuales han sido
descargados para su
beneficio específico.
YO SOY EL ALIENTO
DEL ESPIRITU SANTO
FLUYENDO A TRAVES
DE MI SER DENTRO
DEL GRAN ALIENTO
COSMICO EL CUAL
UNIFICA TODA LA
PERFECCIÓN EN TODO
LUGAR. ¡!!
¡Bienvenido! "El maestro aparece, cuando el alumno está listo" Sírvase de este espacio como Revista y Biblioteca para el Crecimiento Personal y el Espiritual e impulsar el despertar de la conciencia o simplemente aprender a retomar las riendas de tu vida y así dirigirte al cambio de vida que mereces. Basado en conocimientos de Psicología Junguiana y arquetipos, Filosofìa de vida, Terapias Alternativas, Física Cuántica... Estoy para responderte con todo el amor y la paciencia que mereces.
Vida y Muerte desde una perspectiva elemental y conciencial
"Un verdadero Maestro nunca intenta cambiar a nadie directamente.
Es como una fragancia sutil que te envuelve.
Si estás abierto, algo de ella entrará en ti.
Si no estás abierto, esperará a la puerta.
Ni siquiera llamará porque al hacerlo puede perturbar tu sueño.
Es tu sueño y tienes todo el derecho a dormir cuanto quieras.
No es asunto de nadie el Despertarte".
Osho
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El Arte de la Respiración Ritmica
ÁNGELES I
La palabra "angelología" viene de dos términos Griegos, a saber, aggelos (pronunciado angelos) que significa "mensajero" o "ángel" y logos que significa "palabra," "materia," o "cosa." En la teología sistemática Cristiana se usa para referirse al estudio de la doctrina biblíca de los ángeles. Incluye tales temas como el origen, la existencia, y la naturaleza de los ángeles, clasificaciónes de los ángeles, el servicio y las obras de los ángeles así también como su existencia, actividad, y el juicio de Satán y demonios (ángeles perversos o caídos). Tales teologías, sin embargo, tratan a Satán y los demonios como un encabezado aparte, a saber, demonología.
1C. La Naturaleza de los Angeles
Un ángel es un espíritu creado por Dios y comisionado por Él para un propósito en especial de acuerdo a la elaboración de Su obra (por ejemplo, Col 1:16; Heb 1:14). Tienen enorme poder y conocimiento aunque limitado. Se les refiere como "mensajeros" en ambos Antiguo y Nuevo Testamentos y como tales cumplen las obras de Dios. Aunque algunos letrados han negado su identidad personal, es claro que sí tienen su propia personalidad; ellos piensan (1 Pedro 1:12), sienten (Lucas 2:13), y deciden (Judas 6), y ángeles santos dan inteligentes y excelentes alabanzas a Dios. Son de una orden superior a los hombres, somo el Salmo 8:4-5 explica, pero son inferiores a Cristo (2 Sam 14:20; Lucas 20:36; Heb 1). Aparentemente no pueden procrear (Mateo 22:30).
No hay mucha revelación en las Escrituras en torno a la clasificación de los ángeles. Uno quisiera tener más información ya que lo que se tiene sí sugiere que hay "rangos" o "clasificaciones" entre ellos, pero es difícil decir más fuera de esto. Debemos decir de principio, sin embargo, que la afirmación que algunos ángeles fueron confinados al abismo cuando pecaron y otros no, en base a textos como 2 Pedro 2:4, es improbable. Todos los ángeles caídos estan detenidos en pozos de oscuridad hasta que llegue su dia de enjuiciamento, pero son capaces desde ahí de elaborar estrategias malignas en contra de Dios, su gente, y su creación.
Es imposible describir todos los servicios los cuales los ángeles proveen al Dios darles una orden, pero aquí están algunos que estan ralacionados con la salvación, juicio, control providencial de Dios de la historia humana. En términos de la salvación, los ángeles interpretaron un papael en la llegada, muerte, y resurrección de Cristo. Ellos dieron este mensaje a María que ella iba a tener al niño-Cristo (Lucas 1:26-38) y lo proclamaron como Salvador ante los pastores (Lucas 2:13). Ellos fortalecieron a Cristo durante el periodo de las tentaciones en el desierto tal como lo fortalecieron en las pruebas de Getsemaní (Lucas 22:43). También estaban listos a su orden para luchar por el (Mateo 26:53). Además, rodaron la piedra de su tumba y también proclamaron su resurrección (Mateo 28:2,6).
El término "Satán" significa "adversario" en la biblia Hebrea y el Nuevo Testamento los escritores trajeron el nombre al Griego sin ningún cambio. Satán es un ángel caído, malvado, tal vez un arcángel, aunque esto no totalmente preciso (ver Ezequiel 28:14).
Satanás es un ángel caído y se le refiere como "principe de los demonios" (Marcos 3:22). Por eso, los demonios son ángeles caídos también y bajo su mandato. En veces se les refiere como "espíritus impuros" y "espíritus malignos", ambas atribuciones que se refieren a su maldad moral y espiritual (Mateo 10:1; 12:43; Marcos 1:23). También se les refiero como "principados y poderes en Romanos 8:38-39, 1 Corintios 15:24, y Colosenses 2:8-15. Son capaces de morar en las personas y hablar a través de ellos (Marcos 1:34) también pueden morar en animales (Marcos 5:12). Buscan causar enfermedad, aunque no toda enfermedad es causada por ellos (Mateos 12:22-24). Ellos desean engañar a los Cristianos (2 Cor 11:14) al punto de llegar a tener su adoración (1 Cor 10:20) y por eso deben ser firmemente resistidos (Ef 6:12-18; Santiago 4:7; 1 Pedro 5:8). No debemos permancer ignorantes a los planes de Satanás (2 Cor 2:11). El punto básico es que los demonios, como su padre el príncipe de los demonios, quieren frustrar la obra de Dios al causar que la gente de Dios peque o haga cualquier cosa que los haga menos útiles para Él. También aman liderear al mundo entero lejos de la verdad en Cristo y destruirlos si Dios lo permite (ver Juan 10:10). Su plan maestro es derrocar el reino de la luz con el reino de las tinieblas y destronar a Dios.
Por lo que se ha dicho hasta ahora parece indicar que estamos advocando un tipo de dualismo entre las fuerzas del bien y del mal. Esto no es así. El demonio y sus ángeles estan completamente bajo el control de Dios en todo respecto. Su último fin será en el lago de fuego prueba ésto (Apocal 20:10). En resúmen, su sentencia ha sido asegurada a través de la cruz y la resurrección de Cristo ya que a través de ese gran evento ha mandado fuera al príncipe de este mundo (Juan 12:31).
Virtualmente todos los Cristianos dirían que tenemos al menos alguna medida de autoridad sobre el Satanás. Después de todo, podemos resistirlo y no se nos requiere que nos sometamos a su autoridad (Santiago 4:7). También, hay veces en las que debemos luchar mano a mano contra Satanás y sus legiones (Ef 6:12-18). Otros Cristianos añaden que podemos, como nuestro Maestro lo hizo, echar demonios fuera cuando somos confrontados por ellos. Esto también parece bíblico y ciertamente necesario en veces. Estamos sentados con Cristo en los cielos y compartimos su reino en el tiempo presente. Esto parece ser el punto de Pablo en Romanos 16:20-una alusión al Salmo 110:1 y el reino del mesias.22 El eschaton se ha roto dentro del presente y ahora poseemos la autoridad en Cristo para superar las obras del demonio.
contémplalos con frecuencia en el espíritu
aunque nunca sean vistos,
están presentes en ti.
En el Antiguo Testamento a los ángeles se les refiere como a "anfitriones celestiales," "hijos de Dios," "y los benditos" (1 Samuel 17:45; Job 1:6; 2:1; Salmo 89:5, 7). La primera expresión, "anfitriones celestiales" se relaciona con su numero infinito y poder para defender a la gente de Dios (ver Heb 12:22). La segunda expresión, "hijos de Dios" resalta su estrecha relacion con Dios, sus cualidades similares a Dios, y la capacidad en la cual ellos funcionan ante Él. La tercera subraya, "los benditos," se refiere a su carácter moral puro.
2C. Clasificación de Angeles
A Miguel se le refiere como un arcángel en Judas 9--una designación que no ha sido recibida por ningún ángel en las Escrituras (aunque por supuesto debe haber muchos otros arcángeles). Esto parece indicar que él tiene autoridad sobre muchos ángeles y lo hace así bajo la autoridad de Dios. Se le refiere también como el "gran principe," dónde el término "principe" también parece connotar niveles de autoridad entre los angeles (Dan 9:21;12:1). Están también ángeles que gobiernan sobre ciertos paises como podemos ver en la referencia de Daniel al "principe del reino de Persia" (10:13).
Aunque hay controversia en cuanto a los ángeles guardianes, parece ser que Jesús en Mateo 18:10 tal vez esté implicando esto.
Está también el Serafín mencionado en Isaías 6:2-4. Desafortunadamente, este es el único lugar donde se les menciona en las Escrituras. El término serafín significa "los que arden" y puede ser una alusión a su luminosidad, no obstante que escondan sus pies y rostros de la luminosidad de El Bendito de Israel. Por lo tanto parece que están profundamente preocupados por la santidad de Dios y lo adoran en humildad. En el caso de Isaías ellos vinieron a él y de parte de Dios le comunicaron que sus pecados habían sido perdonados. Al haber sido purificado por la santidad ardiente de Dios, el profeta estaba ahora preparado para hablar a un Israel desobediente en nombre de Dios.
También se menciona a los Querubínes varias veces en el AT y una vez en el NT (Heb 9:5). Ellos parecen estar ocupados en la protección de la santidad de Dios y el acceso a el en interrelación. Por lo tanto estan estacionados en el Jardín del Edén haciendo imposible para el hombre regresar al jardín y comer del árbol de la vida (Gen 3:22-24). Similarmente, estan conectados con la cubierta y la ley en Exodo 25:18-22; es allí en el la cubierta donde Dios iba a reunirse con el hombre pecaminoso. Ellos son los seres vivientes que Ezequiel vió en su visión (Ezequiel 1:4-28; 10:15) y ellos parecen tener cuatro alas y rostros como de leones, toros, águilas, y seres humanos. Ellos tenían manos humanas, pies como de becerros, etc. Vea Ezequiel 1:4-14 para mas detalles. Ellos también, como aquellos que Isaías vió, brillaban resplandecientemente, como bronze pulido. Ellos están asociados con el fuego, relámpagos, y adoración santa del Dios verdadero y misericordioso (ver Apocalipsis 4:4-8).
3C. Servicio de Angeles
El autor de los Hebreos sintetiza el papel de los ángeles en las vidas de los creyentes en Hebreos 1:14: "No son todos los ángeles espíritus abastecedores enviados para ayudar a aquellos quienes heredarán la salvación?" Como tal, no están vitalmente interesados e involucrados en nuestro propio crecimeineto espiritual y la misión que tenemos de tomar el evangelio a los extremos de la tierra. Ellos, cuando Dios desea, nos fortalecen y hasta nos rescatan de peligros físicos para que podamos continuar con el trabajo de Dios de predicar el evangelio (Hechos 12:7; 27:23-24). Estan profundamente interesados en la salvación de los descarriados y se alegran cuando un pecador se arrepiente y se dirige a Dios (Lucas 15:10). Ciertamente, Felipe fue comisionado por un ángel para ir y reunirse con el enuco de Etiopía en el camino desierto para que este hombre pudiera ser salvado (Hechos 8:26). Los ángeles también se involucran en cuidar a los creyentes cuando mueren (Lucas 16:22).
A los ángeles también se les usa por el Señor en el jucio de los no creyentes. Esto se puede ver en el Génesis 19:12-13 cuando los ángeles le dicen a Lot que salgan de Sodoma; por la orden del Señor y por la maldad de esa ciudad, estaban preparados para destruirla. Algunas veces infligen castigo (Hechos 22:23) y en el Apocalipsis 8-9, 16 ellos están intimamente conectados con la trompeta y el juicio.18 Al final de la era ellos seran los que junten a los injustos para el enjuiciamiento (Mat 13:41-42).
En el sentido que los ángeles estaban involucrados en la llegada de Cristo, la salvación, crecimiento, preservación de los cristianos, y el juicio de los no creyentes ellos estaban involucrados en la obra providencial del plan de Dios (envolviendo todas las cosas) en el mundo. Esto se puede ver en el control de las naciones también (Daniel 10:13,20-21).
4C. Satan Como un Angel Caído
Ha habido mucha especulación en torno a Satán (y sus demonios) lo cual pone en duda su existencia e identidad personal. Primero, sebe ser mencionado que el demonio o demonios son corroborados por todo escritor del Nuevo Testamento y aparecen en varios libros del AT también. Segundo, Jesúcristo mismo enfrentó directamente a Satán y sus demonios en numerosas ocasiones (por ejemplo, Mateo 4:1-11; Marcos 5:1-20). Tercero, ciertas maldades como el Holocausto, por ejemplo, dan apoyo a la descripción de Satanás y los demonios.
A Satanás también se le describe como una persona. Pero algunos alegan que la idea biblíca de Satán y los demonios debe ser desmitificada. Esto es, Satán y los demonios pertenecen a la perspectiva de los Cristianos (aparte de otros) del primer siglo, pero con el advenimiento de la perspectiva científica, sabemos mejor. Enfermedades que eran atribuidas a Satán ahora sabemos que son enfermedades causadas por bacterias y virus microscópicos. El problema con esta perspectiva es que los Cristianos (y otros más) en el primer siglo no atribuían todas las enfermedades fisiológicas al demonio, solo algunas. Por lo tanto no eran tan ingenuos como esta perspectiva implica. Además, es simplemente arrogante, sin mencionar ingenuo, el atestiguar que porque ellos vivieron entonces y nosotros en la actualidad, sus perspectivas eran infantiles, aniñadas, e improbables. Tal vez no sabemos todo lo que debíamos saber, además el paradigma de la ciencia es incapaz de dar un juicio en este tema ya que la naturaleza de este caso, la realidad de las cosas tratadas no están situadas dentro de sus metodos de cuestionamiento.
Se encuentran otros que dicen que el demonio es en realidad una forma de hablar de fuerzas malévolas, en la cultura, por ejemplo. Esto está, sin embargo, lejos de lo que la Biblia enseña con respecto a Satanás y sus emisarios.
Con respecto a Satán, la Biblia enseña que él es una persona (es decir, que tiene una personalidad). Es muy astuto (Gen 3:1; 2 Cor 11:3), se enoja cuando fracasa (Rev 12:17), y ejerce su voluntad en las personas que estan indispuestas a escuchar a la verdad (2 Tim 2:26). Todas estas son funciones que una persona lleva a cabo y que él, por supuesto, será responsable ante Dios por todo lo que ha hecho, esté haciendo, y haga (Juan 12:31; Rev 20:10). Por lo tanto, él será moralmente responsible. Asi que él no es solo una fuerza en la cultura, o maldad o cualquier otra cosa; él es una persona que, aunque no lo igualemos con la cultura, desempeña una representción perversa en los eventos culturales y mundiales (1 Juan 5:19). Los demonios también tienen una personalidad y no son las almas de gente muerta que pecaron lejos de la gracia salvadora de Cristo.
En las Escrituras a Satán ("adversario") se le dá diferentes nombres y títulos los cuales ilustran su actividad de oponerse a los propósitos, planes y gente de Dios. Sus nombres incluyen: (1) el demonio ("calumniador" Mateo 4:1; 13:39; Rev 12:9)19; (2) Beelzebú ("Señor del cielo"; Mateo 12:24; mientras que éste era usado por los Fariseos para referirse a Satánas, el origen y asociaciones del nombre son inciertos. Puedo haber sido usado originalmente para referirse a la deidad Canaanea de la fertilidad quien era el principal adversario de la religión Israealita. En este caso, Baal significa "señor" y zebul se refiere al "cielo" 20), y (3) Belial ("uno que se se opene a Dios"; 2 Cor 6:15).21
A Satán se le conoce por muchos títulos los cuales revelan sus intentos de oponerse a la obra de Dios y de dañar a los santos. Se le conoce como al dios de esta era-una era caracterizada por el pecado y la oposición a Dios. Él se opone al evangelio al cubrir las mentes de las personas a la verdad del evangelio (2 Corintios 4:4). A él se le refiere como el príncipe de este mundo (Juan 12:31). Por lo tanto en alguna manera el sistema mundial está bajo su control (1 Juan 5:19). Él es el príncipe de las tinieblas (Efesios 2:2; Col 1:13) y como tal gobierna sobre los demonios que hacen hacen su voluntad y sobre los incrédulos, los hijos de la desobediencia, como Pablo dice. Su nombre, el malo sugiere su propia naturaleza y la naturaleza de su obra entre la gente promoviendo maldad y oposición a la rectitud y a la verdad. También se le conoce como (1) un ladrón cruel que viene a robar, matar, y destruir (Juan 10:10); (2) el tentador (1 Tesal 3:5); (3) asesino (Juan 8:44); (4) el padre de las mentiras (Juan 8:44), y (5) el Gran Dragon que engaña al mundo entero (Apocal 12:9). Que buenas noticias son que el ministerio de Jesús golpeó el centro de su poder y ahora es un enemigo derrotado, esperando sentencia. Su final será en un lago de fuego donde el será tormentado día y noche para siempre (Apocal 20:10).
5C. Los Demonios como Angeles Caídos
6C. El Juicio a los Angeles
7C. En Referencia con Demonios y Guerra Espiritual
NOTA: Unas palabras acerca de la "posesión" demoníaca. El término no aparece en las Escrituras pero es que ha sido una traducción infortunada. Hay dos formas en que la Biblia habla acerca de la influencia de los demonios en la gente. Se dice que la gente esta "demonizada" o "que tiene un demonio." Esto no es lo mismo que una posesion en el sentido moderno de ese término el cual implica que el demonio tiene un control completo sobre la persona, usándola a voluntad. Este es raramente el caso, inclusive en los evangelios. A menudo la frase "tener un demonio" y "demonizado" parece hablar acerca de influencia demoníaca de mayores a menores grados.
Hay un debate considerable en la comunidad evangélica en Norte América en cuanto a si los demonios pueden morar en los Cristianos que poseen al Espiritu Santo. No podemos responder a esa pregunta aquí, tan importante como es, pero nadie en cualquier bando del debate puede permitirse ignorar la profunda influencia que Satán y sus demonios puden tener en los Cristianos, algunas veces al grado de que la moración puede ser posible. En cualquier caso, debemos estar firmes en nuestra posición en Cristo. Cuando el ataca, debemos resistirlo usando la palabra de Dios y con la oración. Sobre todo debemos perseguir una vida santificada para que no le demos un punto de apoyo. También, debemos cuidarnos de no culpar todo pecado y enfermedad a Satán y olvidarnos de nuestra propia participación en el mal. El síndrome de "el demonio debajo de cada roca" es potencialmente tan devastador de la fé como lo es la negación de su existencia.
NUESTROS GUARDIANES DE LUZ
¿Que son los ángeles?, los ángeles son seres espirituales que existen en las dimensiones más elevadas, que influyen e interactúan con el mundo físico en el que vivimos.Los ángeles pueden ser una mezcla de elementos espirituales, psicológicos y energéticos.
La palabra "Ángel" deriva del "Angelos" griego, que quiere decir "mensajero"
Los ángeles son la luz de nuestra vida, son quienes van marcando nuestro camino protegiéndonos de peligro y abogando por nosotros ante Dios. Es su misión para ayudarnos en nuestra evolución así como en la evolución de ellos mismos.
Un Ángel es eterno, porque su esencia es el espíritu, por eso es inmortal, no tiene principio ni fin. Hay que subrayar que nosotros también somos eternos, nuestro espíritu no muere. Nuestro cuerpo físico es quien tiene una edad cronológica y cuando ya no le es necesario al alma, es entonces cuando son desechados, a este proceso le llamamos "muerte". Es la muerte de nuestro cuerpo físico para darle paso a la evolución de nuestra alma.
Y asi como el espíritu de un Ángel es eterno, también el número de Ángeles es infinito, el número de Ángeles existentes es incalculable, interminable... infinito.
Un Ángel es "andrógino", no tienen sexo ya que en ellos se unifican el femenino y el masculino. La diferenciación del sexo corresponde únicamente al cuerpo físico.
Una persona puede tener no uno, sino muchos ángeles custodios de los cuáles algunos estarán con ella toda la vida, y otros buscarán otros caminos según su propia evolución.
Existen algunas teorías que dicen que un ángel no es más que una conexión de la mente, algo que el ser humano fabrica pero que realmente no existe, hay quienes se resisten a creer en seres etéreos provenientes de la divinidad. Otros dicen que son seres extraterrestres, a decir verdad, los podríamos considerar así, ya que son seres que proceden de "fuera de esta Tierra". Desde mi punto de vista, creo que no importa de donde provengan, si tenemos un ángel guardián o muchos, o si tiene o no tiene nombre. Lo que realmente importa es que tienen la misma voluntad de amor y servicio hacia la humanidad, y que cuando nosotros tomamos la decisión de invitarlos a formar parte de nuestra vida de manera directa y visible es cuando empezamos a vivir muchos cambios y a ser testigos de muchos milagros, y es entonces cuando tomamos conciencia de su presencia.
Algo verdaderamente hermoso es darnos cuenta de que la asesoría angelical es totalmente incondicional, ellos no tienen ninguna preferencia en razas, staus social, sexo, si somos creyentes o no creyentes. Ellos simplemente nos ayudan sin juzgarnos. Ellos comprenden que los errores que podemos cometer son normales tomando en cuenta nuestro nivel de evolución. Ellos se encargarán de regresarnos continuamente a nuestros orígenes y facultades espirituales. Ahí permanecerán ayudándonos de manera silenciosa e imperceptible.
Los ángeles no tienen autorización para intervenir por encima de nuestro libre albedrío, nunca tomarán decisiones por nosotros, porque eso también forma parte de nuestro aprendizaje ¿que podríamos aprender si tenemos a alguien que resuelve todo en nuestra vida? recordemos que son solo una guía. Ellos podrán encargarse de poner las mejores oportunidades en frente de nosotros, pero nosotros decidiremos si las tomamos o no.
Ah! y otra cosa ¡no les pidas el número ganador de la lotería!, estos seres no están interesados en ello, esos datos le pertenecen más al mundo esotérico. Los ángeles no te pueden llenar de lujos y facilitar el acceso al dinero excesivo y sin responsabilidad, hay que tener presentes que ellos tienen una mejor visión, más amplia, y pueden ver lo que nosotros no vemos, por lo tanto, te facilitan las oportunidades, y pueden acrecentar tu sensibilidad e intuición para tomar desiciones, también puedes contar con su ayuda para "pequeños milagros" como arreglar tu estéreo, "retrasar" la luz verde del semáforo, o encontrar cosas que tenías perdidas. Pero por ejemplo la lotería, si está dentro del plan divino, la podrás ganar con comprar cualquier número, ellos no pueden darte el número ganador, porque sería intervenir de manera abrupta en tu destino o en el Plan que Dios tiene para ti. Recuerda que el dinero lo modifica todo y a veces no estamos preparados para recibirlo de golpe.
Familiarízate con los ángeles
SAN FRANCISCO DE SALES
NATURALEZA DE LOS ANGELES
Un Ángel es un mensajero de Dios, es un enlace entre el ser humano y Dios.
Un Ángel habita las dimensiones que existen entre el ser humano y Dios, y como en el Universo no hay nada perfecto a excepción de nuestro Creador, también los Ángeles evolucionan y las dimensiones que habitan dependerá del grado de evolución que ellos tengan. La Creación es eterna y todo absolutamente todo, está en continua evolución, no dejamos nunca de aprender aunque la conciencia del ser sea tan pura como es la conciencia de un Ángel.
Es muy difícil para la mente humana, tratar de imaginar los mundos sutiles en los que vive y se desarrolla un Ángel, nosotros nos limitamos a imaginar e idealizar, pero todo va mucho más allá… Los mundos sutiles se viven de manera muy diferente, es ahí donde tomamos conciencia de la unidad, ya no es como en nuestro caso que diferenciamos "Este es el mar, esto es una flor, este soy yo", en el mundo de los Ángeles se vive: "Yo soy el mar, yo soy la flor, yo soy todo" Esta es la conciencia de unidad, es sentirse integrado al TODO.
La naturaleza de los Ángeles es la misma que la del ser humano: Espiritual y su labor, misión u oficio es justamente ser "Ángel". Los Ángeles son seres espirituales, seres de Luz, que tienen como misión ser mensajeros… ser Ángeles.
El ser humano y los Ángeles somos de naturaleza espiritual, la diferencia estriba en que un Ángel no tiene cuerpo físico. Un Ángel no esta "encarcelado" como el hombre, el cuál por nuestro grado de evolución necesitamos habitar un planeta en tercera dimensión y cuerpo físico, el cuál debemos aprender a dominar hasta penetrar, aún en lo físico, los mundos sutiles, espirituales.
Tenemos la misma esencia, pero no tenemos el mismo grado de evolución, por eso, aunque en muchos casos podamos sentir a nuestro Ángel cerca, aún cuando lo sintamos en medio de nuestros sueños o en las coincidencias que guían nuestra vida, será muy difícil que podamos verlo. Ya que nuestra frecuencia vibratoria es muy diferente y el ojo humano no está capacitado para detectar seres de alta frecuencia vibratoria.
FRECUENCIA VIBRATORIA
"Nada está inmóvil, todo se mueve, todo vibra". El Kybalión
El tercer Principio Hermético, nos habla de la vibración explicando como todo lo existente en el mundo, en el universo y en todas las dimensiones vibra. Todo ser u objeto vibra. Mientras más sutil es el ser, vibra a más alta velocidad, mientras más denso, vibrará más lento.
El ser humano, tiene una vibración lenta, mientras que un Ángel es de frecuencia vibratoria muy alta, para ejemplificar más este fenómeno de la vibración, nos podemos centrar en las hélices de un avión, que mientras más rápido giren, a nuestros ojos puede parecer estáticas o incluso, podemos no detectar su presencia de manera inmediata, en cambio, cuando dichas hélices giran lento, fácilmente podemos notar tanto su presencia como la secuencia de su movimiento. El espíritu tiene una vibración de una intensidad infinita, a tal grado que se puede considerar como si estuviera en reposo. De la misma manera, el cuerpo físico, que es de materia densísima, tiene una vibración tan débil que parece también estar en reposo. Por eso se dice que los extremos se tocan.
Helena P. Blavantsky lo define de esta manera "El Espíritu es materia en su más elevado estado de sutilidad y la materia es espíritu en su expresión más densa."
Los Ángeles son seres cuya frecuencia es muy alta, es decir, hacen vibrar a tal velocidad sus átomos que pasan al estado radiante, generan luz; por esto se les llama "Seres de Luz". Los Ángeles pueden alcanzar una mayor expansión y contracción que el ser humano porque sus cuerpos son más fluidos.
En ésta Era de Ángeles, es muy común oir hablar de contactos angelicales y mucha gente que dice haber visto uno (o muchos), quiero decirte que no hay nada más difícil que ver un Ángel, precisamente por su frecuencia vibratoria que esta en contraposición de la del ser humano. Ver un Ángel es privilegio de pocos... muy pocos. Para que un ser humano sea capaz de percibir la presencia física de un Ángel hace falta que esta persona haya cambiado ya su frecuencia vibratoria mediante el cambio de conciencia. Nnosotros no podemos aspirar a que Dios o los Ángeles vengan a nosotros, somos nosotros los que nos tenemos que elevar hacia ellos.
¿Cómo elevar nuestra frecuencia vibratoria? Siendo mejores. Aprendiendo no solamente las teorías espirituales, sino llevarlas a la práctica. Medita, vive dentro del amor y el servicio a lo que te rodea. Todo acto que deriva del amor, limpia y expande tu energía al igual que tu conciencia acelerando tu frecuencia vibratoria. En cambio todos los actos que no derivan del amor, como el rencor, el resentimiento, la tristeza, la depresión, la preocupación, el miedo, etc. Crean bloqueos en tu energía, deteniendo su flujo natural, haciendo que tu aura se torne gris y con esto, toda esperanza de contacto angélico se disipa. Ya que la comunicación directa con ellos depende en mucho de nuestra calidad humana.
Cuando una persona eleva su frecuencia vibratoria y eleva hacia el Ángel, éste puede manifestarse ante ella, pero nunca en su forma natural. El Ángel, por medio del pensamiento, adoptará alguna forma de baja frecuencia que permita a la persona verlo, pero jamás bajará su frecuencia al grado de convertirse en "otro" ser humano, se puede parecer, pero nunca será igual en sus características físicas.
Por esta razón, cuando escuches que a una persona en problemas, le llegó oportunamente un Ángel para ayudarle, no es precisamente un Ángel convertido en ser humano el que ha llegado, es el Ángel, influyendo sobre un ser humano para éste brinde su ayuda a quien lo necesita.
LA CONCIENCIA DE LOS ÁNGELES
Una de las grandes diferencias entre nuestro mundo material y el mundo sutil de los Ángeles es el sentido de la "obicuidad".
Aparentemente, un Ángel puede estar en todos lados a la vez, pero realmente no es así. En la dimensión de los Ángeles, el tamaño de su conciencia determina la dimensión que ocupa en el espacio, el tamaño de su conciencia la define el grado de evolución que tiene el Ángel. Por eso, un mismo Ángel puede atender la petición de un ser humano en España al mismo tiempo que en México y no sólo eso, al mismo tiempo está en presencia de Dios intercediendo por ambos. En este caso, no es que el Ángel tenga la capacidad de estar en 3 sitios a la vez, sino que su conciencia es tan grande, que abarca todo el espacio mencionado.
La conciencia de un Ángel podríamos describirla como su Aura, dependiendo del grado de evolución que tenga un Ángel será la luz que despida su Aura y el tamaño que esta tenga. Por ejemplo, el Aura del Arcángel Miguel, abarca el planeta entero, a nuestros ojos, "el puede estar en muchos lados al mismo tiempo" en realidad, su sola presencia, abarca el mundo entero. Un Ángel vive en su Aura, es decir, su conciencia está en todo el "espacio" que cubre e interpenetra su aura. A pesar de que existan Ángeles con menor grado de evolución, su luz puede abarcar muchos kilómetros.
En el caso del ser humano, por nuestro grado de evolución, contamos con un cuerpo físico al cuál debemos transportar si queremos llegar a algún sitio, en el caso de los Ángeles es distinto, ya que ellos no tienen cuerpo físico, que transportar, su luz abarca una gran extensión de espacio. Debemos tomar en cuenta también que el concepto de "espacio" cambia en cuanto a nuestra percepción, por ejemplo, si queremos contactar con un Ángel, por ejemplo, el Ángel de los árboles, podremos hacerlo desde cualquier lugar, ya que su luz, abarcará todo sitio donde existan árboles.
FUNCIÓN DE LOS ÁNGELES
Hablar de las funciones de los Ángeles es hablar de una interminable lista de "puestos" que los Ángeles "ocupan" desde su dimensión, dimensión que el ser humano es incapaz, hoy en día, de imaginar.
Los Ángeles son los encargados de la evolución del planeta Tierra, por lo tanto, están al pendiente de todo cuanto ocurre en el. Los avances científicos y tecnológicos de la humanidad, son apenas una pequeña muestra de la influencia Angelical que se ejerce en el mundo, aún sin tenerlo nosotros en conciencia.
Cada Ángel, desempeña cargos que corresponden a su grado de evolución y en general, la labor de todos, es guiar la evolución de acuerdo con el Plan Divino y para ello, regulan las energías, las emanaciones cósmicas y las fuerzas sutiles. De esta manera compensan el mal uso que el hombre hace de su propia energía y de su libre albedrío.
Cada cosa y cada ser viviente tiene su propio Ángel, cada ser humano, los animales, las plantas, los minerales, tienen su Ángel.
Por lo general, cuando hablamos de Ángeles, lo hacemos pensando en imágenes religiosas o místicas y pensamos que su ayuda y guía es solo a nivel espiritual y de protección, y aunque ahí están, su presencia no se limita a ello, los Ángeles también están en la política, en las Leyes, en la ciencia, en la tecnología, en las escuelas, en los hospitales, en la industria, en los centros de diversión, en la evolución espiritual, en los procesos de meditación, en el esclarecimiento, etc. En esos casos, los Ángeles no se presentan como tales, sino que eligen a las personas adecuadas para cumplir el Plan Divino, eligen a quienes pueden aportar algo en el área que se le sea asignada, de manera indirecta se recibe una guía y una instrucción y después se pone a prueba. ¿Alguna vez has tenido algún deseo incontenible de aprender algo o de crear algo?... esa es la asesoría indirecta de los Ángeles, que no solo te "inyectan el deseo" sino que ponen ante ti los recursos necesarios para que tomes las herramientas que necesitas para cumplir el fin que se te ha encomendado.
También los Ángeles participan de una manera personalizada, consuelan, ayudan, protegen, guían en la vocación de los adolescentes, guían durante la meditación. Están los ángeles de la música, del arte, de los colores, de los aromas, de los proyectos, de las ideas, de las creatividad, de las buenas noticias, de la alegría, de la misericordia, del perdón, de los montes, las mares, etc. Todo ser, todo hecho y toda circunstancia tiene su Ángel.
No se limitan al mundo físico ni al planeta Tierra, su labor va más allá abarcando el Universo entero. Son capaz de proyectar el futuro para las épocas que siguen. También son conductores de los astros, ejecutores de las leyes divinas, protectores, etc. Aunque parece increíble de imaginar, hay Ingenieros Siderales que planean las órbitas y analizan todas las atracciones y repulsiones y son los que estudian las influencias astronómicas y astrológicas. Están también los Colaboradores Siderales que trabajan asimismo en mundos pertenecientes a otros Sistemas Solares; mundos mucho más adelantados al nuestro. La cúpula del firmamento gira gracias a la acción de ellos. Influyen en todos los aspectos planetarios y en la creación de todo lo material. Forman el Ejército de Dios, Su corte; transmiten órdenes y velan sobre todo el mundo; son los guardianes de la humanidad; y cada ser humano tiene uno de estos divinos seres que lo acompaña desde el momento que sale como alma del seno de Dios, dicho Ángel Guardián le guiará, protegerá y le proveerá cubriendo todas sus necesidades.
En breve, podríamos decir, que todo lo que realizan los Ángeles, sea para que se manifieste en el mundo objetivo o en el invisible, sea para elevar el espíritu o para apoyar y nutrir el cuerpo físico de los seres humanos, constituye una alabanza a Dios.
Ellos están integrados a Dios en todos los momentos de su existencia, su vida cotidiana es Dios. Y este mismo fin, tarde o temprano, será también del ser humano.
EL PODER DEL PENSAMIENTO
Cuando hablamos de Ángeles, se despierta en la gente una gran curiosidad por "hacer contacto" todos queremos conocer a nuestro Ángel, conocer su nombre y sobre todo, queremos vivir aquellos milagros de los que tanto se habla.
Antes de pensar en Ángeles, debemos pensar en nosotros mismos, en quienes somos, que hacemos y hacia donde vamos. Ahora describiré el por qué:
Nuestros Ángeles se comunican con nosotros a través de nuestra Aura, es nuestro campo de energía lo que ellos perciben. Ellos no nos ven en cuerpo físico, no desde otras dimensiones, ellos no escuchan nuestra voz y creen lo que le decimos a ciegas. Ellos saben quienes somos en realidad porque nuestra identidad está plasmada en nuestra Aura.
Los pensamientos, así como los deseos, las intenciones, los sentimientos, las palabras y las acciones, son vibraciones que al salir de quien las emite, inmediatamente impresionan la substancia del cuerpo mental reflejando un color; luego se convierten en formas de vida que actúan y afectan a todo aquello con lo que se ponen en relación.
A nivel energético, nuestros pensamientos y actitudes, son lo que le dan color a nuestra Aura. Si nuestros pensamientos y acciones derivan del amor, la bondad, etc., nuestra Aura estará matizada de colores claros. Si nuestros pensamientos y acciones provienen del rencor, el odio, la envidia, la tristeza, el enojo, las preocupaciones, o cualquier sentimiento negativo, nuestra Aura se irá tornando gris. Mientras más "obscuros" sean nuestros pensamientos, más denso será nuestro campo energético, hay quien tiene un Aura totalmente negra.
Establecer contacto con nuestros Ángeles no es tan fácil como lo hacen creer muchas teorías, en el sentido de que para que ellos puedan acercarse a nosotros, debemos de tener un cierto grado de conciencia y evolución que nos permita mantener nuestro campo de energía en buenas condiciones, no podemos darnos el lujo de invertir nuestra energía en preocupaciones y depresiones que sabemos, podemos solucionar, no podemos invertir nuestra energía envidiando a nuestro vecino u odiando a nuestros semejantes, tampoco podemos vivir presos del miedo ya que esto denota nuestra falta de fe hacia la vida, hacia Dios y hacia nuestro Ángeles ¿Por qué le tememos tanto a la vida si nuestro único propósito es encontrar la felicidad? ¿Por qué complicarnos tanto la vida sumergiéndonos en situaciones y sensaciones que nos llevan directamente al dolor?.
Al hacerle alguna petición a nuestro Ángel, debemos tener en claro que es lo que pedimos y para qué. Ya que la calidad de nuestra petición también queda plasmada en nuestra Aura, es decir, no podemos mentir acerca del fin real que persigue nuestra petición, porque nuestros Ángeles lo detectan, no podemos engañarlos y tampoco podemos aspirar a que sean nuestros cómplices en actos que vayan en contra de la Ley de Dios. Nada que vaya en contra del Amor, porque nuestra petición no será atendida. Ellos conocen mejor que nosotros quienes somos en realidad, cual es nuestra esencia, lo que necesitamos y lo que deseamos.
No solamente el "color de nuestros pensamientos" es importante, también los será su forma, es decir, cuando emitimos un pensamientos, también se plasma en nuestra Aura un forma, la cual dependerá de la calidad de pensamiento que tenemos, una forma agradable denota pensamientos constructivos, una forma repulsiva, denota pensamientos destructivos.
Por medio de nuestros pensamientos, podemos también formar la estructura de nuestra Aura, se decir, una pensamientos bien definidos, constantes, etc,, crearán un Aura bien delineada y definida, en cambio, los pensamientos esporádicos o inconstantes, solamente emitirán color, pero no tendrán ninguna forma y ninguna estructura.
"Lavaos, purificaos, apartad de mis ojos la malignidad de vuestros pensamientos…" Isaías 10:16
LOS ANGELES LOS CICLOS DEL PLANETA
"Toda la tierra quedará desierta, más no acabaré de arruinarla del todo. Llorará la tierra y se obscurecerán los cielos…" Jeremías 6:17
En estos momentos el planeta Tierra está sufriendo cambios muy fuertes, cambios en todos los ámbitos, económico, espiritual, fenómenos climáticos, naturales, etc.
Todos estos cambios se deben a que estamos en un cierre de Era, terminamos una para iniciar otra.
En cada cierre de ciclo, la presencia de los Ángeles se hace más evidente, porque saben que la humanidad requiere de más atención, de guía y de ayuda. Ya que los cambios se dan, porque son los designios de Dios, pero la humanidad, como ser creador, también crea las condiciones en que se darán los cambios, es decir, por nuestro libre albedrío, nosotros decidimos si el cambio se hará de una manera natural y positiva o de una manera dolorosa.
Lamentablemente, el ser humano, en estos momentos, ha elegido un trance lleno de sufrimiento. Recordemos que nuestros pensamientos y actitudes es lo que crea nuestra realidad. En estos momentos hay una contraposición, mucha energía reunida por muchos seres del planeta que no soportan las vibraciones emanadas por las condiciones de cambio. Por otro lado, hay muchos seres en servicio, que están trabajando en todo el mundo, por elevar la energía positiva de la Tierra, muchos servidores de la Luz, muchos guías espirituales y mucha gente que de manera natural, este respondiendo a esta energía y de manera intuitiva están deseando un cambio de consciencia.
Los cambios de Era son parte de la estructura que ha creado Dios para nuestra propia evolución, recordemos que estamos en una escuela de aprendizaje debemos continuar con nuestro ciclo de Evolución.
El mundo no se acaba, la humanidad no se acabará totalmente, todo lo referente a las profecías y a tanta especulación resulta falso. Si se acabará parte de la humanidad, pero será por elección propia. Quien organiza una guerra, quien crea violencia, secuestros, homicidios, etc., está creando también su propia muerte, por su libre albedrío tiene la capacidad de elegir y por ser Creador, tiene la capacidad de crear, lamentablemente buena parte de la humanidad está malgastando la energía divina y el poder que se le ha otorgado creando un mundo de terror, un mundo lleno de abusos y hambre de poder pero a final de cuentas, por la Ley de Causa y Efecto, cada quien recibe en la misma proporción y calidad de que da. Se cosecha lo que se siembra.
Todavía hay mucho que aprender, hay mucho por vivir, y los Ángeles están aquí para darnos su apoyo y su Luz, convirtámonos en servidores de Dios y ayudemos a elevar la energía del planeta ¿cómo? Desde donde te encuentres, cambia tu vida, y con ello, estarás colaborando al Plan Divino.
COMO SE MANIFIESTAN LOS ÁNGELES
Aunque los Ángeles siempre están a nuestro lado y siempre nos dan su luz, ésto no siempre se hace evidente ante nuestros ojos.
Si nosotros queremos que ellos participen en nuestra vida de manera activa, y sobre todo de manera que nosotros lo notemos, debemos hacerles una invitación abierta, es decir, en voz alta o mental hablarles y decirles que deseamos que se manifiesten ante nosotros de manera perceptible. Ellos no lo harán si nosotros no dejamos en claro nuestro deseo, ya que ellos respetan nuestro libre albedrío y si una persona no lo desea, ellos no irrumpirán en nuestra vida sin permiso. Una vez que hemos hecho este llamado, el contacto se hará visible ante nosotros, y bastará nuestra fe para empezar a vivir dentro del milagro.
Los Ángeles pueden manifestarse de muchas maneras, puede ser por medio de sueños, dentro de nuestras meditaciones, en medio de una oración, por medio de coincidencias, por oportunidades no buscadas, por ayudas repentinas, etc.
Cuando les pedimos a nuestros Ángeles que se manifiesten ante nosotros, debemos estar atentos a todo cuanto sucede a nuestro alrededor, porque cada suceso puede llevar impresa la luz-guía de nuestro Ángel. Muchas veces esperamos sucesos enormes, llamativos, estruendosos, pero no es así, un Ángel se comunica con nosotros de una manera sutil, nos susurra al oído, el amor siempre está presente y siempre será de manera suave, tierna y sutil.
Su ayuda siempre será acorde con nuestro desarrollo personal, no esperes sacarte la lotería y saltar a la fama de la noche a la mañana. Dentro de nuestro desarrollo también está nuestra vocación, nuestro trabajo, creatividad y capacidad de resolución de problemas. Si nuestros Ángeles saben que el dinero impedirá que se desarrollen estas partes de nosotros… no nos lo harán llegar. Los Ángeles no están conectados con los juegos de azar o los premios sorpresivos, te pueden llegar mucho dinero, si, siempre y cuando vaya de la mano con tu realización personal, es decir, por lo general será tu trabajo quien te abra el canal de prosperidad, y esto no será un golpe de suerte, serán frutos eternos.
Abre tu corazón a los Ángeles, para tener siempre la capacidad de escucharlos y percibir en cada instante donde han dejado su huella, su luz y su guía.
Los Ángeles siempre han estado con nosotros desde el inicio de los tiempos. Antes la comunicación con ellos era algo natural, porque el hombre respondía a su propia y natural esencia divina. Conforme el tiempo pasó, el ser humano empezó a interesarse más en lo que conformaba su mundo material y se olvidó por completo de su mundo espiritual, en ese momento, las conexiones Angélicas desaparecieron de los ojos y la mente humana, aunque en realidad, los Ángeles nunca se separaron de nosotros, siempre han estado aquí y eso es independiente de nuestras creencias, filosofía, costumbres o religión. Ellos continuaron en nuestro mundo, fuimos nosotros los que nos separamos.
En estos momentos se está viviendo un movimiento Angélico muy interesante, tal pareciera que los Ángeles se pusieron de moda, aunque no es así, los Ángeles no pertenecen a ninguna moda, no es un "chispazo" pasajero, los Ángeles vienen a acompañarnos y asesorarnos en este trance tan importante que estamos viviendo: el cambio de Era. Este cambio de Era, de total trascendencia, es lo que mueve a los Ángeles a hacerse presentes de una manera más perceptiva y lo que hace al ser humano tener la necesidad de "algo más" ya hemos comprendido que el mundo material solo corresponde a una fase de nosotros, pero no lo es todo. El ser humano necesita llenar los vacíos espirituales que lo llevan a cometer actos que no pertenecen a su esencia, la violencia, las adicciones, las depresiones, la pobreza y las enfermedades son solo algunas manifestaciones de este vacío espiritual. Mientras el hombre no comprenda la magnitud de su esencia, seguirá viviendo sufriendo estos destinos, que no son los destinos trazados por Dios ni los Ángeles, son los destinos que el hombre ha creado a partir del egoísmo y el materialismo al que siempre le ha brindado tributo.
Poco a poco, los Ángeles han empezado a llenar al mundo con su presencia, los vemos en las iglesias, en pinturas, en la música y hasta en las películas de cine. Esta invasión se ha producido por la inducción de los Ángeles mismos, son ellos los que inspiran al hombre a crear imágenes que tratan de interpretar su identidad, para que de alguna manera, el hombre inicie su búsqueda hasta encontrarlos. Definitivamente, todas las imágenes que se distribuyen en los medios comerciales, no son las imágenes reales de Ángeles.
Los Ángeles son seres de Luz, pueden no tener una forma definida, no tienen sexo, no tienen alas ni arpas. Son identidades que han evolucionado y se encuentran en una dimensión diferente a la nuestra.
Muy pocas personas han tenido la suerte de ver a los Ángeles, pero muchos si han podido sentir su presencia en la vivencia de "milagros" en las coincidencias de la vida que nos van guiando en el camino, en los amigos que conocemos y las ayudas que se nos acercan, en muchos momentos hemos tenido contacto angelical, dentro de nuestros sueños y premoniciones. Los Ángeles están involucrados en los grandes inventos, en los descubrimientos revolucionarios y en el éxito de cada proyecto.
Vivimos en mundo de Ángeles… bastará un corazón lleno de amor para ser testigos de ello.
Reflexión
Joslid Salazar
Idea principal de UCDM, La vida impersonal de Joseph S. Benner.
Criando a Niños Indigo y Cristal - Caracteristicas
Por Celia Fenn
Criar a un niño Índigo o Cristal es un privilegio especial en esta época de turbulencia y cambio. Como padre/madre, están contribuyendo a establecer nuevos patrones para criar en el planeta. Están en sociedad con su hijo/hija para elevar la resonancia de la relación hijo/padre a su más alto nivel posible en este momento.
El niño Índigo o Cristal ha venido al planeta con su propia “misión”. Como Índigo está aquí para retar las formas y creencias existentes, y como Cristal está aquí para enseñar empoderamiento y amor. Ustedes, como padres, son los compañeros en esta misión de enseñanza y sanación. Pueden ayudar a su hijo a llevar a cabo su misión comprendiendo lo que es requerido de ustedes. Como padre de un Índigo, pueden esperar ser retados a cada instante, pero el tener las habilidades de manejar estos retos creará una relación más fácil entre ustedes y su Índigo. Como padre de un Cristal, tendrán que lidiar con una voluntad muy fuerte y frecuentes luchas de poder. Otra vez, el tener las habilidades de crianza para lidiar con estos asuntos facilitará el crecimiento y desenvolvimiento de su hijo.
Los Viejos Paradigmas de Crianza
El Viejo paradigma de Crianza simplemente no funcionará para los Índigos y Cristales. Y esto es de esperarse. Están aquí para retar este paradigma y reemplazarlo con algo mejor. Así que, la manera en que a ustedes los criaron no funcionará para ellos. No pueden repetir sus propios patrones de crianza – ya sea conscientemente o inconscientemente. Como padre de un Nuevo Niño, se tienen que hacer conscientes de lo que motiva el patrón particular de crianza que han elegido.
El viejo paradigma fue basado mayormente en Poder y Temor. El padre veía a su hijo como una responsabilidad que tenía que ser asumida, y el deber de los padres era asegurarse de que el hijo fuera proveído materialmente, educado y formado en un adulto, igual que todos los otros adultos. El niño era criado para que le temiera al castigo y ver a padres, maestros, y otros adultos como figuras de poder. El niño era enseñado a aceptar las normas de la sociedad por estas figuras de poder, aún si estas fueran en contra de las inclinaciones de él o ella. Los padres y guardianes veían su rol como control del niño. Así que por lo tanto tenían derecho a castigar al niño, incluso con violencia, si ese control, usualmente ejercitado en la forma de reglas y prohibiciones, era retado o ignorado. El objetivo de las reglas y regulaciones era asegurar que el niño “perteneciera” o se ajustara a la sociedad. Los padres Antiguos con frecuencia dicen cosas como: “Lo harás porque yo lo digo, soy tu madre/padre”, o “lo harás porque eso es lo que todos hacen”.
El Padre Antiguo es un Autoritario, y demanda complacencia y respeto de acuerdo con esa autoridad concedida en la relación hijo/padre. En este sistema de creencia, el padre es conocido como “dueño” del hijo y tiene el derecho de demandar complacencia. Los padres se creen saber más y ser más sabios, y por lo tanto tener el derecho de demandar ciertos patrones de comportamiento y elecciones de vida de “su” hijo.
El Nuevo Paradigma de Crianza
El Nuevo Paradigma de Crianza está basado en el Amor y se deriva del Centro del Corazón. En este nuevo paradigma, todo niño es visto como un regalo y privilegio. La crianza es vista como una experiencia de Corazón, en la cual el adulto es dado la tarea de nutrir y asistir a un alma recién llegada al Planeta. Esta tarea es una sociedad, en la que el padre y el hijo comparten la aventura de crear la experiencia consciente de crecimiento y aprendizaje dentro de los parámetros cultivados de la relación.
En este nuevo modelo de crianza basado en el Corazón, el niño es visto por lo que es – un alma muy evolucionada y desarrollada. Esta alma Índigo o Cristal tiene su propia sabiduría para impactar al mundo adulto, y el rol del padre con frecuencia es asistir a ese niño a traer ese mensaje al mundo. El hacerlo requiere que el niño sea amado y nutrido, y animado a expresar al máximo quiénes y qué son en realidad, y el ser dado las oportunidades de desarrollar su potencial máximo en un ambiente amoroso.
Para ser este tipo de padre o guardián, cualidades tales como Amor, Tolerancia, Respeto y Aceptación Incondicional necesitan ser parte de la crianza básica o habilidades amorosas. También, el nuevo padre necesita aprender y comprender las habilidades de Negociación, Comunicación y Disciplina.
AMOR
Esta es LA habilidad de crianza más importante de todas. Y la mayoría de la gente piensa que “llega naturalmente”. Pero con frecuencia, los padres reproducen su propio paradigma de crianza sin considerar verdaderamente si viene del corazón o no.
Efectivamente, no pueden amar y respetar a su hijo si no se aman y se respetan a sí mismos. Y tantos de nosotros fuimos criados con mensajes de “no lo suficientemente bueno”, que fomentó baja auto estima y dificultades con auto-amor y auto-aceptación. Cualquiera que trabaje con niños necesitará observar cómo sus asuntos no resueltos de auto-aceptación pueden ser proyectados al niño. Entonces el niño será visto como “desobediente” o “inmanejable” o “fuera de control”, o cualquier cantidad de etiquetas de “no lo suficientemente bueno”.
También, iras y hostilidades no resueltas de los padres son con frecuencia reflejadas de regreso a ese padre en el comportamiento del hijo. Con frecuencia un hijo enfadado y temperamental estará representando los sentimientos reprimidos del padre.
Es difícil elevar a un niño Índigo o Cristal a menos que hayan resuelto sus asuntos y puedan amarse a sí mismos, empoderarse a sí mismos y expresar su potencial máximo.
Su Niño Índigo o Cristal será su maestro principal, si de hecho no ha trabajado por estos asuntos.
APRENDERÁN a empoderarse y a valorarse a sí mismos – ya que ellos les enseñan las destrezas. Pero es mucho más fácil si ya tienen estas destrezas, entonces criar a su hijo se vuelve una aventura compartida de crecimiento empoderado.
ACEPTACIÓN INCONDICIONAL
Con frecuencia esto es una de las cosas más difíciles para un padre. Con frecuencia el orgullo de los padres demanda que el hijo responda a ciertas expectativas o cumplir ciertos roles.
Pero los niños Índigo y Cristal tienen su propio ser definido y su propia sensación de quiénes y qué son. Esto está muy claro para ellos. Y a veces esta sensación de quiénes son puede estar en oposición directa a los deseos y necesidades de los padres.
Cuando esto sucede, lleva un padre muy especial para poder decir: “Te acepto por lo que eres”, y “no necesitas ser como yo.”
Un padre inseguro puede tomar esa misma diferencia del niño de él o ella misma como una amenaza, y demandar que el niño se ajuste. Pero el nuevo padre permite que el niño se desarrolle y sea lo que es, incluso alentando aspectos de ser del niño que pueden ser extraños a su propia manera de pensar o ser si ahí es donde residen los dones del niño.
El nuevo padre también acepta que conforme el niño Índigo llega a la adolescencia y adultez, puede que no elija seguir los caminos de carreras “seguros” y “responsables” que el padre pueda desear. El Índigo puede desear ser creativo, o viajar por el mundo y ver la vida, en lugar de ir a la universidad y seguir un camino establecido de vida.
Los nuevos padres necesitarán comprender que los Índigos y Cristales ven la vida como una creación en marcha, donde ellos son libres de “volverse a hacer” a ellos mismos cuando sea que así se sientan inclinados, ya que ellos siguen sus pasiones. Probablemente no tendrán interés en lo prudente y seguro, pero más bien en lo apasionado y creativo y divertido.
Esto no tiene que decir que no crearán abundancia. Con frecuencia los adultos Índigo crean el mismo nivel de prosperidad que sus padres antes de los treinta. Pero lo hacen de maneras inusuales y creativas.
RESPETO
Esto está muy relacionado a la aceptación incondicional. Si el padre puede aceptar quién y qué es el niño, entonces en esta aceptación se puede construir un mutuo respeto para con el uno y el otro.
Este mutuo respeto es un fundamento necesario en la que la relación padre/hijo será construida.
Muchos padres Antiguos ven a los niños como sin experiencia y bastante estúpidos hasta enseñados lo contrario por adultos experimentados y más sabios. Los nuevos padres están conscientes de que su hijo es un ser evolucionado en un pequeño cuerpo, y hay un intercambio mutuo de ideas y experiencia en la relación. El padre le enseña al niño/alma las destrezas de supervivencia que necesita para la vida en el planeta en este momento. El Niño enseña a los padres nuevas perspectivas en la vida que derivan de su conexión más cercana con el mundo Espiritual.
Este mutuo respeto significa que cada uno de ustedes permitirá al otro ser lo que son, sin la necesidad de crítica y hostilidad si hay diferencias.
De hecho, el nuevo padre verá estas diferencias como algo a ser celebrado cuando comenzamos a comprender la diversidad y posibilidad inmensa inherente en la vida humana en el planeta hoy.
TOLERANCIA
Este tema se relaciona con los dos anteriores también. Si hay aceptación incondicional, amor y respeto mutuo en el hogar, entonces también va a haber tolerancia para las diferencias y necesidades diferentes de cada persona en la familia.
Esta tolerancia puede entonces ser extendida a una sociedad más abierta afuera del hogar. Si le enseñan a su hijo que están bien con ustedes, y ustedes están bien con ellos, entonces están más propensos a transferir este patrón a su contacto con niños y personas diferentes que conocen en la escuela y en situaciones sociales.
Esta tolerancia de otros y aceptación de otros es parte de la misión de los niños Índigo y Cristal, y ayudará a crear un mundo en el que hay tolerancia y aceptación de todos.
El nuevo padre demostrará a su hijo que se pueden conectar con gente que son “diferente”, con respeto. Y que pueden honrar las diferencias y celebrar la diversidad, en lugar de estar amenazados o temerosos como tantos padres antiguos lo estaban.
La efectividad de los aspectos mencionados arriba en el Nuevo Paradigma de Crianza, con frecuencia yace en la habilidad del padre de compartir aptitudes de vida con el hijo. Esto es hecho eficazmente a través de las destrezas de Comunicación, Negociación, y Disciplina.
COMUNICACIÓN
Comunicarse con su hijo es una de las maneras clave en las que pueden demostrar amor y respeto.
El acto de la comunicación es uno de dar y recibir. La persona que comunica está dando o compartiendo ideas, y la persona que escucha está recibiendo esas ideas. Ambos procesos son “activos”, en ese recibir o “escuchar” también es una habilidad.
Como padre, deben ir más allá de dar órdenes e instrucciones que esperan que el niño reciba sin duda y obedecer. Y sobre todo nunca deben enojarse o gritar en el proceso de comunicarse con su hijo.
El uso de la ira y la violencia en una comunicación solo enseña al niño que para salirse con la suya tiene que hacer el más ruido y ser el más agresivo. De igual manera, el castigo físico enseña al niño que para conseguir lo que se quiere (complacencia), se tiene que ser agresivo y violento. Estos patrones de comunicación serán interiorizados y pueden entonces ser exteriorizados cuando el niño interactúa con sus semejantes. Los niños Cristal, especialmente, están aquí para experimentar poder, y si aprenden de ustedes que la violencia equivale a poder, entonces representarán esto. Y con frecuencia en contra de ustedes.
Mucho mejor entonces, enseñar a su hijo a comunicarse efectivamente, pero con respeto. Y la clave aquí es que ambos bandos ESCUCHEN lo que el otro tiene que decir. Y en el acto de escuchar para realmente recibir y comprender lo que el otro siente y necesita.
Comuníquense con su hijo acerca de todos los asuntos familiares que lo afectarán a él o ella. No asuman simplemente que porque son pequeños sólo necesitan conformarse con lo que ustedes quieren.
NEGOCIACIÓN
La negociación es parte del proceso de Comunicación. Si quieren que su hijo siga cierto camino o haga ciertas cosas, entonces tendrán que explicarles porqué ustedes necesitan este comportamiento de ellos. Índigos y Cristales no están interesados en órdenes autoritarias, pero escucharán si les habla tranquilamente y negocia lo que quieren.
Si lo que desean no es particularmente atractivo para ellos, es posible negociar un premio por hacer lo que ustedes piden. En este caso hay una situación “ganar/ganar”, donde ambos bandos obtienen algo que quieren.
La habilidad aquí no es la manipulación, aunque padres de Índigos pequeños necesitarán observar que el niño no se vuelva manipulador. En lugar de ello, alcanzando un lugar de confort mutuo, donde ambos bandos están en acuerdo y feliz con lo que se necesita hacer. Por ejemplo, si guardar los juguetes es una discrepancia, negocien con el niño que si los juguetes están guardados todas las noches por una semana, entonces en el fin de semana alguna sorpresa puede ocurrir. Si no, no hay sorpresa. La mayoría de los niños trabajarán entorno a una propuesta como esta, en lugar de tener a su mamá continuamente gritando sobre el porqué los juguetes no son guardados, (bueno, porque los niños Índigo y Cristal generalmente tienen cosas más importantes e imaginativas que hacer en lugar de guardar sus juguetes).
DISCIPLINA
Aunque este se dejó para último, es generalmente el tema más emotivo en mi discusión con padres. Si dar o no “palizas” como castigo, o imponer límites.
Mi propia creencia es no violencia, siempre. Esto sólo enseña al niño que la violencia es una herramienta para conseguir lo que quieren.
Sin embargo, también creo que el concepto de “disciplina” es comprendido pobremente en nuestra sociedad. Está equiparado con reglas y regulaciones y castigo. En efecto, la palabra disciplina comparte la misma raíz que “discípulo”, y tiene que ver con enseñar y aprender. Y el maestro más efectivo no es el que grita y es violento, a menos que esté en el Ejército. En la vida normal, enseñar es más efectivo cuando viene del corazón y es impartida de una manera amable y considerada.
Los niños necesitan saber dónde están los límites, y qué se espera de ellos dentro del contexto familiar. Esto ayuda a asegurar una sensación de seguridad que fomenta el comportamiento tranquilo. Pero esta información puede ser transmitida de una manera amorosa y tranquila, usando las habilidades de comunicación y negociación.
Las habilidades de comunicación y negociación son muy una parte de la habilidad de disciplina.
Su rol como padre es enseñar a su hijo – a través del ejemplo y a través de palabras – qué es requerido de ellos para hacerse adultos empoderados y amorosos. Ustedes son el maestro, ellos son los discípulos. Y algunas veces, ellos son los maestros y ustedes, como padres, son los discípulos. Permitan que la relación entre ustedes sea tan amorosa y nutritiva como esa entre Cristo y sus discípulos.
Pagina Original en Ingles: http://www.starchild.co.za
Traducción: "Maribel Gonzalez" - marigo28@yahoo.com y Anita Manasse – estrellam@sion.com
El siguiente extracto describe las diferencias entre los niños índigo y cristal. Es del artículo de Doreen Virtue Los Niños Índigo y Cristal:
La primer cosa acerca de los cristales en la que se fija la mayoría de la gente es en sus ojos, grandes, penetrantes y de una sabiduría que rebasa la propia de su edad. Sus ojos te persiguen e hipnotizan, haciendo que te des cuenta de que tu alma queda al desnudo a la vista del niño. Quizás hayan notado que esta nueva “camada” de niños están poblando rápidamente nuestro planeta. Son felices, encantadores y compasivos. Esta generación de nuevos trabajadores de la luz, a sus edades tan tempranas que van desde los 0 a los 7 años, no se parecen a ninguna generación anterior. Ideales en muchos sentidos, ellos constituyen la vanguardia hacia la que está siendo conducida la humanidad ... ¡y se trata de un buen rumbo!
Niveles superiores de consciencia, la conciencia e interconexión entre todas las cosas y el anhelo de una vida creativa y con poder pronto caracterizarán a todos los humanos del Planeta Tierra.
Conversaciones con Dios - capitulo 1
CONVERSACIONES CON DIOS Autor: Neale Donald Walsch
Capitulo 1 - El comienzo...
En la primavera de 1.992 - recuerdo que fue por Pascua -, un fenómeno extraordinario ocurrió en mi vida. Dios empezó a hablar con usted. A través mío.
Me explicaré.
En aquella época era muy infeliz, personal, profesional y emocionalmente, sentía que mi vida era un fracaso a todos los niveles. Dado que, desde hacía años, había adquirido el hábito de escribir mis pensamientos en forma de cartas (que normalmente nunca enviaba), cogí mi fiel cuaderno de papel amarillo tamaño folio, y empecé a volcar mis sentimientos.
Esa vez, en lugar de escribir otra carta a otra persona de la que yo imaginaba ser una víctima, pensé que iría directamente a la fuente; directamente al mayor “victimizador” de todos. Decidí escribir una carta a Dios.
Fue una carta rencorosa, apasionada, llena de confusiones, deformaciones y condenas. Y un montón de enojosas preguntas.
¿Por qué mi vida no funcionaba? ¿Qué haría que llegara a funcionar? ¿Por qué no lograba ser feliz en mis relaciones? ¿Siempre iba a escapárseme la experiencia de disponer de suficiente dinero? Finalmente - y sobre todo - ¿qué había hecho yo para merecer una vida de continua lucha como la que tenía?
Para mi sorpresa, cuando hube acabado de garabatear toda mi amargura, mis preguntas sin respuesta, y me disponía a dejar la pluma, mi mano se quedó suspendida sobre el papel, como si la sostuviera una fuerza invisible. De repente, la pluma empezó a moverse por sí misma. No sabía en absoluto lo que estaba a punto de escribir, pero parecía que iba a acudir a una idea, de modo que decidí dejarme llevar. Y lo que salió fue:
¿Realmente deseas una respuesta a todas esas preguntas, o simplemente te estás desahogando?
Parpadeé... y entonces surgió una respuesta en mi mente. La escribí también:
“Las dos cosas. Es verdad que me estoy desahogando; pero, si esas preguntas tienen respuesta, ¡tan cierto es que quiero oírlas como que hay infierno!”
Muchas cosas son ciertas... “como que hay infierno”. Pero ¿no sería más agradable que lo fueran “como que hay Cielo”?
Y escribí:
“¿Qué se supone que significa eso?”
Sin que yo lo supiera, había empezado una conversación... y, más que escribir por mi cuenta, estaba escribiendo al dictado.
Este dictado duró tres años, y durante ese tiempo no tenía la menor idea de cómo acabaría. Las respuestas a las preguntas que yo expresaba en el papel no me llegaban hasta que no terminaba de escribir completamente cada pregunta y apartaba mis propios pensamientos. A menudo las respuestas me llegaban más de prisa de lo que podía escribir; entonces tenía que garabatear rápidamente para no quedarme atrás.
Cuando me sentía confuso, o desaparecía la sensación de que las palabras me llegaban de otra parte, dejaba la pluma e interrumpía el diálogo hasta que de nuevo me sentía “inspirado” - lo siento: es la única palabra que realmente resulta apropiada - para volver a coger mi cuaderno de papel amarillo tamaño folio y reanudar la transcripción.
Esas conversaciones todavía duran en el momento en que estoy escribiendo esto. Y la mayor parte se encuentra en las siguientes páginas... las cuales contienen un asombroso diálogo que al principio no podía creer, que luego supuse que me resultaría personalmente valioso, pero que ahora comprendo que estaba destinado a otras personas y no sólo a mí. Estaba destinado a usted y a cualquiera que acceda a este material, puesto que mis preguntas son también las suyas.
Deseo que intervenga en este diálogo lo antes posible, ya que lo realmente importante no es mi historia, sino la suya. Es la historia de su vida la que aquí se presenta. Y si este material es importante, lo es para su experiencia personal. De lo contrario no estaría usted aquí, con el en las manos, en este momento.
Así pues, vamos a iniciar el diálogo con una pregunta que me había estado formulando durante mucho tiempo: ¿cómo habla Dios, y a quién? Cuando lo planteé, he aquí la respuesta que obtuve:
Hablo a todo el mundo. Constantemente. La cuestión no es a quién hablo, sino quién me escucha.
Intrigado, le pedí a Dios que me lo explicara mejor. Y esto es lo que dijo:
En primer lugar, vamos a cambiar la palabra hablar por la palabra comunicarse. Es un término mucho mejor; resulta más completo y más apropiado. Cuando tratamos de hablar a otros - tú a Mí, Yo a ti -, inmediatamente nos vemos restringidos por la increíble limitación de las palabras. Por esta razón, no me comunico únicamente con palabras. En realidad, rara vez lo hago. Mi modo usual de comunicarme es por medio del sentimiento.
El sentimiento es el lenguaje del alma.
Si quieres saber hasta que punto algo es cierto para ti, presta atención a lo que sientes al respecto.
A veces los sentimientos son difíciles de descubrir, y con frecuencia aún más difíciles de reconocer. Sin embargo, en tus más profundos sentimientos se oculta tu más alta verdad.
El truco está en llegar a dichos sentimientos. Te mostraré cómo. De nuevo. Si tú quieres.
Le dije a Dios que si quería, pero que en ese momento deseaba aún más una respuesta completa y detallada a mi primera pregunta. He aquí lo que Dios me dijo:
También me comunico con el pensamiento. El pensamiento y los sentimientos no son lo mismo, aunque pueden darse al mismo tiempo. Al comunicarme con el pensamiento, a menudo utilizo imágenes. Por ello, los pensamientos resultan más efectivos como herramientas de comunicación que las mismas palabras.
Además de los sentimientos y pensamientos, utilizo también el vehículo de la experiencia, que es un magnífico medio de comunicación.
Y finalmente, cuando fallan los sentimientos, los pensamientos y la experiencia, utilizo las palabras. En realidad, las palabras resultan el medio de comunicación menos eficaz. Están más sujetas a interpretaciones equivocadas, y muy a menudo a malentendidos.
¿Y eso por qué? Pues debido a lo que son las palabras. Éstas son simplemente expresiones: ruidos que expresan sentimientos, pensamientos y experiencia. Son símbolos. Signos. Insignias. No son la verdad. No son el objeto real.
Las palabras le pueden ayudar a uno a entender algo. La experiencia le permite conocerlo. Sin embargo, hay algunas cosas que uno no puede experimentar. Por eso os he dado otras herramientas de conocimiento: son los llamados sentimientos; y también los pensamientos.
La suprema ironía del asunto es que vosotros hayáis dado tanta importancia a la palabra de Dios, y tan poca a la experiencia.
En efecto, dais tan poco valor a la experiencia que, cuando vuestra experiencia de Dios difiere de lo que habéis oído sobre Dios, automáticamente desecháis la experiencia y os quedáis con las palabras, cuando debería ser precisamente lo contrario.
Vuestra experiencia y vuestros sentimientos sobre algo representan lo que efectiva e intuitivamente sabéis acerca de ello. Las palabras únicamente pueden aspirar a simbolizar lo que sabéis, y a menudo pueden confundir lo que sabéis.
Así pues, esas son las herramientas con las que Yo me comunico; aunque no sistemáticamente, pues ni todos los sentimientos, ni todos los pensamientos, ni toda la experiencia ni todas las palabras proceden de Mí.
Muchas palabras han sido pronunciadas por otros en Mi nombre. Muchos pensamientos y muchos sentimientos han sido promovidos por causas que no son resultado directo de Mi creación. Y muchas experiencias se derivan también de dichas causas.
La cuestión consiste en discernir. La dificultad estriba en saber la diferencia entre los mensajes de Dios y los que proceden de otras fuentes.
Esta distinción resulta sencilla con la aplicación de una regla básica:
Vuestro Pensamiento más Elevado, vuestra Palabra más Clara, vuestro Sentimiento más Grandioso, son siempre Míos. Todo lo demás procede de otra fuente.
Con ello se facilita la labor de diferenciación, ya que no debería resultar difícil, ni siquiera para el principiante, identificar lo más Elevado lo más Claro y lo más Grandioso.
No obstante, te daré algunas directrices:
El Pensamiento más Elevado es siempre aquel que encierra alegría.
Las Palabras más Claras son aquellas que encierran verdad. El Sentimiento más Grandioso es el llamado amor.
Alegría, Verdad, Amor.
Los tres son intercambiables, y cada uno lleva siempre a los otros. No importa en qué orden se encuentren.
Una vez determinado, utilizando estas directrices, que mensajes son Míos y cuáles proceden de otra fuente, lo único que falta es saber si Mis mensajes serán tenidos en cuenta.
La mayoría de Mis mensajes no lo son. Algunos, porque parecen demasiado buenos para ser verdad. Otros, porque parece demasiado difícil seguirlos. Muchos, debido simplemente a que se entienden mal. La mayoría, porque no se reciben.
Mi mensajero más potente es la experiencia, e incluso a ésta la ignoráis; especialmente a ésta la ignoráis.
Vuestro mundo no se hallaría en el estado en que se encuentra si simplemente hubierais escuchado a vuestra experiencia. El resultado de que no escuchéis a vuestra experiencia es que seguís reviviéndola, una y otra vez; puesto que mi propósito no puede verse frustrado, ni mi voluntad ignorada. Tenéis que recibir el mensaje. Antes o después.
Sin embargo, no os forzaré. Nunca os coaccionaré; ya que os he dado el libre albedrío - la facultad de hacer lo que queráis -, y nunca jamás os lo quitaré.
Así pues, seguiré enviándoos los mismos mensajes una y otra vez, a lo largo de milenios y a cualquier rincón del universo en el que habitéis. Seguiré enviando infinitamente Mis mensajes, hasta que los hayáis recibido y los hayáis escuchado con atención, haciéndolos vuestros.
Mis mensajes pueden venir bajo un centenar de formas, en miles de momentos, durante un millón de años. No podéis pasarlos por alto si realmente escucháis. No podéis ignorarlos una vez los hayáis oído verdaderamente. De este modo nuestra comunicación empezará en serio, ya que en el pasado únicamente Me habéis hablado, Me habéis rezado, habéis intercedido ante Mí, Me habéis suplicado. Pero ahora puedo responderos, siquiera sea como lo estoy haciendo en este momento.
¿Cómo puedo saber que esta comunicación procede de Dios? ¿Cómo sé que no se trata de mi propia imaginación?
¿Qué diferencia habría? ¿No ves que puedo utilizar tu imaginación con la misma facilidad que cualquier otro medio? Te traeré los pensamientos, palabras o sentimientos exactamente apropiados; y en un determinado momento, precisamente cuando me venga bien para mi propósito, utilizaré alguna sentencia, o varias.
Sabrás que esas palabras proceden de Mí porque tú, espontáneamente, no has hablado nunca con tanta claridad. Si hubieras hablado ya con claridad de tales asuntos, no te preguntarías acerca de ellos.
¿Con quién se comunica Dios? ¿ Se trata de personas especiales? ¿En momentos especiales?
Todo el mundo es especial, y todos los momentos son buenos. No hay ninguna persona que sea más especial que otra, ni ningún momento que sea más especial que otro. Mucha gente decide creer que Dios se comunica de maneras especiales y únicamente con personas especiales. Esto libera a las masas de la responsabilidad de escuchar Mi mensaje, y aún más de aceptarlo (esa es otra cuestión), y les permite quedarse con lo que dicen otros. No tenéis que escucharme, puesto que ya habéis decidido que otros Me han oído acerca de todos los asuntos, y tenéis que oírles a ellos.
Al escuchar lo que otras personas piensan que Me han oído decir, vosotros no tenéis que pensar en absoluto.
Esta es la razón principal de que la mayoría de la gente eluda Mis mensajes a nivel personal. Si uno reconoce que recibe Mis mensajes directamente, entonces es responsable de interpretarlos. Es mucho más seguro y mucho más fácil aceptar la interpretación de otros (aunque se trate de otros que han vivido hace 2.000 años) que tratar de interpretar el mensaje que uno puede muy bien estar recibiendo en este mismo momento.
No obstante, te propongo una nueva forma de comunicación con Dios. Una comunicación de doble dirección. En realidad, eres tú quien me lo ha propuesto a Mí, ya que he venido a ti, en esta forma, aquí y ahora, en respuesta a tu llamada.
¿Por qué algunas personas - como, por ejemplo, Jesucristo - parecen escuchar más lo que Tú comunicas que otras?
Porque algunas personas están verdaderamente dispuestas a escuchar. Están dispuestas a oír, y están dispuestas a permanecer abiertas a la comunicación aun cuando lo que oyen parezca espantoso, disparatado o manifiestamente equivocado.
¿Debemos escuchar a Dios aun en el caso de que lo que diga nos parezca equivocado?
Especialmente cuando parece equivocado. Si creéis que estáis en lo cierto respecto de algo, ¿para qué necesitáis hablar con Dios?
Seguid adelante, actuando según vuestro entender. Pero observad lo que habéis estado haciendo desde el principio de los tiempos. Y mirad cómo es el mundo. Evidentemente, en algo habéis fallado; y es obvio que hay algo que no entendéis. Lo que sí entendéis ha de pareceros correcto, puesto que “correcto” es un termino que utilizáis para designar aquello con lo que estáis de acuerdo. Por lo tanto, aquello que se os escapa aparecerá, en un primer momento, como “equivocado”.
La única manera de adelantar en esto es preguntándose a sí mismo: “¿Qué pasaría si todo lo que considero "equivocado" fuese realmente "correcto"?”. Todos los grandes científicos conocen esta pregunta. Lo que hace el científico no es simplemente trabajar; el científico cuestiona todos los presupuestos y principios. Todos los grandes descubrimientos han surgido de la voluntad, de la capacidad, de no estar en lo cierto. Y eso es lo que se necesita en este caso.
No podéis conocer a Dios hasta que hayáis dejado de deciros a vosotros mismos que ya conocéis a Dios. No podéis escuchar a Dios hasta que dejéis de pensar que ya habéis escuchado a Dios.
No puedo deciros Mi Verdad hasta que vosotros dejéis de decirme las vuestras.
Pero mi verdad acerca de Dios procede de Ti.
¿Quién lo ha dicho?
Otros.
¿Qué otros?
Predicadores. Vicarios. Rabinos. Sacerdotes. Libros. ¡La Biblia, por amor de Dios!
Esas no son fuentes autorizadas.
¿No lo son?
No
Entonces, ¿ que hay que sí lo sea?
Escucha tus sentimientos. Escucha tus Pensamientos más Elevados. Escucha a tu experiencia. Cada vez que una de estas tres cosas difiera de lo que te han dicho tus maestros, o has leído en tus libros, olvida las palabras. Las palabras constituyen el vehículo de Verdad menos fiable.
Hay tantas cosas que quiero decirte, tantas cosas que deseo preguntarte, que no sé por donde empezar.
Por ejemplo, ¿por qué no te revelas? Si de verdad hay un Dios, y eres Tú, ¿por qué no te revelas de un modo que todos podamos entenderlo?
Ya lo he hecho, una y otra vez. Estoy haciéndolo de nuevo aquí y ahora.
No. Me refiero a una forma de revelación que resulte incuestionable; que no se pueda negar.
¿Cómo cuál?
Como apareciendo ahora mismo ante mi vista.
Lo estoy haciendo.
¿Dónde?
Dondequiera que mires.
No. Yo quiero decir de un modo indiscutible. De un modo que ningún hombre pueda negar.
¿De que modo sería? ¿Bajo qué forma o aspecto Me harías aparecer?
Bajo la forma o aspecto que realmente tengas.
Eso sería imposible, ya que no poseo una forma o aspecto que podáis comprender. Puedo adoptar una forma o aspecto que podáis comprender, pero entonces todos supondrían que lo que han visto es la sola y única forma y aspecto de Dios, en lugar de una forma y aspecto de Dios; una entre muchas.
La gente cree que Yo soy como me ven, en lugar de cómo no me ven. Pero Yo soy el Gran Invisible, no lo que me hago ser a Mí mismo en un momento determinado. En cierto sentido, Yo soy lo que no soy. Y es de este no-ser de donde vengo, y a donde siempre retorno.
Pero cuando vengo de una u otra forma determinada - una forma bajo la que creo que la gente puede comprenderme -, entonces la gente Me atribuye esa forma para siempre jamás.
Y si viniera bajo cualquier otra forma, ante cualesquiera otras personas, los primeros dirían que no habría aparecido ante los segundos, ya que no Me habría mostrado a los segundos igual que a los primeros, ni les habría dicho las mismas cosas; de modo que ¿cómo iba a ser Yo?
Como puedes ver, no importa bajo que forma o de qué manera Me revele: cualquiera que sea la manera que elija o la forma que adopte, ninguna de ellas resultará incuestionable.
Pero si tu hicieras algo que evidenciara la verdad de quién eres más allá de cualquier duda o interrogante...
...habría todavía quienes dijeran que es cosa del diablo, o simplemente de la imaginación de alguien. O de cualquier causa distinta de Mí.
Si me revelara como Dios todopoderoso, Rey de los Cielos y la Tierra, y moviera montañas para demostrarlo, habría quienes dirían: “Debe de ser cosa de Satanás”.
Y eso sucedería, puesto que Dios no se revela a Sí mismo por, o a través de, la observación externa, sino de la experiencia interna. Y cuando la experiencia interna ha revelado al propio Dios, la observación externa resulta innecesaria. Y cuando la observación externa es necesaria, entonces no resulta posible la experiencia interna.
Así pues, si se pide la revelación, entonces no puede darse, puesto que el acto de pedir constituye una afirmación de que aquélla falta, de que no se está revelando nada de Dios. Esta afirmación produce la experiencia, ya que vuestro pensamiento sobre algo es creador, y vuestra palabra es productora, y vuestro pensamiento y vuestra palabra juntos resultan magníficamente eficaces en tanto dan origen a vuestra realidad. Por lo tanto, experimentaréis que Dios no se ha revelado, ya que, si lo hubiera hecho, no se lo pediríais.
¿Significa eso que no puedo pedir nada que desee? ¿Me estas diciendo que rezar por algo en realidad aleja ese algo de nosotros?
Esta es una pregunta que ha sido respondida a través de los siglos, y que ha sido respondida cada ves que se ha formulado. Pero no habéis escuchado la respuesta, o no queréis creerla.
Responderé de nuevo, con palabras de hoy, en un lenguaje actual, de la siguiente manera:
No tendréis lo que pedís, ni podéis tener nada de lo que queráis. Y ello porque vuestra propia petición es una afirmación de vuestra carencia, y al decir que queréis una cosa únicamente sirve para producir esa experiencia concreta - la carencia - en vuestra realidad."
Por lo tanto, la oración correcta no es nunca de súplica, sino de gratitud.
Cuando dais gracias a Dios por adelantado por aquello que habéis decidido experimentar en vuestra realidad, estáis efectivamente reconociendo que eso esta ahí... en efecto. La gratitud es, pues, la más poderosa afirmación dirigida a Dios; una afirmación a la que Yo habré contestado incluso antes de que me la formuléis.
Así pues, no supliquéis nunca. Antes bien, agradeced.
Pero ¿qué ocurre si yo agradezco algo a Dios por adelantado, y luego eso no aparece nunca? Eso podría llevar al desencanto y a la amargura.
La gratitud no puede utilizarse como una herramienta con la que manipular a Dios; un mecanismo con el que engañar al universo. No podéis mentiros a vosotros mismos. Vuestra mente sabe la verdad de vuestros pensamientos. Si decís “Gracias, Dios mío, por esto y lo otro”, y al mismo tiempo está claro que eso no está en vuestra realidad presente, estáis suponiendo que Dios es menos claro que vosotros, y, por lo tanto, produciendo esa realidad en vosotros.
Dios sabe lo que vosotros sabéis, y lo que vosotros sabéis es lo que aparece en vuestra realidad.
Pero entonces ¿cómo puedo estar realmente agradecido por algo, si sé que eso no está presente?
Fe. Si tienes aunque sólo sea la fe equivalente a un grano de mostaza, moverás montañas. Sabrás que eso está presente porque Yo digo que está presente; porque Yo digo que, incluso antes de que me preguntes, habré respondido; porque Yo digo, y os lo he dicho de todas las maneras concebibles, a través de cualquier maestro que me puedas mencionar, que, sea lo que sea lo que queráis, si lo queréis en Mi nombre así será.
Sin embargo, hay tanta gente que dice que sus oraciones han quedado sin respuesta...
Ninguna oración - y una oración no es más que una ferviente afirmación de lo que ya es - queda sin respuesta. Cualquier oración - cualquier pensamiento, cualquier afirmación, cualquier sentimiento - es creador. En la medida en que sea fervientemente sostenido como una verdad, en esa misma medida, se hará manifiesto en vuestra experiencia.
Cuando se dice que una oración no ha sido respondida, lo que realmente ocurre es que el pensamiento, palabra o sentimiento sostenido de modo más ferviente a llegado a ser operativo. Pero lo que has de saber - y ese es el secreto - es que detrás del pensamiento se halla siempre otro pensamiento - el que podríamos llamar Pensamiento Promotor -, que es el que controla el pensamiento.
Por lo tanto, si rogáis y suplicáis, parece que existe una posibilidad mucho menor de que experimentéis lo que pensáis que habéis decidido, puesto que el Pensamiento Promotor que se halla detrás de cada súplica es el de que en ese momento no tenéis lo que deseáis. Ese Pensamiento Promotor se convierte en vuestra realidad.
El único Pensamiento Promotor que puede ignorar este pensamiento es uno fundado en la fé en que Dios concederá cualquier cosa que se le pida, sin falta. Algunas personas poseen este tipo de fe, pero muy pocas.
El proceso de la oración resulta mucho más fácil cuando, en lugar de creer que Dios siempre dirá “sí” a cada petición, se comprende intuitivamente que la propia petición no es necesaria. Entonces la oración se convierte en una plegaria de acción de gracias. No es en absoluto una petición, sino una afirmación de gratitud por lo que ya es.
Cuando dices que una oración es una afirmación de lo que ya es, ¿estas diciendo que Dios no hace nada, que todo lo que ocurre después de una oración es un resultado de la acción de rezar?
Si crees que Dios es un ser omnipotente que escucha todas las oraciones, y responde “sí” a unas, “no” a otras, y “ya veremos” al resto, estás equivocado. ¿Por qué regla de tres decidiría Dios?
Si crees que Dios es quién crea y decide todo lo que afecta a vuestra vida, estás equivocado.
Dios es el observador no el creador. Y Dios está dispuesto a ayudaros a vivir vuestra vida, pero no de la manera que supondríais.
La función de Dios no es crear, o dejar de crear, las circunstancias o condiciones de vuestra vida. Dios os ha creado a vosotros, a imagen y semejanza suya. Vosotros habéis creado el resto, por medio del poder que Dios os ha dado. Dios creó el proceso de la vida, y la propia vida tal como la conocéis. Pero Dios os dio el libre albedrío para hacer con la vida lo que queráis.
En ese sentido, vuestra voluntad respecto a vosotros es la voluntad de Dios respecto a vosotros.
Estáis viviendo vuestra vida del modo como la estáis viviendo, y Yo no tengo ninguna preferencia al respecto.
Esa es la grandiosa ilusión de la que participáis Que Dios se preocupa de un modo u otro por lo que hacéis.
Yo no me preocupo por lo que hacéis, y eso os resulta difícil de aceptar. Pero ¿os preocupáis vosotros por lo que hacen vuestros hijos cuando les dejáis salir a jugar? ¿Es importante para vosotros si juegan al corre que te pillo, al escondite o a disimular? No, no lo es, porque sabéis que están perfectamente seguros, ya que les habéis dejado en un entorno que consideráis favorable y adecuado.
Por supuesto siempre confiaréis en que no se lastimen. Y si lo hacen, haréis bien en ayudarles, curarles, y permitirles que se sientan de nuevo seguros, que sean felices de nuevo, que vuelvan a jugar otro día. Pero tampoco ese otro día os preocupará si deciden jugar al escondite o a disimular.
Por supuesto, les diréis que juegos son peligrosos. Pero no podréis evitar que vuestros hijos hagan cosas peligrosas. Al menos, no siempre; no para siempre; no en todo momento desde ahora hasta su muerte. Los padres juiciosos lo saben. Pero los padres nunca dejan de preocuparse por el resultado. Esta dicotomía - no preocuparse excesivamente por el proceso, pero sí por el resultado - describe con bastante aproximación la dicotomía de Dios.
Pero Dios, en un sentido, no siempre se preocupa por el resultado. No por el resultado final. Y ello porque el resultado final está asegurado.
Y esta es la segunda gran ilusión del hombre: que el resultado de la vida es dudoso.
Es esta duda acerca del resultado final la que ha creado a vuestro mayor enemigo: el temor. Si dudáis del resultado, dudaréis del Creador: dudaréis de Dios. Y si dudáis de Dios, entonces viviréis toda vuestra vida en el temor y la culpa.
Si dudáis de las intenciones de Dios - y de su capacidad de producir este resultado final -, entonces ¿cómo podréis descansar nunca? ¿Cómo podréis nunca hallar realmente la paz?
Sin embargo, Dios posee pleno poder para encajar las intenciones con los resultados. No podéis ni queréis creer en ello (aunque afirméis que Dios es todopoderoso), y, en consecuencia, habéis de crear en vuestra imaginación un poder igual a Dios, con el fin de encontrar una manera de que la voluntad de Dios se vea frustrada. Así, habéis creado en vuestra mitología al ser que llamáis “el diablo”. Incluso habéis imaginado a Dios en guerra con ese ser (pensando que Dios resuelve sus problemas del mismo modo que vosotros). Por fin, habéis imaginado realmente que Dios podría perder esa guerra.
Todo eso viola lo que decís que sabéis acerca de Dios, pero eso no importa. Vivís vuestra ilusión, y, de este modo, sentís vuestro temor, debido a vuestra decisión de dudar de Dios.
Pero ¿qué ocurriría si tomaras una nueva decisión? ¿Cuál sería entonces el resultado?
Deja que te diga algo: deberías vivir como Buda. Como Jesús. Como lo hicieron todos los santos que siempre habéis idolatrado.
Sin embargo, como ocurrió con la mayoría de los santos, la gente no te entendería. Y cuando trataras de explicar tu sensación de paz, tu alegría de vivir, tu éxtasis interior, ellos oirían tus palabras, pero no te escucharían. Tratarían de convencerte de que eras tú quién no entendía a Dios.
Y si fracasaran a la hora de arrancarte tu alegría, tratarían de hacerte daño; tan enorme sería su rabia. Y cuando tú les dijeras que eso no te importaba, que ni siquiera la muerte podría privarte de tu alegría, ni cambiaría tu verdad, seguramente te matarían. Entonces, cuando vieran con qué paz aceptabas la muerte, te llamarían santo, y te amarían de nuevo.
Y ello porque está en la naturaleza de las personas amar, luego destruir, y luego amar de nuevo aquello que más aprecian.
Pero ¿por qué? ¿Por qué lo hacemos?
Todos los actos humanos están motivados, a su nivel más profundo, por una de estas dos emociones: el temor o el amor. En realidad existen sólo dos emociones: sólo dos palabras en el lenguaje del alma. Son los extremos opuestos de la gran polaridad que Yo creé cuando produje el universo, y vuestro mundo, tal como hoy lo conocéis.
Estos son los dos aspectos - Alfa y Omega - que permiten la existencia del sistema que llamáis “relatividad”. Sin estos dos aspectos, sin estas dos ideas sobre las cosas, no podría existir ninguna otra idea.
Todo pensamiento humano, toda acción humana, se basa o bien en el amor, o bien en el temor. No existe ninguna otra motivación humana, y todas las demás ideas no son sino derivadas de estas dos. Son simplemente versiones distintas: diferentes variaciones del mismo tema.
Piensa en ello detenidamente, y veras que es verdad. Eso es lo que he llamado Pensamiento Promotor. Es tanto un pensamiento de amor como de temor. Este es el pensamiento que se oculta detrás del pensamiento que, a su vez, se oculta detrás del pensamiento. Es el primer pensamiento. Es la fuerza principal. Es la energía primaria que mueve el motor de la experiencia humana.
Y he ahí como el comportamiento humano produce una experiencia repetida tras otra; he ahí por qué los humanos aman, luego destruyen, y luego aman de nuevo: siempre con ese movimiento pendular de una emoción a la otra. El amor promueve el temor, que promueve el amor, que promueve el temor...
...Y la razón se halla en la primera mentira - una mentira que sostenéis como si fuera la verdad sobre Dios - de que no se puede confiar en Dios; de que no se puede contar con el amor de Dios; de que el hecho de que Dios os acepte está condicionado; por tanto, de que el resultado final es dudoso. Entonces, si no podéis contar con que el amor de Dios está siempre ahí, ¿con el amor de quién podéis contar? Si Dios se retira y se aparta cuando vosotros no actuáis correctamente, ¿no lo harán los simples mortales?
...Y así es como en el momento en que prometéis vuestro más elevado amor, abrís la puerta a vuestro mayor temor.
Y ello, porque lo primero que os preocupa después de decir “Te amo” es si vais a escuchar lo mismo. Y si lo escucháis, entonces empezáis inmediatamente a preocuparos por la posibilidad de perder ese amor que acabáis de encontrar. Así, toda acción se convierte en reacción - de defensa ante la pérdida -, incluso cuando tratáis de defenderos ante la pérdida de Dios.
Pero si supieras Quiénes sois - que sois el ser más magnífico, notable y espléndido que Dios ha creado nunca, - no habríais de sentir temor nunca; ya que ¿quién puede negar esa maravillosa magnificencia? Ni siquiera Dios podría criticar a un ser así.
Pero no sabéis Quiénes sois, y pensáis que sois mucho menos. ¿De dónde habéis sacado la idea de que sois cualquier cosa menos magníficos? De las únicas personas cuya palabra aceptaríais plenamente. De vuestra madre y vuestro padre.
Estas son las personas que más os aman. ¿Por qué habrían de mentiros? Sin embargo ¿no os han dicho que sois demasiado tal cosa, y no suficientemente tal otra? ¿No os han recordado que tenéis que pasar desapercibidos? ¿No os han regañado en algunos de vuestros momentos de mayor euforia? ¿Y no os han animado a desechar algunas de vuestras ideas más descabelladas?
Estos son los mensajes que habéis recibido, y, aunque no satisfacen los criterios, y, por tanto, no son mensajes de Dios, también podían haberlo sido, puesto que proceden, sin duda alguna, de los dioses de vuestro universo.
Fueron vuestros padres quienes os enseñaron que el amor está condicionado - habéis sentido esas condiciones muchas veces -, y esa es la experiencia que habéis interiorizado en vuestras relaciones amorosas.
Es también la experiencia que me aplicáis a Mí.
Y a partir de esta experiencia extraéis vuestras conclusiones sobre Mí. En este marco proclamáis vuestra verdad. “Dios es un Dios amoroso - decís -, pero si quebrantas Sus mandamientos, Él te castigará con el destierro perpetuo y la condenación eterna.”
¿Acaso no habéis experimentado el destierro de vuestros propios padres? ¿No conocéis el dolor de su condenación? ¿Cómo, entonces, podríais imaginar que iba a ser distinto conmigo?
Habéis olvidado qué era ser amado sin condiciones. No recordáis la experiencia del amor de Dios. Y así, tratáis de imaginar cómo debe de ser el amor de Dios basándoos en cómo veis que es el amor del mundo.
Habéis proyectado en Dios el papel de “ padre”, y, en consecuencia, habéis salido con un Dios que juzga, y premia o castiga, en base a lo buenos que crea que habéis sido hasta ese momento. Pero esta es una visión simplista de Dios, basada en vuestra mitología. No tiene nada que ver con Quién soy Yo.
Así pues, habiendo creado todo un sistema de pensamiento acerca de Dios basado en la experiencia humana más que en las verdades espirituales, después creasteis toda una realidad en torno al amor. Se trata de una realidad basada en el temor, arraigada en la idea de un Dios terrible y vengativo. Ese Pensamiento Promotor es erróneo, pero rechazarlo supondría desbaratar toda vuestra teología. Y aunque la nueva teología que podría reemplazarla sería realmente vuestra salvación, no podéis aceptarla, puesto que la idea de un Dios al que no haya que temer, que no va a juzgar, y que no tiene ningún motivo para castigar, resulta sencillamente demasiado magnífica para incluirla ni siquiera en vuestra más grandiosa noción de Quien y Qué es Dios.
Esta realidad del amor basada en el temor domina vuestra experiencia de aquél; más aún, en realidad la crea, ya que no sólo hace que consideréis que recibís un amor condicionado, sino también que penséis que lo das del mismo modo. E incluso mientras negociáis y establecéis vuestras condiciones, una parte de vosotros sabe que eso no es realmente el amor. Aún así, parecéis incapaces de cambiar la manera de dispensarlo. Os decís a vosotros mismos que habéis aprendido la manera difícil, y ¡qué os condenéis si os hacéis de nuevo vulnerables! Pero lo cierto es que deberíais decir ¡qué os condenéis si no lo hacéis!
[Debido a vuestros propios (y equivocados) pensamientos sobre el amor, sí que os condenáis realmente a no experimentarlo nunca en toda su pureza. Del mismo modo, os condenáis a no conocerme nunca como realmente soy. Al menos mientras obréis así, ya que no podéis rechazarme para siempre, y llegará el momento de nuestra Reconciliación.]
Cualquier acción emprendida por los seres humanos se basa en el amor o el temor, y no simplemente las que afectan a las relaciones. Las decisiones relativas a los negocios, la industria, la política, la religión, la educación de vuestros jóvenes, la política social de vuestras naciones, los objetos económicos de vuestra sociedad, las decisiones que implican guerra, paz, ataque, defensa, agresión, sometimiento; las determinaciones de codiciar o regalar, de ahorrar o compartir, de unir o dividir: cualquier decisión libre que toméis se deriva de uno de los dos únicos pensamientos posibles que existen: un pensamiento de amor o un pensamiento de temor.
El temor es la energía que contrae, cierra, capta, huye, oculta, acumula y daña.
El amor es la energía que expande, abre, emite, permanece, revela, comparte y sana.
El temor cubre nuestros cuerpos de ropa; el amor nos permite permanecer desnudos. El temor se aferra a todo lo que tenemos; el amor lo regala. El amor prohíbe; el amor quiere. El temor agarra; el amor deja ir. El temor duele; el amor alivia. El temor ataca; el amor repara.
Cualquier pensamiento, palabra o acto humano se basa en una emoción o la otra. No tenéis más elección al respecto, puesto que no existe nada más entre que elegir. Pero tenéis libre albedrío respecto a cuál de las dos escoger.
Haces que parezca muy fácil, y, sin embargo, en el momento de la decisión el temor vence mucho más a menudo. ¿Por qué?
Habéis aprendido a vivir en el temor. Se os ha hablado de la supervivencia de los más capacitados, y de la victoria de los más fuertes y el éxito de los más inteligentes. Pero se os ha dicho muy poco sobre la gloria de quienes más aman. De este modo, os esforzáis por ser los más capacitados, los más fuertes, los más inteligentes - de una u otra manera -, y si en una situación determinada percibís que vosotros lo sois menos, tenéis miedo de perder, puesto que se os ha dicho que ser menos significa perder.
Así, evidentemente, elegís la acción promovida por el temor, porque eso es lo que os han enseñado. Pero Yo os enseño esto: cuando escojáis la acción promovida por el amor, entonces haréis algo más que tener éxito Entonces experimentaréis plenamente la gloria de Quienes Realmente Sois, y quienes podéis ser.
Para hacer esto, debéis dejar de lado las enseñanzas de vuestros bienintencionados, aunque mal informados, profesores mundanos, y escuchar las enseñanzas de aquellos cuya sabiduría proviene de otra fuente.
Hay muchos de estos profesores entre vosotros, como siempre los ha habido, ya que nunca he querido privaros de aquellos que os mostraran, os enseñaran, os guiaran y os recordaran esas verdades. No obstante, el mayor recordatorio no se halla fuera de vosotros, sino que es vuestra propia voz interior. Esta es la primera herramienta que utilizo, puesto que es la más accesible.
La voz interior es la voz más fuerte con la que hablo, puesto que es la más cercana a vosotros. Es la voz que os dice si todo lo demás es verdadero o falso, correcto o equivocado, bueno o malo, según vuestra definición. Es el radar que señala el rumbo, dirige el barco y guía el viaje, si dejáis que lo haga.
Es la voz que te dice ahora mismo si las propias palabras que estás leyendo son palabras de amor o palabras de temor. Con este patrón puedes determinar si son palabras que hay que tener en cuenta o palabras que hay que ignorar.
Dices que, si yo elijo siempre la acción impulsada por el amor, entonces experimentaré plenamente la gloria de quien soy y quien puedo ser. ¿Quieres explicármelo con más detalle, por favor?
Existe únicamente un propósito para toda la vida, y es, para vosotros y para todo lo que vive, experimentar la gloria más plena.
Todo lo que decís, hacéis o pensáis está subordinado a esta función. Vuestra alma no tiene que hacer nada más que eso, y no quiere hacer nada más que eso.
Lo maravilloso de este propósito es que nunca termina. Un fin es una limitación, y el propósito de Dios carece de este límite. Debe llegar un momento en el que os experimentéis a vosotros mismos en vuestra gloria más plena, y en ese instante imaginaréis una gloria aún mayor. Cuanto más seáis, más llegaréis a ser, y cuanto más lleguéis a ser, más podréis ser todavía.
El secreto más profundo es que la vida no es un proceso de descubrimiento, sino un proceso de creación.
No os descubrís a vosotros mismos, sino que os creáis a vosotros mismos de nuevo. Tratáis, por lo tanto, no de averiguar Quienes Sois, sino de determinar Quienes Queréis Ser.
Hay quienes dicen que la vida es una escuela, que estamos aquí para aprender unas determinadas lecciones, que una vez “graduados” podremos continuar con otros objetivos mayores, liberados ya de las cadenas del cuerpo. ¿Es eso cierto?
Es otra parte de vuestra mitología, basada en la experiencia humana.
¿La vida no es una escuela?
No.
¿No estamos aquí para aprender?
No.
Entonces ¿por qué estamos aquí?
Para recordar y re-crear Quiénes Sois.
Os lo he dicho una y otra vez, y no Me creéis. Pero así ha de ser; ya que, verdaderamente, si no os creáis como Quienes Sois, no podéis ser.
Bueno, me he perdido. Volvamos a lo de la escuela. He escuchado a un maestro tras otro decirnos que la vida es una escuela. Francamente, me choca oírte negarlo.
La escuela es un lugar adonde uno va si hay algo que uno no sabe y quiere saber. No es un lugar adonde uno va si ya sabe algo y simplemente quiere experimentar su sabiduría.
La vida (como la llamáis) es una oportunidad para vosotros de saber experimentalmente lo que ya sabéis conceptualmente. No necesitáis aprender nada al respecto. Necesitáis simplemente recordar lo que ya sabéis, y obrar en consecuencia.
No estoy seguro de entenderlo.
Empecemos por aquí. El alma - vuestra alma - ya sabe todo lo que se puede saber en todo momento. Nada se le oculta, nada desconoce. Pero saberlo no es suficiente. El alma aspira a experimentarlo.
Podéis saber que sois generosos, pero a menos que hagáis algo que demuestre generosidad, no tenéis sino un concepto. Podéis saber que sois amables, pero a menos que hagáis algo que demuestre amabilidad con alguien, no tenéis sino una idea sobre vosotros mismos.
El único deseo de vuestra alma es convertir ese magnífico concepto de sí misma en su mayor experiencia. En tanto el concepto no se convierta en experiencia, todo lo que hay es especulación. Yo he estado especulando sobre Mí mismo durante mucho tiempo. Más del que tú y Yo podríamos recordar conjuntamente. Más que la edad del universo multiplicada por sí misma. ¡Ve, pues, qué joven es - qué nueva es - Mi experiencia de Mí mismo!
Me he perdido de nuevo. ¿Tu experiencia de Ti mismo?
Sí Permíteme que te lo explique de este modo:
En el principio, lo que Es era todo lo que había, y no había nada más.
Pero Todo Lo Que Es no podía conocerse a sí mismo, pues Todo Lo Que Es era todo lo que había, y no había nada más. Así, Todo Lo Que Es... no era, ya que, en ausencia de cualquier otra cosa, Todo Lo Que Es no es.
Este es el gran “Es - No Es” al que han aludido los místicos desde el principio de los tiempos.
Ahora bien, Todo Lo Que Es sabía que era todo lo que había; pero eso no era suficiente, puesto que sólo podía conocer su total magnificencia conceptualmente, no experiencialmente. Sin embargo es la experiencia de sí mismo lo que anhelaba, puesto que quería saber que le apetecía ser tan magnífico. Aún así, eso era imposible, ya que el propio término magnífico es un termino relativo. Todo Lo Que Es no podía saber que le apetecía ser magnífico a menos que lo que no es lo descubriera. En ausencia de lo que no es, lo que Es no es.
¿Lo entiendes?
Creo que sí. Continúa.
De acuerdo. Lo único que Todo Lo Que Es sabía es que no había nada más. Así no podía, ni lograría, nunca conocerse a Sí mismo desde un punto de referencia exterior a Sí mismo: dicho punto de referencia no existía. Sólo existía un punto de referencia, y era el único lugar interior. El “Es - No Es”. El “Soy - No Soy”.
Aún así, el Todo de Todo decidió conocerse experimentalmente.
Esta energía - pura, invisible, inaudible, inobservada y, por lo tanto, desconocida - por - cualquier - otra energía - decidió experimentarse a Sí misma como la total magnificencia que era. Para ello, se dio cuenta de que habría de utilizar un punto de referencia interior.
Se hizo el razonamiento, totalmente correcto, de que cualquier parte de Sí mismo había de ser necesariamente menos que el total, y, por tanto, si simplemente se dividía a sí mismo en partes, cada parte, al ser menos que el total, podía mirar al resto de Sí mismo y ver su magnificencia.
Así, Todo Lo Que Es se dividió a Sí mismo, convirtiéndose, en un momento glorioso, en lo que es esto y lo que es aquello. Por primera vez, existían esto y aquello, completamente separados lo uno de lo otro. Y aun así, existían simultáneamente; tal como sucedía con todo lo que no era ninguno de los dos.
Así de repente existían tres elementos: lo que está aquí; lo que está allí, y lo que no está ni aquí ni allí, pero que debe existir para que aquí y allí existan.
Es la nada lo que sostiene al todo. Es el no-espacio el que sostiene al espacio. Es el todo el que sostiene a las partes.
¿Lo entiendes?
¿Me sigues?
Creo que sí, realmente. Lo creas o no, lo has ilustrado de una forma tan clara que creo que verdaderamente lo entiendo.
Voy a ir más lejos. Esa nada que sostiene al todo es lo que algunas personas llaman Dios. Pero eso tampoco resulta acertado, puesto que sugiere que existe algo que Dios no es; a saber, todo lo que no es “nada”. Pero Yo soy Todas las Cosas - visibles e invisibles -, de modo que esta descripción de Mí como el Gran Invisible, la Nada, el No - Espacio, una definición de Dios esencialmente mística, al modo oriental, no resulta más acertada que la descripción esencialmente práctica, al modo occidental, de Dios como todo lo visible. Quienes creen que Dios es Todo lo Que Es y Todo lo Que No Es son quienes lo entienden correctamente.
Ahora bien, al crear lo que está “aquí” y lo que está “allí”, Dios hizo posible que Dios se conociera así mismo. En el momento de está gran explosión de su interior, Dios creó la relatividad, el mayor don que se hizo nunca a sí mismo. De este modo, la relación es el mayor don que Dios os hizo nunca; pero discutiremos este aspecto más adelante.
Así pues, a partir de la Nada surgió el Todo; por cierto, un acontecimiento espiritual del todo coherente con lo que vuestros científicos llaman la teoría del Big Bang.
Como todos los elementos se hallaban en movimiento, se creó el tiempo, puesto que algo que primero estaba aquí luego estaba allí, y el período que empleaba en ir de aquí a allí resultaba mensurable.
Exactamente como las partes de Sí mismo visibles empezaron a definirse por sí mismas, unas “en relación” con las otras, así sucedió también con las partes invisibles.
Dios sabía que, para que existiera el amor - y se conociera sí mismo como puro amor -, había de existir también su contrario. Así, Dios creó voluntariamente la gran polaridad: el opuesto absoluto del amor - todo lo que el amor no es -, que ahora llamamos temor. Desde el momento en que existía el temor, el amor podía existir como algo que se podía experimentar.
Es a esta creación de dualidad entre el amor y su contrario a la que se refieren los humanos, en sus diversas mitologías, como el nacimiento del diablo, la caída de Adán, la rebelión de Satán, etc."
Del mismo modo que habéis decidido personificar el amor puro en el personaje que llamáis Dios, también habéis decidido personificar el temor abyecto en el personaje que llamáis el demonio.
En la Tierra, algunos han establecido mitologías algo más elaboradas en torno a este acontecimiento, completadas con argumentos de batallas y guerras, soldados angélicos y guerreros diabólicos, las fuerzas del bien y del mal, de la luz y de la oscuridad.
Esta mitología ha constituido el primer intento por parte de los hombres de entender, y explicar a los demás de manera que pudieran entenderlo, un acontecimiento cósmico del que el alma humana es profundamente consciente, pero que la mente apenas puede concebir.
Al dar el universo como una versión dividida de Sí mismo, Dios produjo, a partir de la energía pura, todo lo que ahora existe; tanto lo visible como lo invisible.
En otras palabras, no sólo se creaba de este modo el universo físico, sino también el universo metafísico. La parte de Dios que forma el segundo término de la ecuación “Soy - No Soy” explotó también en un infinito número de unidades más pequeñas que el conjunto. A estas unidades de energía las llamaríais espíritus.
En algunas de vuestras mitologías religiosas se afirma que “Dios Padre” tiene muchos hijos espirituales. Este paralelismo con la experiencia humana de la vida que se multiplica parece ser el único modo de que las masas puedan captar en realidad la idea de la súbita aparición - la súbita existencia - de innumerables espíritus, comprendiendo la totalidad de Mí, son, en un sentido cósmico, Mí descendencia.
Mi divino propósito al dividirme era crear suficientes partes de Mí como para poder conocerme a Mí mismo experimentalmente. Sólo hay una manera en que el Creador puede conocerse experiencialmente en cuanto Creador, y es creando. Así, di a cada uno de los innumerables partes de mí (a todos mis hijos espirituales) el mismo poder de crear que Yo poseo en su totalidad.
A eso es a lo que se refiere vuestra religión cuando afirma que fuisteis creados “a imagen y semejanza de Dios”. Esto no significa, como han dicho algunos, que nuestros cuerpos físicos sean iguales (aunque Dios puede adoptar cualquier forma física que quiera para un determinado propósito). Significa que nuestra esencia es la misma. Estamos hechos de la misma sustancia. ¡SOMOS la “misma sustancia”! Con las mismas propiedades y capacidades, incluyendo la capacidad de crear realidad física de un soplo.
Mí propósito al crearos a vosotros, Mi descendencia espiritual, era conocerme a Mí mismo como siendo Dios. No tenía modo de hacerlo, salvo a través de vosotros. Así, se puede decir (y se ha dicho muchas veces) que Mi propósito respecto a vosotros es que vosotros os conozcáis como siendo Yo.
Esto parece extraordinariamente simple, pero resulta muy complejo, ya que sólo hay un modo de conoceros como siendo Yo, y es conoceros primero como siendo no Yo.
Ahora trata de seguirme - esfuérzate por no perder el hilo -, ya que el asunto se hace más sutil. ¿Listo?
Creo que sí.
Bien. Recuerda que me has pedido esta explicación. Has estado esperándola durante años. Y me la has pedido en términos profanos, no en doctrinas teológicas o teorías científicas.
Sí; soy consciente de lo que te he pedido.
Y tal como la has pedido te la voy a dar.
Ahora bien, para simplificar las cosas, voy a utilizar vuestro modelo mitológico de los hijos de Dios como La base de Mi exposición, ya que se trata de un modelo con el que estáis familiarizados, y en muchos aspectos no resulta tan lejano.
Así, volvamos a cómo se desarrolla este proceso de auto-conocimiento.
Sólo había un modo de que Yo motivara a todos Mis hijos espirituales a conocerse a sí mismos como partes de Mí, y era simplemente diciéndoselo. Y eso hice. Pero, como puedes ver, no era suficiente para el Espíritu conocerse simplemente como siendo Dios, o parte de Dios, o hijo de Dios, o heredero del Reino (o cualquier mitología que quieras utilizar).
Como ya he explicado, conocer algo y experimentarlo son dos cosas distintas. El Espíritu anhelaba conocerse experiencialmente (¡como Yo hice!). La conciencia conceptual no era suficiente para vosotros. Así, ideé un plan. Es la idea más extraordinaria de todo el universo; y también la colaboración más espectacular. Digo “colaboración” porque todos vosotros estáis en esto conmigo.
Con este plan, vosotros, en cuanto espíritu puro, entraríais en el universo físico recién creado. Y ello por que lo físico es la única manera de conocer experiencialmente lo que se conoce conceptualmente. Esta es, en efecto, la razón por la que he creado el cosmos físico para empezar, así como el sistema de relatividad que lo gobierna, y toda la creación.
Una vez en el universo físico, vosotros, Mis hijos espirituales, podéis experimentar lo que sabéis de vosotros mismos; pero primero habéis de pasar por conocer lo contrario. Para explicarlo de una manera sencilla, no podéis conoceros a vosotros mismos en vuestra grandeza a menos que - y hasta que - seáis conscientes de vuestra pequeñez. No podéis experimentar lo que vosotros llamáis importante a menos que también paséis por conocer lo insignificante.
Llevado a sus últimas consecuencias lógicas, no podéis experimentar a vosotros mismos como lo que sois hasta que os hayáis enfrentado a lo que no sois. Este es el propósito de la teoría de la relatividad y de toda la vida física. Por eso es por lo que no sois tal como vosotros os habéis definido.
Ahora bien, en el caso del conocimiento último - en el caso del conocimiento de vosotros mismos como siendo el Creador -, no podéis experimentar vuestro propio Yo como creador a menos que - y hasta que - creéis. Y no podéis crearos a vosotros mismos en tanto no os des-creéis a vosotros mismos. En cierto sentido, tenéis primero que “no ser”, con el fin de ser. ¿Me sigues?
Creo...
Quédate con esa idea.
Por supuesto, no hay ninguna manera de que no seáis quienes sois y lo que sois; simplemente lo sois (espíritu, puro, creador), siempre lo habéis sido y siempre lo seréis. Así pues, hicisteis lo mejor que podíais hacer. Procurasteis olvidar Quienes Sois Realmente.
Una vez entrados en el universo físico, renunciasteis a vuestro recuerdo de vosotros mismos. Eso os permite decidir ser Quienes Sois, en lugar de encontraros simplemente siéndolo, por así decir.
Es en el acto de decidir ser, y no en estar siendo simplemente lo que sois, una parte de Dios, en el que os experimentáis a vosotros mismos como siendo con tal decisión, que es lo que, por definición, es Dios. Sin embargo, ¿cómo podéis decidir respecto a algo sobre lo que no hay ninguna decisión? No podéis no ser Mi descendencia por mucho que os empeñéis; pero sí podéis olvidarlo.
Vosotros sois, siempre habéis sido y siempre seréis, una parte divina del todo divino, un miembro del cuerpo. He aquí por qué el acto de reunirse con el todo, de volver a Dios, se llama remembranza. Verdaderamente decidís re-membrar Quienes Realmente Sois, o reuniros junto con las diversas partes de vosotros para experimentar el todo de vosotros; es decir, el Todo de Mí.
Vuestra tarea en la Tierra, por lo tanto, no es aprender (puesto que ya sabéis), sino re-membrar Quienes Sois. Y re-membrar quienes son todos los demás. He aquí por qué una parte importante de vuestra tarea consiste en recordar a los demás (es decir, recordarles a ellos y acordarse de ellos), de modo que también puedan re-membrar.
Todos vuestros maravillosos maestros espirituales han hecho precisamente esto. Este es vuestro único objetivo. Es el único objetivo de vuestra alma.
¡Dios mío, es tan simple! ¡Y tan... simétrico! Quiero decir, ¡qué todo encaja! ¡De repente, todo cuadra! Ahora veo un panorama que nunca antes había visto entero del todo.
Bien. Eso está bien. Ese es el propósito de este diálogo. Me has pedido respuestas. Y te he prometido que te las daría.
Harás un libro con este diálogo, y harás que Mis palabras resulten accesibles a muchas personas. Esto forma parte de tu trabajo. Ahora bien, tú tienes más preguntas que formular acerca de la vida. Ya hemos colocado los cimientos; hemos preparado el terreno para nuevos conocimientos. Vayamos a esas otras preguntas. Y no te preocupes. Si hay algo en relación a lo que acabamos de tratar que no entiendes en profundidad, muy pronto lo verás todo claro.
¡Hay tanto que quiero preguntarte! ¡Hay tantas preguntas! Supongo que puedo empezar por las más importantes, las más obvias. Por ejemplo, ¿por qué el mundo es tal como es?
De todas las preguntas que el hombre le ha hecho a Dios, esta es la más frecuente. Desde el principio de los tiempos el hombre se ha formulado esta pregunta. Desde el primer momento habéis querido saberlo: ¿por qué tiene que ser así? Normalmente, el planteamiento clásico de la cuestión es más o menos éste: si Dios es infinitamente perfecto y nos ama infinitamente, ¿por qué crear el hambre y la peste, la guerra y la enfermedad, los terremotos, los tornados, los huracanes y todo tipo de desastres naturales; por qué los estados de profunda frustración personal y las calamidades mundiales?
La respuesta a esta pregunta reside en el más profundo misterio del universo y el más alto sentido de la vida.
Yo no manifiesto Mi bondad si sólo creo lo que llamáis perfección en torno a vosotros. Yo no demuestro Mi amor sino permito que vosotros demostréis el vuestro.
Como ya he explicado, no se puede demostrar amor en tanto no se haya demostrado no amor. Una cosa no puede existir sin su contraria, excepto en el mundo de lo absoluto. Sin embargo, la esfera del absoluto no era suficiente ni para vosotros ni para Mí. Yo existía allí, en el siempre, y de ahí procedéis también vosotros.
En el absoluto no hay experiencia; sólo conocimiento. El conocimiento es un estado divino, pero la más grandiosa alegría esta en el ser. Ser es algo que se alcanza únicamente por la experiencia. En esto consiste la evolución: conocimiento, experiencia, ser. Esta es la Santísima Trinidad; Dios Trino.
Dios Padre es conocimiento: el padre de toda comprensión, el engendrador de toda experiencia, ya que no se puede experimentar lo que no se conoce.
Dios Hijo es experiencia: la encarnación, la realización, de todo lo que el Padre sabe de Sí mismo, ya que no se puede ser lo que no se ha experimentado.
Dios Espíritu Santo es ser: la des-encarnación de todo lo que el Hijo ha experimentado de Sí mismo; el simple y exquisito existir, posible sólo a través de la memoria del conocimiento y la experiencia.
Este simple ser es la felicidad. Es el estado de Dios, después de haberse conocido y experimentado a Sí mismo. Es lo que Dios anhelaba en el principio.
Por supuesto, no hace falta que te explique que las descripciones de Dios como padre e hijo no tienen nada que ver con el hecho de engendrar. Utilizo aquí la pintoresca forma de hablar de vuestras más recientes escrituras. Otros escritos sagrados mucho más antiguos situaban esta metáfora en el contexto de madre e hija. Ninguna de ellas es correcta. Vuestra mente puede entender mejor la relación como: progenitor - descendencia; o bien: lo-que-da-origen, y lo-que-es-originado.
Al añadir la tercera parte de la Trinidad, se produce esta relación: Lo que da origen / Lo que es originado / Lo que es.
Esta Realidad Trina es la firma de Dios. Es la pauta divina. Esta característica de “tres - en - uno” se encuentra por doquier en las esferas de lo sublime. No se puede escapar a ella en las cuestiones que tratan del tiempo y el espacio, Dios y la consciencia, o cualquier relación sutil. Por otra parte, no se puede hallar esta Verdad Trina en ninguna de las relaciones ordinarias de la vida.
La Verdad Trina es reconocida en las relaciones sutiles de la vida por todo aquel que se ocupe de tales relaciones. Algunos de vuestros teóricos de la religión han descrito la Verdad Trina como Padre, Hijo y Espíritu Santo. Algunos de vuestros psiquiatras utilizan los conceptos de superconsciente, consciente y subconsciente. Algunos de vuestros espiritualistas hablan de mente, cuerpo y espíritu. Algunos de vuestros científicos aluden a energía, materia y éter. Algunos de vuestros filósofos dicen que una cosa no es verdadera hasta que lo es de pensamiento, palabra y obra. Cuando habláis del tiempo, os referís sólo a tres tiempos: pasado, presente y futuro. Del mismo modo, vuestra percepción se compone de tres momentos: antes, ahora y después. En términos de relaciones espaciales, tanto si consideráis distintos puntos en el universo como si en vuestra propia habitación, reconocéis tres aspectos: aquí, allí y el espacio intermedio entre ambos.
En cuanto a las relaciones ordinarias, no reconocéis ningún “intermedio”. Y ello por que las relaciones ordinarias son siempre díadas, mientras que las relaciones de ámbito superior son invariablemente tríadas. Así tenéis: derecha - izquierda, arriba - abajo, grande - pequeño, rápido - lento, caliente - frío, y la mayor díada jamás creada: macho - hembra. En tales díadas no existen intermedios. Cualquier cosa es o una cosa o la otra, o una versión mayor o menor en relación con una de esas polaridades.
En el ámbito de las relaciones ordinarias, no puede existir nada conceptualizado sin que exista la conceptualización de su contrario. La mayor parte de vuestra experiencia cotidiana se basa en esta realidad.
En el ámbito de las relaciones sublimes nada de lo que existe tiene su contrario. Todo Es Uno, y todo progresa de lo uno a lo otro en un círculo infinito.
El tiempo es como el ámbito de lo sublime; en él, lo que llamáis pasado, presente y futuro existe de modo inter-relacional. Es decir, no hay contrarios, sino más bien partes del mismo todo; progresiones de la misma idea; ciclos de la misma energía; aspectos de la misma Verdad inmutable. Si, a partir de aquí, llegas a la conclusión de que el pasado, el presente y el futuro existen al mismo “tiempo”, estarás en lo cierto. (Sin embargo, no es este el momento de tratar de esto. Nos ocuparemos de ello con mucho más detalle cuando exploremos plenamente el concepto de tiempo, lo que haremos más tarde.)
El mundo es tal como es porque no podría ser de ninguna otra manera y seguir existiendo en la esfera ordinaria de lo físico. Los terremotos y los huracanes, las inundaciones y los tornados, y todos los acontecimientos que llamáis desastres naturales no son sino movimientos de los elementos de una polaridad a la otra. El ciclo nacimiento - muerte forma también parte de este movimiento. Estos son los ritmos de la vida, y en la realidad ordinaria todo está sujeto a ellos, puesto que la propia vida es un ritmo. Es una onda, una vibración, una pulsación del mismo corazón de Todo Lo Que Es.
El malestar y la enfermedad son los contrarios de la salud y el bienestar, y se manifiestan en vuestra realidad a petición vuestra. No podéis caer enfermos si, a un determinado nivel, no lo provocáis vosotros mismos, y podéis estar bien de nuevo en un cierto momento simplemente decidiendo estarlo. Los estados de profunda frustración personal son respuestas que habéis elegido, y las calamidades mundiales son el resultado de la conciencia mundial.
Tu pregunta implica que yo decido tales acontecimientos, que ocurrirían por Mí voluntad y Mí deseo. Pero Yo no provoco estas cosas; simplemente os observo a vosotros hacerlo. Y no hago nada para detenerlas, porque obrar así sería coartar vuestra voluntad. Además, ello os privaría de la experiencia de Dios, que es la experiencia que vosotros y Yo hemos elegido juntos.
No condenes, pues, todo aquello que llamaríais malo en el mundo. En lugar de ello, pregúntate qué es lo que consideras malo y, en su caso, qué puedes hacer para cambiarlo.
Investiga en ello, preguntándote: “¿Qué parte de mí mismo quiero experimentar ahora en esta calamidad? ¿Qué aspecto del ser decido que surja a partir de ahora?”. Y ello, porque todo lo vivo existe como una herramienta de vuestra propia creación, y todos sus acontecimientos se presentan simplemente como oportunidades para que decidáis, y seáis, Quienes Sois.
Esto es así para cualquier alma; no sois, por tanto, víctimas en el universo, sino únicamente creadores. Todos los Maestros que han caminado por este planeta lo han sabido. Y ello porque, no importa que Maestro se mencione, ninguno se veía así mismo como víctima; aunque muchos fueron realmente crucificados.
Cada alma es un Maestro, aunque algunas no recuerden sus orígenes o su herencia. Cada uno crea, en cada momento, la situación y circunstancias apropiadas para su objetivo más elevado y su proceso de recuerdo más rápido.
No juzgues, pues, el camino kármico que recorre otra persona. No envidies su éxito, no compadezcas su fracaso, puesto que no sabes qué es éxito y que fracaso en los cálculos del alma. No llames a algo calamidad, ni feliz acontecimiento, hasta que decidas, o compruebes, como es utilizado; ya que ¿es una calamidad la muerte de uno si con ello salva las vidas de miles? ¿Y es una vida un feliz acontecimiento cuando ésta sólo ha provocado dolor? Sin embargo, aunque no juzgues, mantén siempre tu propio criterio, y deja que los demás sigan el suyo.
Esto no significa que debas ignorar una petición de ayuda, ni la tendencia de tu alma a procurar cambiar una circunstancia o condición determinada. Significa que has de evitar las etiquetas y los juicios hagas lo que hagas. Para cada circunstancia hay un don, y en cada experiencia se oculta un tesoro.
Había una vez un alma que sabía que ella era la luz. Era un alma nueva, y, por lo tanto, ansiosa por experimentar. “Soy la luz - decía -. Soy la luz.” Pero todo lo que supiera al respecto y todo lo que dijera al respecto no podían sustituir a la experiencia. Y en la esfera de la que surgió esta alma no había sino la luz. Todas las almas eran grandiosas, todas las almas eran magníficas, y todas las almas brillaban con el brillo imponente de Mi propia luz. Así, la pequeña alma en cuestión era como una vela en el sol. En medio de la más grandiosa luz - de la que formaba parte -, no podía verse a sí misma, ni experimentarse a sí misma como Quien y Lo Que Realmente Era.
Sucedía que esta alma anhelaba una y otra vez conocerse a sí misma. Y tan grande era su anhelo, que un día le dije:
- ¿Sabes, pequeña, qué deberías hacer para satisfacer este anhelo tuyo?
- ¿Qué Dios Mío? ¡Quiero hacer algo! - me dijo la pequeña alma.
- Debes separarte del resto de nosotros - respondí -, y luego debes surgir por ti misma de la oscuridad.
- ¿Qué es la oscuridad, oh, Santo? - pregunto la pequeña alma.
- Lo que tu no eres - le respondí, y el alma lo entendió.
Y eso hizo el alma, apartándose del Todo, e incluso yendo hacia otra esfera. En esta esfera el alma tenía la facultad de incorporar a su experiencia todo género de oscuridad. Y así lo hizo.
Pero en medio de toda aquella oscuridad, gritó:
- ¡Padre, Padre! ¿Por qué me has abandonado?
Igual que vosotros en vuestros momentos más negros. Pero Yo nunca os he abandonado, sino que estoy siempre a vuestra disposición, dispuesto a recordaros Quienes Sois Realmente; dispuesto, siempre dispuesto, a recibiros en casa.
Así pues, sé la luz en la oscuridad, y no la maldigas.
Y no olvides Quién Eres mientras dura tu rodeo por el camino de lo que no eres. Pero alaba la creación, aunque trates de cambiarla.
Y sabe que lo que hagas en los momentos de más dura prueba puede ser tu mayor triunfo, ya que la experiencia que creas es una afirmación de Quién Eres, y de Quién Quieres Ser.
Te he explicado esta historia - la parábola de la pequeña alma y el sol - a fin de que puedas entender mejor porqué el mundo es como es, y cómo puede cambiar en un instante en el momento en que cada uno recuerde la divina verdad de su más alta realidad.
Ahora bien, hay quienes dicen que la vida es una escuela, y que todo lo que uno observa y experimenta en su vida es para que aprenda. Ya he hablado de ello antes; pero nuevamente digo:
No habéis venido a esta vida a aprender nada; sólo tenéis que manifestar lo que ya sabéis. Al manifestarlo, lo realizaréis y os crearéis a vosotros mismos de nuevo, a través de vuestra experiencia. Así pues, justificad la vida y dotadla de objetivo. Hacedla sagrada.
¿Estas diciendo que todo lo malo que nos sucede lo hemos elegido nosotros? ¿Significa eso que incluso las calamidades y los desastres son, a un cierto nivel, creados por nosotros a fin de que podamos “experimentar lo contrario de Quienes Somos”? Y, si es así, ¿no hay una manera menos dolorosa - menos dolorosa para nosotros mismos y para los demás - de crearnos las oportunidades de experimentarnos a nosotros mismos?
Me haces varias preguntas, y todas interesantes. Vamos a verlas una por una.
No, no todo lo que os ocurre y que llamáis malo sucede por vuestra propia elección. No en el sentido consciente al que tú aludes. Pero todo ello es vuestra creación.
Estáis siempre en proceso de creación. En cada momento. En cada minuto. Cada día. Más tarde nos ocuparemos de cómo podéis crear. Por ahora, simplemente cree lo que te digo: sois una gran máquina de creación, y estáis produciendo cada nueva manifestación literalmente a la misma velocidad con la que pensáis.
Eventos, sucesos, acontecimientos, condiciones, circunstancias: todo ello son creaciones de la conciencia. La conciencia individual es bastante poderosa. Puedes imaginar qué género de energía creadora se desata cada vez que dos o más se reúnen en Mi nombre. ¿Y la conciencia colectiva? ¡Esta es tan poderosa que puede crear acontecimientos y circunstancias de importancia mundial y consecuencias planetarias!
No sería correcto decir - al menos no en el sentido que tú le das - que elegís dichas consecuencias. No las elegís más de lo que pueda elegirlo Yo. Como yo, las observáis. Y decidís Quienes Sois en función de ellas.
Sin embargo, no hay víctimas en el mundo; ni malvados. Ni tampoco sois víctimas de las decisiones de los demás. En un determinado nivel, habéis creado todo aquello que decís que aborrecéis; y, al haberlo creado, lo habéis elegido.
Se trata de un nivel avanzado de pensamiento; un nivel al que, antes o después, acceden todos los Maestros, ya que sólo cuando son capaces de aceptar la responsabilidad de todo pueden adquirir la capacidad de cambiar una parte.
En la medida en que alberguéis la noción de que hay algo o alguien ajeno que “os hace algo” a vosotros, perderéis la capacidad de actuar por vosotros mismos. Sólo cuando digáis “yo hago esto” podréis hallar la fuerza necesaria para cambiarlo.
Es mucho más fácil cambiar lo que se hace uno mismo que cambiar lo que hace otro.
El primer paso a la hora de cambiar algo es saber y aceptar que habéis elegido que eso sea lo que es. Si no podéis aceptar esto a un nivel personal, aceptadlo mediante la interpretación de que Nosotros somos Uno. Tratad, pues, de crear un cambio no porque algo sea malo, sino porque ha dejado de constituir una adecuada afirmación de Quienes Sois.
Sólo hay una razón para hacer algo; que eso sea una afirmación ante el universo de Quiénes Sois.
Tomada en este sentido, la vida se convierte en auto-creadora. Utilizáis la vida para crearos a vosotros mismos como siendo Quienes Sois, y Quienes Siempre Habéis Querido Ser. Hay también una sola razón para dejar de hacer algo: que eso haya dejado de ser una afirmación de Quienes Queréis Ser; que ya no sea vuestro reflejo, que ya no os represente (es decir, que ya no os re-presente...).
Si queréis ser adecuadamente re-presentados, debéis procurar cambiar cualquier aspecto de vuestra vida que no encaje en el retrato de vosotros mismos que deseáis proyectar en la eternidad.
En el más amplio sentido, todo lo “malo” que sucede es por vuestra elección. El error no esta en elegirlo, sino en calificarlo de “malo”. Al calificarlo así, os calificáis de malos a vosotros mismos, ya que se trata de una creación vuestra.
No podéis aceptar esta etiqueta, no tanto porque os calificáis de malos como porque negáis vuestras propias creaciones. Esta es la falta de honradez intelectual y espiritual que os permite aceptar un mundo cuyas condiciones son como son. Si aceptarais - e incluso percibierais, con un profundo sentimiento interior - vuestra responsabilidad personal respecto al mundo, éste sería un lugar muy diferente. Esto, desde luego, sería así si todo el mundo se sintiera responsable. Que eso sea tan manifiestamente obvio es lo que lo hace tan absolutamente penoso, y tan patéticamente irónico.
Las calamidades y desastres naturales del mundo - sus tornados y huracanes, sus volcanes e inundaciones; sus desórdenes físicos - no son específicamente una creación vuestra. Pero sí lo es el grado en que dichos sucesos afectan a vuestra vida.
Ocurren acontecimientos en el universo que ni siquiera con un esfuerzo de imaginación se podría afirmar que son instigados o creados por uno.
Dichos eventos los crea la consciencia combinada del hombre. Todo el mundo, co-creando conjuntamente, produce dichas experiencias. Lo que hace cada uno de nosotros, individualmente, es moverse a través de dichas experiencias, decidiendo qué significado tienen para él - si tienen alguno -; decidiendo Quienes y Que sois en relación con ellas.
Así, creáis colectiva e individualmente la vida y los momentos que experimentáis, para el propósito del alma de evolucionar.
Me has preguntado sino hay una manera menos dolorosa de pasar por este proceso, y la respuesta es que sí; pero nada en tu experiencia externa habrá cambiado. La manera de reducir el dolor que asocias con las experiencias y acontecimientos de la tierra - tanto tuyos como de los demás - es cambiar el modo de percibirlos.
No puedes cambiar el acontecimiento externo (puesto que ha sido creado por muchos de vosotros, y vuestras conciencias no se han desarrollado lo bastante como para alterar individualmente lo que ha sido creado colectivamente), de modo que debes cambiar la experiencia interna. Esta es la llave maestra de la vida.
Nada es doloroso en y por sí mismo. El dolor es el resultado de un pensamiento equivocado. Es un error en el pensar.
Un Maestro puede hacer desaparecer el mayor dolor; de este modo, el Maestro sana.
El dolor resulta de un juicio que te has formado sobre algo. Elimina el juicio, y el dolor desaparecerá.
A menudo, el juicio se basa en la experiencia previa. Vuestra idea sobre algo se deriva de una idea anterior sobre aquello. A su vez, vuestra idea anterior resulta de otra aún anterior a ella, u ésta de otra, y así sucesivamente; hasta llegar, recorriendo todo el camino hacia atrás - como en la sala de los espejos -, a lo que Yo llamo el primer pensamiento.
Todo pensamiento es creador, y ningún pensamiento es más poderoso que el pensamiento original. He ahí por que a veces se le llama también pecado original.
El pecado original consiste en que vuestro primer pensamiento sobre algo sea un error. Este error se mezcla muchas veces con un segundo o tercer pensamiento. La tarea del Espíritu Santo consiste en inspirarnos nuevos conocimientos que puedan liberaros de vuestros errores.
¿Estas diciendo que no debo sentirme mal al pensar en los niños que mueren de hambre en África, la violencia y la injusticia en América, o el terremoto que mata a centenares de personas en Brasil?
En el mundo de Dios no existe los “debo” ni los “no debo”. Haz lo que quieras hacer. Haz aquello que constituya tu reflejo, aquello que te represente como una versión más magnífica de Ti mismo. Si quieres sentirte mal, siéntete mal.
Pero no juzgues, ni condenes, puesto que no sabes por qué ocurren las cosas, ni con qué fin.
Y recuerda esto: aquello que condenes te condenará, y un día serás aquello que juzgas.
Trata, más bien, de cambiar - o ayudar a quienes lo están cambiando - aquello que ha dejado de reflejar vuestro más alto sentido de Quienes Sois.
No obstante, bendícelo todo, pues todo es creación de Dios, a través de la vida, que constituye la más alta creación.
¿Podríamos detenernos aquí un instante para que pueda recobrar el aliento? ¿He oído bien? ¿Dices que en el mundo de Dios no existen los “debo” ni los “no debo”?
Exacto.
¿Cómo puede ser? Si no existen en Tu mundo, ¿dónde existirían entonces?
¿Qué dónde... ?
Repito la pregunta. ¿Dónde existirían los “debo” y “no debo”, si no es en Tu mundo?
En vuestra imaginación.
Sin embargo, quienes me enseñaron todo lo que sé acerca de lo correcto y lo equivocado, lo que hay que hacer o dejar de hacer, lo que se debe o no se debe hacer, me dijeron que todas aquellas reglas se fundamentaban en Ti: en Dios.
Entonces, quienes te enseñaron estaban equivocados. Yo nunca he establecido qué es lo “correcto”> o lo “equivocado”, que “hay que hacer” o qué “no hay que hacer”. Obrar así equivaldría a despojaros completamente de nuestro mayor don: la posibilidad de hacer lo que os plazca, y experimentar los resultados de ello; la oportunidad de crearos a vosotros mismos de nuevo a imagen y semejanza de Quienes Realmente Sois; el espacio para producir una realidad de vosotros mismos cada vez mayor, basada en vuestra idea más magnífica de aquello de lo que sois capaces.
Afirmar que algo - un pensamiento, palabra u obra - es “equivocado” sería tanto como deciros que no lo pusierais en práctica. Deciros que no lo pusierais en práctica sería lo mismo que prohibíroslo. Prohibiroslo sería tanto como limitaros. Y limitaros equivaldría a negar la realidad de Quienes Realmente Sois, así como la posibilidad de que creéis y experimentéis esa verdad.
Hay quienes dicen que os he dado el libre albedrío, pero luego estos mismos afirman que, si no Me obedecéis, os enviaré al infierno. ¿Qué clase de libre albedrío es ese? ¿No constituye eso una burla hacia Dios: negar todo tipo de relación auténtica entre nosotros?
Bueno, aquí entramos en otro terreno del que también quería que habláramos, y es todo ese asunto del cielo y el infierno. Por lo que puedo deducir, no existe nada parecido al infierno.
El infierno existe pero no es como vosotros pensáis, y no lo habéis experimentado por las razones que te he dado.
¿Qué es el infierno?
Es la experiencia del peor resultado posible de vuestras elecciones, decisiones y creaciones. Es la consecuencia natural de cualquier pensamiento que Me niegue, o niegue Quienes Sois en relación a Mí.
Es el dolor que sufrís a causa de un pensamiento equivocado. Pero el término “pensamiento equivocado” tampoco es apropiado, ya que no existe nada que sea equivocado.
El infierno es lo opuesto a la alegría. Es la insatisfacción. Es saber Quienes y Que Sois, y fracasar a la hora de experimentarlo. Es ser menos. Eso es el infierno, y no hay ninguno mayor para vuestra alma.
Pero el infierno no existe como ese lugar que habéis imaginado, donde os quemáis en un fuego eterno, o como una forma de tormento perpetuo. ¿Qué podría pretender Yo con eso?
Incluso si Yo sostuviera la idea, extraordinariamente malvada, de que no os “merecíais” el cielo, ¿por qué habría de tener la necesidad de buscar algún tipo de venganza, o castigo, por vuestra falta? ¿No sería para Mí mucho más sencillo simplemente deshacerme de vosotros? ¿Qué vengativa parte de Mí necesitaría someteros a un sufrimiento eterno de un tipo y una intensidad más allá de cualquier descripción?
Si me contestas que la necesidad de justicia, ¿no sería suficientemente justo la simple negación de la comunión Conmigo en el cielo? ¿Hace falta también infligir un dolor sin fin?
Te digo que después de la muerte no hay ninguna experiencia semejante a la que habéis elaborado en vuestras teologías, basadas en el temor.
Pero sí existe la experiencia del alma tan infeliz, tan incompleta, tan inferior al todo, tan separada de la inmensa alegría de Dios, que para vuestra alma eso sería el infierno. Pero deja que te diga que Yo no os envío ahí, ni tampoco soy la causa de que esa experiencia os aflija. Sois vosotros, vosotros mismos, quienes creáis esa experiencia, cada vez y en cada ocasión que alejáis vuestro Yo de vuestro pensamiento más alto sobre vosotros. Sois vosotros, vosotros mismos, quienes creáis la experiencia cada vez que rechazáis a vuestro Yo; cada vez que negáis Quienes y Que Sois Realmente.
Pero ni siquiera esta experiencia es eterna. No puede serlo, puesto que no forma parte de Mi plan que permanezcáis separados de Mí para siempre. En realidad, una cosa así es una imposibilidad: para que algo así sucediera, no sólo vosotros habríais de negar Quienes Sois; también habría de hacerlo Yo. Y eso no lo haré nunca. Y mientras uno de nosotros mantenga la verdad acerca de vosotros, dicha verdad prevalecerá finalmente.
Pero si no hay infierno, ¿significa eso que puedo hacer lo que quiera, actuar como desee, realizar cualquier acción, sin temor a un castigo?
¿Necesitas el temor para poder ser, hacer y tener aquello que es intrínsecamente justo? ¿Necesitas sentirte amenazado para ser “bueno”? ¿Y qué es “ser bueno”? ¿Quién tiene la última palabra respecto a eso? ¿Quién establece las pautas? ¿¿Quién hace las normas?
Déjame que te diga algo: cada uno de vosotros es quien hace sus propias normas. Cada uno de vosotros establece las pautas. Y cada uno de vosotros decide si lo que ha hecho es bueno, si lo que hace es bueno; ya que cada uno de vosotros es el único que ha decidido Quién y Qué Es Realmente, y Quién Quiere Ser. Y cada uno de vosotros es el único que puede establecer si lo que hace es bueno.
Ningún otro os juzgará nunca, ya que ¿por qué, y cómo, podría Dios juzgar Su propia creación y decir que es mala? Si Yo quisiera que fuerais perfectos y obrarais siempre de manera perfecta, os habría dejado en el estado de total perfección del que procedéis. El fin último del proceso era que os descubrierais a vosotros mismos, que os crearais a Vosotros mismos, tal como realmente sois, y como realmente deseáis ser. Pero no podíais serlo a menos que tuvierais también la posibilidad de ser otra cosa distinta.
¿Debo, entonces, castigaros por realizar una elección que Yo Mismo he puesto ha vuestro alcance? Y si Yo no quisiera que dispusierais de esa segunda posibilidad, ¿para qué habría de crear otra que no fuera la primera?
Esta es la pregunta que debéis haceros antes de atribuirme el papel de un Dios que condena.
La respuesta directa a tu pregunta es que sí: puedes hacer lo que quieras sin temor al castigo. Sin embargo, puede resultarte útil ser consciente de las consecuencias.
Las consecuencias son los resultados naturales. No tienen nada que ver con los castigos. Son simplemente resultados: lo que resulta de la aplicación natural de las leyes naturales; lo que ocurre - de manera totalmente predecible - como consecuencia de lo que ha ocurrido.
Toda la vida física funciona según las leyes naturales. Cuando recordéis estas leyes, y las apliquéis, lograréis dominar la vida a nivel físico.
Lo que a vosotros os parece un castigo - o aquello a lo que llamaríais el mal, o la mala fortuna -, no es sino una ley natural manifestándose por sí misma.
Entonces si conociera estas leyes, y las obedeciera, nunca más volvería a tener un momento de turbación. ¿Es eso lo que me estas diciendo?
Nunca te experimentarías a Ti mismo en un estado de eso que llamas “turbación”. No considerarías ninguna situación de la vida como un problema. No afrontarías ninguna situación con inquietud. Pondrías fin a cualquier clase de preocupación, duda o temor. Vivirías tal como imagináis que vivían Adán y Eva: no como espíritus desencarnados en el reino de lo absoluto, sino como espíritus encarnados en el reino de lo relativo. Pero gozarías de toda la libertad, de toda la alegría, de toda la paz y de toda la sabiduría, el conocimiento y la fuerza del Espíritu que eres. Serías un ser plenamente realizado.
Este es el objetivo de vuestra alma. Este es su propósito: realizarse plenamente ella misma a través del cuerpo; llegar a ser la encarnación de todo lo que realmente es.
Este es Mi plan para vosotros. Este es mi ideal: lo que Yo debo llegar a realizar por medio de vosotros. Es así, convirtiendo el concepto en experiencia, como Yo puedo conocerme a Mí mismo experimentalmente.
Las leyes del Universo son leyes que Yo he establecido. Son leyes perfectas, que crean una función perfecta de lo físico.
¿Has visto alguna vez algo más perfecto que un copo de nieve? Su complejidad, su dibujo, su simetría, su identidad consigo mismo y su originalidad respecto a todos los demás: todo es un misterio. Os asombráis ante el milagro de esta imponente manifestación de la naturaleza. Pero si puedo hacer esto con un simple copo de nieve, ¿qué crees que puedo hacer - que he hecho - con el universo?
Aunque vierais su simetría, la perfección de su diseño - desde el cuerpo más grande a la partícula más pequeña -, no seríais capaces de mantener esta verdad en vuestra propia realidad. Ni siquiera ahora, que empezáis a vislumbrar algo de él, podéis imaginar o entender sus interrelaciones. Pero podéis saber que existen dichas interrelaciones: mucho más complejas y mucho más extraordinarias de lo que vuestra comprensión actual puede abarcar. Vuestro Shakespeare lo expresó maravillosamente: “¡Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, de las que ha soñado tu filosofía!”
¿Cómo puedo, entonces, conocer esas leyes? ¿Cómo puedo aprenderlas?
No se trata de aprender, sino de recordar.
¿Cómo puedo recordarlas?
Empieza por quedarte en silencio. Silencia el mundo exterior, de modo que puedas ver el mundo interior. Esta visión interior es lo que buscas, pero no podrás acceder a ella mientras estés tan profundamente preocupado por tu realidad externa. Trata, pues, de mirar hacia dentro lo máximo que puedas. Cuando no miras hacia adentro, es que miras hacia fuera en la medida en que te ocupas del mundo exterior. Recuerda este axioma:
Si no miras hacia dentro, es que miras hacia fuera.
Ponlo en primera persona cuando te lo repitas a ti mismo, para hacerlo más personal:
Si no
Miro hacia adentro
Es que
Miro hacia fuera.
Has estado mirando hacia fuera durante toda tu vida. Pero no tienes, ni tuviste nunca, por qué hacerlo.
No hay nada que no puedas ser, nada que no puedas hacer. No hay nada que no puedas tener.
Eso suena como prometer la luna.
¿Y qué otra clase de promesa podría hacer Dios? ¿Me creerías si te prometiera menos?
Durante miles de años, la gente se ha mostrado incrédula ante las promesas de Dios por la más extraordinaria de las razones: eran demasiado buenas para ser verdad. Así habéis elegido una promesa menor, un amor menor; ya que la más alta promesa de Dios proviene del más alto amor.
Sin embargo, no podéis concebir un amor perfecto, y, en consecuencia, una promesa perfecta resulta asimismo inconcebible. Como una persona perfecta. Así, no podéis creer ni siquiera en Vosotros mismos.
No creer en alguna de estas cosas significa no creer en Dios; ya que la creencia en Dios genera la creencia en el mayor don de Dios - el amor incondicional - y en la mayor promesa de Dios - un potencial ilimitado -.
¿Puedo interrumpirte un momento? Lamento interrumpir a Dios en medio del discurso... pero ya he oído hablar antes del potencial ilimitado, y éste no cuadra con la experiencia humana. ¿olvidas las dificultades con las que se encuentra el hombre común? ¿Y qué decir de los que nacen con limitaciones físicas o mentales? ¿Es ilimitado su potencial?
Lo habéis escrito en vuestras propias Escrituras; de muchas maneras y en muchos lugares.
Dame una referencia.
Mira lo que habéis escrito en el Génesis, capítulo 11, versículo 6, de vuestra Biblia.
Dice: “... y dijo Yahveh: "He aquí que todos son un solo pueblo con un mismo lenguaje, y este es el comienzo de su obra. Ahora nada de cuanto se propongan les será imposible..."“.
Sí. ¿Lo crees?
Eso no responde a la pregunta sobre los débiles, los enfermos, los discapacitados; sobre aquellos que se ven limitados.
¿Piensas que no se ven limitados, como tu dices, por su propia elección? ¿Imaginas que el alma humana se encuentra con las pruebas que le plantea la vida - cualesquiera que éstas sean - por accidente? ¿Es eso lo que crees?
¿Quieres decir que el alma elige por adelantado qué clase de vida experimentará?
No; eso frustraría el propósito del encuentro. El propósito es crear vuestra experiencia - y, por lo tanto, crearos a Vosotros mismos - en el glorioso momento del Ahora. En consecuencia, no elegís la vida que experimentaréis por adelantado.
Podéis, no obstante, seleccionar las personas, lugares y acontecimientos - las condiciones y circunstancias, los desafíos y obstáculos, las oportunidades y opciones - con las que crear vuestra experiencia. Podéis seleccionar los colores de vuestra paleta, las herramientas de vuestra caja, la maquinaria de vuestro taller. Lo que creéis con ello es asunto vuestro. Es el asunto de la vida.
Vuestro potencial es ilimitado en todo lo que habéis elegido hacer. No supongas que un alma que se ha encarnado en un cuerpo al que llamáis limitado no ha alcanzado su pleno potencial, ya que no sabes qué es lo que esa alma está intentando hacer. No conoces su proyecto. No estás seguro de cual es su intención.
Bendice, pues, a toda persona y condición, y da gracias. De este modo afirmarás la perfección de la creación de Dios, y mostrarás vuestra fe en ella, puesto que en el mundo de Dios nada ocurre por accidente y no existe nada parecido a la casualidad. Ni tampoco el mundo está a merced de los avatares del azar, o de eso que llamáis destino.
Si un copo de nieve es tan sumamente perfecto en su diseño, ¿no crees que pueda decirse lo mismo de algo tan magnífico como vuestra vida?
Pero el propio Jesús curaba a los enfermos. ¿Por qué habría de curarles si su condición era tan “perfecta”?
Jesús no curaba a quienes curaba porque viera que su condición fuera imperfecta. Los curaba porque veía que sus almas pedían la curación como una parte de su proceso. Veía la perfección del proceso. Reconocía y entendía la intención del alma. Si Jesús hubiera pensado que toda enfermedad, mental o física, constituía una imperfección, ¿no habría curado simplemente, y de una vez por todas, a todos los habitantes del planeta? ¿Acaso dudas de que pudiera hacerlo?
No. Creo que podía hacerlo.
Bien. Entonces la mente quiere saber: ¿por qué no lo hizo?, ¿Por qué Cristo habría de decidir que unos sufrieran y otros se curaran? Y, en el mismo sentido, ¿por qué Dios permite cualquier sufrimiento en cualquier momento? Esta pregunta ya se ha planteado antes, y la respuesta sigue siendo la misma. La perfección esta en el proceso, y toda vida surge de una decisión. No resulta apropiado interferir en tal decisión, ni cuestionarla. Y resulta particularmente inapropiado condenarla.
Lo que sí resulta apropiado es observarla, y hacer todo lo posible para ayudar a esa alma a buscar y realizar su más alta decisión. Estáte atento, pues, a las decisiones de los demás, pero no seas crítico con ellas. Debes saber que sus decisiones son perfectas para ellos en ese momento, pero estar dispuesto a ayudarles si llegara el momento en el que buscaran una decisión nueva y diferente, una decisión más alta.
Entra en comunión con las almas de los demás, y su propósito, su intención, resultarán claros para ti. Esto es lo que hizo Jesús con aquellos a los que curó, y con todos aquellos con quienes compartió su vida. Jesús curó a todos los que acudieron a él o enviaron a otros para suplicarle en su nombre. No realizó las curaciones al azar. Hacerlo así habría significado violar una Ley del Universo sagrada:
Deja que cada alma siga su camino.
¿Significa eso que no debemos ayudar a nadie si no nos lo pide? Supongo que no, pues en ese caso nunca podríamos ayudar a los niños que mueren de hambre en la India, a las masas torturadas en África, a los pobres a los oprimidos de cualquier parte. El esfuerzo humanitario desaparecería, la caridad se prohibiría. ¿Hemos de esperar a que un individuo nos lo pida a gritos desesperado, o a que toda una nación nos suplique ayuda, para permitirnos hacer algo que es a todas luces correcto?
Fíjate que la pregunta se contesta sola. Si algo es a todas luces correcto, hazlo. Pero recuerda ser extremadamente crítico respecto a lo que llamáis “correcto” o “equivocado”
Algo resulta correcto o equivocado sólo porque decís que lo es. No es intrínsecamente correcto o equivocado.
¿No?
La cualidad de “correcto” o “equivocado” no es una condición intrínseca, sino un juicio subjetivo es un sistema personal de valores. Mediante vuestros juicios subjetivos os creáis a Vosotros mismos; por medio de vuestros valores personales determináis y demostráis Quiénes Sois.
El mundo existe exactamente tal como es a fin de que podáis formular dichos juicios. Si el mundo existiera en condiciones perfectas, vuestro proceso de Autocreación terminaría. Habría concluido. La profesión de abogado se acabaría en cuanto ya no hubiera más litigios. La profesión de medico se acabaría en cuanto ya no hubiera enfermedad. La profesión de filósofo se acabaría en cuanto ya no hubiera preguntas.
¡Y la profesión de Dios se acabaría en cuanto ya no hubiera problemas!
Exactamente. Lo has expresado a la perfección. Nosotros, ambos, habríamos terminado de crear en cuanto ya no hubiera nada que crear. Nosotros, ambos, estamos interesados en que el juego siga. Por más que digamos que queremos resolver todos los problemas, no nos atrevemos a resolver todos los problemas, pues en ese caso no nos quedaría nada que hacer.
Vuestra estructura industrial - militar lo entiende muy bien. Y por eso se opone con todas sus fuerzas a cualquier intento de instaurar un gobierno de paz perpetua en cualquier parte.
También vuestro estamento médico lo entiende. Y por eso se opone firmemente - tiene que hacerlo, por su propia supervivencia - a cualquier nuevo fármaco o cura milagrosos; por no hablar de la posibilidad de los propios milagros.
Vuestra comunidad religiosa también lo tiene claro. Y por eso ataca constantemente cualquier definición de Dios que no incluya el temor, el juicio y el premio o el castigo, así como cualquier definición de Uno mismo que no incluya su propia idea del único camino hacia Dios.
Si Yo os digo que vosotros sois Dios, ¿dónde queda la religión? Si Yo os digo que estáis curados, ¿dónde quedan la ciencia y la medicina? Si Yo os digo que podéis vivir en paz, ¿dónde quedan los pacificadores? Si Yo os digo que el mundo está “reparado”, ¿dónde queda el mundo?
¿Y que sería de los fontaneros? El mundo se compone esencialmente de dos tipos de personas: quienes te dan lo que quieres, y quienes reparan las cosas. En cierto sentido, incluso aquellos que simplemente te dan lo que quieres - los carniceros, los panaderos, los cereros - son también “reparadores”, puesto que desear algo a menudo equivale a necesitarlo. Y satisfacer esa necesidad constituye una “reparación”.
¿Estas diciendo que el mundo tendrá siempre problemas? ¿Estas diciendo que realmente quieres que sea así?
Estoy diciendo que el mundo existe tal como es - igual que un copo de nieve existe tal como es - por voluntad de alguien. Vosotros lo habéis creado de este modo, del mismo modo que habéis creado vuestra vida exactamente como es.
Yo quiero lo que vosotros queráis. El día en que realmente queráis acabar con el hambre, dejará de haber hambre. Os he dado todos los recursos necesarios para hacerlo. Disponéis de todas las herramientas para llevar a cabo esa decisión. No lo habéis hecho. Y no porque no podáis: mañana mismo podría terminar el hambre en el mundo. Pero habéis decidido no hacerlo.
Pretendéis que hay buenas razones por las que 40.000 personas deben morir diariamente de hambre. No las hay. Pero al mismo tiempo que decís que no podéis hacer nada para que dejen de morir de hambre 40.000 personas diarias, traéis al mundo a 50.000 personas cada día, a una nueva vida. Y a eso lo llamáis amor. Y a eso lo llamáis el plan de Dios. Se trata de un plan que carece absolutamente de toda lógica o razón, por no hablar de la compasión.
En resumidas cuentas, te estoy demostrando que el mundo existe tal como es porque vosotros lo habéis decidido. Estáis destruyendo sistemáticamente vuestro propio medio ambiente, y luego consideráis los llamados desastres naturales como una evidencia de una broma cruel de Dios, o de la violencia de la naturaleza. Sois vosotros mismos quienes os habéis gastado esa broma, y sois vosotros los crueles.
Nada, nada en absoluto, es más amable que la naturaleza. Y nada, nada en absoluto, ha sido más cruel con la naturaleza que el hombre. Pero eludís cualquier compromiso, negáis toda responsabilidad. No es culpa vuestra, decís, y en eso tenéis razón. No es cuestión de culpa, sino de decisión.
Podéis decidir poner fin a la destrucción de vuestras selvas mañana mismo. Podéis decidir poner fin a la destrucción de vuestras selvas mañana mismo. Podéis decidir que se detenga la reducción de la capa de ozono que cubre vuestro planeta. Podéis decidir suspender el continuo ataque a vuestro ingenioso ecosistema terrestre. Podéis tratar de formar de nuevo el copo de nieve - o al menos detener su inexorable fusión -; pero ¿lo haréis?
Del mismo modo, mañana mismo podéis poner fin a todas las guerras. Sencillamente, fácilmente. Lo único que hace falta - lo único que siempre ha hecho falta - es que os pongáis de acuerdo. Pero si vosotros no os ponéis de acuerdo en algo tan sencillo como acabar con el asesinato del otro, ¿cómo pedís al cielo, agitando los puños, que ponga vuestra vida en orden?
Yo no haré nada por vosotros que vosotros no hagáis por vosotros mismos. Esa es la ley y los profetas.
El mundo es como es por causa vuestra, y de las decisiones que habéis tomado; o dejado de tomar.
(No decidir también es decidir).
La tierra es como es por causa vuestra, y de las decisiones que habéis tomado; o dejado de tomar.
Vuestra propia vida es como es por causa vuestra, y de las decisiones que habéis tomado; o dejado de tomar.
¡Pero yo no he decidido ser atropellado por un camión! ¡Yo no he decidido ser atracado por un ladrón, o violado por un maníaco! La gente podría decir eso. Hay gente en el mundo que podría decir eso.
Todos vosotros provocáis, originalmente, las condiciones que crean en el ladrón el deseo, o la necesidad percibida, de robar. Todos vosotros habéis creado la consciencia que hace posible la violación. Cuando veáis en vosotros mismos la causa del crimen empezaréis, por fin, a poner remedio a las condiciones de las que ha surgido.
Alimentad a vuestros hambrientos. Restituid la dignidad a vuestros pobres. Dad una oportunidad a los menos afortunados. Poned fin a los prejuicios que mantienen a las masas amontonadas y enfurecidas, con pocas esperanzas de un mañana mejor. Desterrad los absurdos tabúes y restricciones que afectan a la energía sexual; o, mejor aún, ayudad a los demás a entender realmente este prodigio y a canalizarlo correctamente. Haced esto y habréis avanzado un largo trecho hacia la desaparición definitiva del robo y la violación.
En cuanto al llamado “accidente” - el camión que surge en una curva, el ladrillo que cae del cielo -, aprended a saludar a cada uno de estos incidentes como una pequeña parte de un mosaico mayor. Habéis venido aquí para encontrar un plan individual encaminado a vuestra propia salvación. Pero salvación no significa salvaros de las trampas del diablo. No hay nada parecido al diablo, y el infierno no existe. De lo que os salváis es del olvido de la no-realización.
No podéis perder esta batalla. No podéis fracasar. Así, no se trata en absoluto de una batalla, sino simplemente de un proceso. Pero si no lo sabéis, lo veréis como una constante lucha. Podéis incluso creer en la lucha la suficiente como para crear toda una religión en torno a ella. Esta religión enseñará que el fin de todo es la lucha. Pero se trata de una enseñanza falsa. No es a través de la lucha como se desarrolla el proceso. Y la victoria se consigue mediante la rendición.
Los accidentes ocurren por que ocurren. Ciertos elementos del proceso vital se han dado al mismo tiempo, de una cierta manera y en un determinado momento, con unos determinados resultados, resultados que decidís calificar de desafortunados por vuestras propias razones particulares. Pero es posible que, en relación al proyecto de vuestra alma, no lo sean en absoluto.
Déjame que te diga algo: no hay ninguna coincidencia, y nada sucede “por accidente”. Cada acontecimiento y aventura es convocado a Vosotros por Vosotros mismos, con el fin de que podáis crear y experimentar Quienes Sois Realmente. Todos los auténticos Maestros lo saben. He ahí por qué los Maestros místicos permanecen imperturbables frente a las peores experiencias de la vida (tal como vosotros las llamaríais).
Los grandes profesores de vuestra religión cristiana lo entienden muy bien. Saben que a Jesús no lo inquietaba la crucifixión, aunque la esperaba. Podía haberse marchado, pero no lo hizo. Podía haber detenido el proceso en cualquier momento. Tenía el poder para hacerlo. Pero no lo hizo. Permitió que lo crucificaran con el fin de poder demostrar la salvación eterna del hombre. “Mirad - dijo - lo que puedo hacer. Mirad qué es lo verdadero. Y sabed que todo esto, y más, también lo haréis vosotros. ¿No os he dicho que sois dioses? Sin embargo, no lo creéis. Entonces, si no podéis creer en vosotros mismos, creed en mí.”
Tal fue la compasión de Jesús, que buscó - y creó - la manera de causar en el mundo tan fuerte impacto que todos pudieran alcanzar el cielo (la Auto-realización), si no de otro modo, por mediación de él; puesto que derrotó a la miseria y a la muerte. Igual que podéis hacer vosotros.
La más magnífica enseñanza de Cristo no fue que tendréis vida eterna, sino que ya la tenéis; no fue que seréis hermanos en Dios, sino que ya lo sois; no fue que tendréis todo lo que pidáis, sino que ya lo tenéis.
Lo único que hace falta es que lo sepáis, ya que sois los creadores de vuestra realidad, y la vida no os puede descubrir otro camino que el que vosotros penséis.
Vosotros pensáis que es así. Este es el primer paso en la creación. Dios padre es pensamiento. Vuestro pensamiento es el progenitor que da origen a todas las cosas.
Esta es una de las leyes que hemos de recordar.
Sí.
¿Puedes mencionarme otras?
Ya os las he mencionado. Os he hablado de todas ellas desde el principio de los tiempos. Os he hablado de ellas una y otra vez. Os he enviado a un maestro tras otro. Pero no escucháis a mis maestros: los matáis.
Pero ¿por qué? ¿Por qué matamos a los más santos de nosotros? Los matamos o los deshonramos, que viene a ser lo mismo. ¿Por qué?
Porque se alzan frente a cualquier pensamiento vuestro que me niegue. Y para poder negaros a Vosotros mismos debéis negarme a Mí.
¿Por qué querría negarte a Ti, o negarme a mí?
Porque tenéis miedo. Y porque mis promesas son demasiado buenas para ser verdad. Porque no podéis aceptar la más magnífica Verdad. Y así, debéis reduciros a vosotros mismos a una espiritualidad que enseña el temor, la dependencia y la intolerancia, en lugar del amor, el poder y la aceptación.
Estáis llenos de temor; y vuestro mayor temor es que Mi mayor promesa pueda ser la mayor mentira de la vida. Así, creáis la mayor fantasía posible para defenderos de ello: afirmáis que cualquier promesa que os otorgue el poder - y os garantice el amor - de Dios debe ser una falsa promesa del diablo. Dios nunca haría una promesa semejante - os decís a vosotros mismos -; solo el diablo, para tentaros, negando la verdadera identidad de Dios como el más terrible, justiciero, celoso, vengativo y castigador de todos los seres.
Aunque esta descripción encaja mejor con la definición del diablo (si lo hubiera), habéis atribuido estos rasgos diabólicos a Dios, con el fin de convenceros a vosotros mismos de que no habéis de aceptar las promesas divinas de vuestro Creador, o las cualidades divinas del Yo.
Tal es el poder del temor.
Estoy tratando de alejar de mí el temor. ¿Seguirás hablándome de más leyes?
La Primera Ley es que podéis ser, hacer y tener cualquier cosa que seáis capaces de imaginar. La Segunda Ley es que atraéis sobre vosotros aquello que teméis.
¿Y eso por qué?
La emoción es la fuerza que atrae. Aquello que más temas es lo que experimentarás. Un animal - que vosotros consideráis una forma inferior de vida (aunque los animales actúan con más integridad y mayor coherencia que los humanos) - sabe inmediatamente si tienes miedo de él. Las plantas - a las que consideráis una forma de vida todavía inferior a los animales - responden a las personas que las aman mucho mejor que a aquellas a quienes les traen sin cuidado.
Nada de esto ocurre por casualidad. No existe la casualidad en el universo: sólo un magnífico diseño, un increíble “copo de nieve”.
La emoción es energía en movimiento. Cuando se mueve energía, se crea un efecto. Si se mueve la energía suficiente, se crea materia. La materia es energía condensada, comprimida. Si se manipula la suficiente energía de una determinada manera, se obtiene materia. Todos los Maestros entienden esta ley. Esta es la alquimia del universo. Este es el secreto de la vida.
El pensamiento es energía pura. Cualquier pensamiento que tengáis, hayáis tenido o vayáis a tener es creador. La energía de vuestro pensamiento nunca muere. Nunca. Abandona vuestro ser y se dirige al universo, expandiéndose por siempre. Un pensamiento es para siempre.
Todo pensamiento se coagula; todo pensamiento choca con otros pensamientos, entrecruzándose en un extraordinario laberinto de energía, formando una estructura en continuo cambio de indescriptible belleza e increíble complejidad.
La energía atrae a la energía semejante, formando (por utilizar un término sencillo) “grupos” de energía del mismo tipo. Cuando un número suficiente de “grupos” similares se entrecruzan con otros - chocan con otros -, entonces “se adhieren” unos a otros (por utilizar de nuevo un término sencillo). Se requiere la “adhesión” de una cantidad de energía de una magnitud inimaginable para formar la materia. Pero la materia se formará a partir de energía pura. En realidad, sólo se puede formar de este modo. Una vez la energía se ha convertido en materia, sigue siendo materia durante mucho tiempo, a menos que su construcción se vea alterada por una forma de energía opuesta, o distinta. Esta energía distinta, actuando sobre la materia, en realidad la desmembra, liberando la energía originaria de la que se compone.
Esta es, en términos elementales, la teoría que subyace a vuestra bomba atómica. Einstein estuvo mucho más cerca que cualquier otro ser humano - anterior o posterior - de descubrir, explicar y utilizar el secreto creador del universo.
Ahora entenderás mejor cómo la gente de mente semejante puede unir sus esfuerzos para crear una realidad favorable. La frase “dondequiera que dos o más se reúnan en mi nombre” adquiere así un sentido mucho mayor.
Por supuesto, cuando sociedades enteras piensan de una determinada manera, ocurren muy a menudo cosas asombrosas, no todas necesariamente deseables. Por ejemplo, una sociedad que viva en el temor, muy a menudo - realmente, inevitablemente - produce aquello que más teme.
Del mismo modo, grandes comunidades o congregaciones con frecuencia encuentran el poder de producir milagros en su pensamiento combinado (o lo que algunos llaman oración común).
Y debe quedar claro que incluso los individuos - si su pensamiento (oración, esperanza, deseo, sueño, temor) es extraordinariamente fuerte - pueden, en y por sí mismos, producir tales resultados. Jesús lo hizo regularmente. Él sabía como manipular la energía y la materia, cómo reorganizarla, cómo redistribuirla, cómo controlarla totalmente. Muchos Maestros lo han sabido. Muchos lo saben.
Tú puedes saberlo. Ahora mismo.
Esta es la ciencia del bien y del mal de la que participaron Adán y Eva. En tanto no supieron esto, no podía existir la vida tal como la conocéis. Adán y Eva - los nombres míticos con los que habéis representado al Primer Hombre y a la Primera Mujer - fueron el Padre y la Madre de la experiencia humana.
Lo que se ha descrito como la caída de Adán fue en realidad su elevación, el mayor acontecimiento en la historia de la humanidad; ya que, sin él, el mundo de la relatividad no existiría. El acto de Adán y Eva no fue el pecado original, sino - en realidad - la primera bendición. Debes agradecérselo desde el fondo de tu corazón, puesto que, al ser los primeros que tomaron una decisión “equivocada”, Adán y Eva produjeron la posibilidad de tomar cualquier tipo de decisión.
En vuestra mitología, habéis hecho de Eva una mujer <mala>: la tentadora que comió del fruto, la ciencia del bien y del mal, y que tímidamente invito a Adán a unirse a ella. Esta base mitológica os ha permitido considerar, desde entonces, a la mujer como la “caída” del hombre, resultando de ello todo tipo de realidades pervertidas; por no hablar de los criterios distorsionados y confusiones relativas al sexo. (¿Cómo os parece tan bien algo que es tan malo?)
Lo que más teméis es lo que más os atormentará. El temor lo atraerá hacia vosotros como un imán. Todas vuestras escrituras sagradas - o cualquier tipo de creencia y tradición religiosa que habéis creado - contienen esta clara advertencia: no temáis. ¿Crees que es por casualidad?
Las Leyes son muy sencillas.
1. El pensamiento es creador.
2. El temor atrae a la energía semejante.
3. El amor es todo lo que hay.
¡Eh! ¡Me has cogido con la tercera! ¿Cómo puede ser el amor todo lo que hay si el temor atrae la energía semejante?
El amor es la realidad última. Es lo único. Lo es todo. El sentimiento del amor es vuestra experiencia de Dios.
Al nivel de la más alta Verdad, el amor es todo lo que hay, todo lo que ha habido y todo lo que habrá. Cuando penetras en lo absoluto, penetras en el amor.
La esfera de lo relativo fue creada con el fin de que Yo pudiera experimentarme a Mí Mismo. Ya te lo he explicado. Pero eso no hace que la esfera de lo relativo sea real. Es una realidad creada que vosotros y Yo hemos inventado y seguimos inventando, con el fin de poder conocernos experiencialmente.
Sin embargo, la creación puede parecer muy real. Su objetivo es que parezca tan real que admitamos que verdaderamente existe. De este modo, Dios ha logrado crear “algo distinto” de Sí mismo (aunque estrictamente eso es imposible, puesto que Dios es - Yo Soy - Todo lo Que Existe).
Al crear “algo distinto” - a saber, la esfera de lo relativo -, he producido un medio en el que vosotros podéis decidir ser Dios, en lugar de deciros simplemente que sois Dios; en el que podéis experimentar la Divinidad como un acto de creación, más que como un concepto; en el que la pequeña vela en el sol - la pequeña alma - puede conocerse a sí misma como luz.
El temor es el otro extremo del amor. Es la polaridad primordial. Al crear la esfera de lo relativo, en primer lugar creé lo opuesto a Mí Mismo. Ahora bien, en la esfera en la que vivís en el plano físico hay únicamente dos lugares del ser: el temor y el amor. Los pensamientos arraigados en el temor producirán un tipo de manifestación en el plano físico; los pensamientos arraigados en el amor producirán otro.
Los Maestros que han pasado por el planeta son aquellos que han descubierto el secreto del mundo relativo, negándose a reconocer su realidad. En resumen, Los Maestros son aquellos que han elegido solo el amor. En cualquier caso. En cualquier momento. En cualquier circunstancia. Aunque fueran asesinados, amaban a sus asesinos. Aunque fueran perseguidos, amaban a sus opresores.
A vosotros esto os resulta muy difícil de entender; y mucho más de imitar. No obstante eso es lo que han hecho siempre todos los Maestros. No importa de qué filosofía, ni de que tradición, ni de que religión: es lo que han hecho todos los Maestros.
Este ejemplo y esta lección se os han manifestado de manera muy clara. Una y otra vez, siempre se os han mostrado. En todo tiempo y en cualquier lugar. Durante todas vuestras vidas y en cada momento. El universo se las ha ingeniado para poner esta Verdad delante de vosotros. En canciones y relatos, en poemas y bailes, en palabras y en movimientos; en imágenes en movimiento - que vosotros llamáis “películas” - y en colecciones de palabras - que vosotros llamáis “libros” -.
Su grito se ha oído desde la más alta montaña, su rumor se ha escuchado en el lugar más recóndito. El eco de esta verdad ha atravesado los pasillos de toda experiencia humana: el Amor es la respuesta. Pero no la habéis escuchado.
Ahora acudes a este libro, preguntándole a Dios de nuevo lo que Dios os ha dicho incontables veces de incontables formas. Pero os lo diré otra vez, aquí, en el contexto de este libro. ¿Me escucharéis ahora? ¿Realmente me vais a oír?
¿Qué crees que te ha acercado ha este material? ¿Cómo es que se halla en tus manos? ¿Acaso piensas que no sé lo que hago?
En el universo no existen las casualidades.
He oído el grito de tu corazón. He visto la búsqueda de tu alma. Sé cuán profundamente has deseado la Verdad. En tu sufrimiento, como en tu alegría, has clamado por ella. Me has suplicado interminablemente. Muéstramela. Explícamela. Revélamela.
Y eso estoy haciendo ahora, en términos tan claros que no puedas dejar de entenderme. En un lenguaje tan sencillo que no puedas confundirte. En un vocabulario tan común que no puedas perderte en la verborrea.
Sigamos, pues, adelante. Pregúntame cualquier cosa. Cualquier cosa. Me las ingeniaré para conducirte a la respuesta. Utilizaré al universo entero para hacerlo. Estáte, pues, atento. Este libro está lejos de ser mi única herramienta. Formula una pregunta; luego deja este libro. Mas observa. Escucha. Las palabras de la próxima canción que oigas. La información del siguiente artículo que leas.
El argumento de la siguiente película que vayas a ver. Las palabras que cruces casualmente con la próxima persona que te encuentres. O el murmullo del próximo río, el próximo océano, la próxima brisa que acaricie tu oído. Todos estos recursos son Míos; todos estos caminos están abiertos para Mí. Te hablaré si Me escuchas. Vendré a ti si me invitas. Te mostraré entonces que siempre he estado ahí. En todas partes.
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